La realidad golpea tan duro de un día a otro las situaciones cambian, tu zona de confort te hace dar pasos hacia el exterior y es cuando te das cuenta en que cuerda estas parada.
Zoila no deja de anotar las instrucciones del doctor Joshua, esta sorprendía la atención que muestra a sus pequeños pacientes, ella asiente. Quiere soltar una pequeña risa, al ver a un de los padres cerrar los ojos al ver a su hijos era vacunado. El niño está siendo muy valiente.
Dentro de su pecho se remueve aquellos sentimientos, la edad del pequeño seria la misma que su hijo mayor, del cual lo perdido con solo siete meses de embarazo, Adalberto esa vez llegó alcoholizado la obliga a tener intimidad, su brutalidad la desgarro con un fuerte sangrado, no pudo hacer más había pedido aquel bebe, del cual cada noche le cantaba tocándose el vientre, fue doloroso deshacerse de las prendas que se había hecho con la esperanza de verlo, tocarlo cargarlo ver su roso, duro semanas sin levantarse de la cama, creyó que el cambiaria fue sometida de nuevo hasta que volvió estar en estado.
Cuido de que no la lastimara, hacer lo que pedía hacía. Pero esa vez no pudo mas sus cambios, tampoco pudo evitarlo perdiendo aquella bebe. Sabía que su destino seria así jamás volvería hacer madre. Tal vez estar en pediatría podía dar ese cariño aquellos niños.
—Muy bien Peter, creo que es todo –comento Joshua con una sonrisa —Pero parece que a tu padre lo has puesto nervioso.
El pequeño sonríe mirando a su padre, Zoila le da Tablet en agenda su próxima cita.
—Los veré dentro de dos meses. —ambos se despiden.
Sigue en cada paso como si fuera su sombra, si en emergencias ella tenía un caos pensó que pediatría era distinta, pero no haya momento de descanso, entraba una sala y salía de otra. Algunas miradas de recepción la miraban con algunas molestias, pero no se dejaría intimidar.
—Entrare con los Sumer, espera aquí no tardare ¿Tienes hambre?, porque yo muero.
—Si un poco, ¿Quiere que traiga algo de comer? —preguntó buscando en su celular.
—No, será mejor que vayamos a la cafetería necesito que estés en la oficina recibiré una llamada muy importante y debes contestarla te daré las indicaciones, pero ahora espérame aquí.
Telma lo hizo se recargo en la pared esperando a Joshua, miro a dos de las enfermeras, de las cuales entre ellas se murmuraban algo entre risas burlescas, fue hasta que una de ellas camino directo quedando justo enfrente, mostrándose con una sonrisa en sus labios.
—Eres la asistente del doctor Joshua no es así –dijo un tono rasposo
Telma solo asintió confirmando, era lógico que era, toda la mañana se la paso con el pegada como su misma sombra y todos se dieron cuenta, algo que también era un grave error.
—Es sorpréndete que la doctora Salas te haya soltado, ella no es así con su personal de trabajo, tampoco sabía que habías llenado la solicitud para el puesto. Sabes que se hizo entrevista, y jamás te vi en el listado.
—La verdad no, el mismo doctor vino a mi ofrecérmelo —contesto con una sonrisa no era mentira, si no se hubiera conocido ese noche tal vez aun seguiría y tal vez no estaría trabajando.
—Ya veo, perdón por no presentarme soy Sara, ella Moni. Cualquier cosa que ocupas podemos ayudarte—dice con una sonrisa pero para Telma hay desconfianza entre ellas.—No quiero que te sientas incomoda es simple curiosidad hermosa, pero Maggi estuvo esperando esta oportunidad ahora que regrese se va a desilusionar mucho.
—Lo tomare en cuenta, gracias –encoje los hombros
Ve a Joshua salir con unas Sonrisa, porque siempre esta sonriendo, se preguntó debe estar muy enamorada de su esposa, ahora que asimila todo no sabía nada de a su ahora jefe, y era importante. Observo el detalle descarado de una compañera del área en acercarse con coquetería, negó. El mostro cordialidad y tomo el hombro de Telma saliendo de ahí.
—Te recomiendo la crema de zanahoria —dice con la bandeja sirviéndose.
No pudo escoger cuando vio la suya llena, Joshua se había encargo de poner que comida si era buena y cual estaba descartada.
No pudo ni siquiera poner la cuchara en su boca en probar cuando lo miro tan desesperado comiendo, parece que algunos modeles eran graciosos pero o incorrectos a la vez, el acto más gracioso fu verlo con un poco de crema a lado de su boca entre su bigote, soltando una risa.
Joshua frunció el ceño ante la risa, indicando que era tan gracioso, poniendo sus ojos verdes en ella.
—Me lo cántaras o debo adivinarlo —dice con el ceño fruncido.
—Es… solo… que tiene un poco de crema ahí —señale ahí cercas de su boca
—Enserio!, válgame soy un desastres ya te acostumbraras, pero a decir verdad casi la hora de comida se resume en diez minutos pero ahora tengo alguien quien me apoye podre al menos degustar unos veinte a veinte cinco.
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Editado: 26.04.2021