Un Maravilloso Desastre

Capítulo 8

Capitulo 8

En menos de lo pensado, llega el tan apreciado viernes. Nunca antes estuve más feliz de que llegue el fin de semana como ahora.

Después de pasar el día completo escuchando a Adriana hablar de su novio, a Tefy soltar cada estupidez que se le pase por la cabeza y a Soph con una energía impresionante, la chica no se podía quedar quieta y tenía que moverse cada dos por tres. Lo cual es algo fastidioso al tener que estar aguantándola cuando esta de esta forma, no me malentiendan es mi mejor amiga y la amo pero si pudiera la atropello con un carro. El caso es que después de escuchar el timbre de que salida y estuviera feliz de que acabaran las clases para irme a mi casa a dormir lo que queda de tarde, pero mi burbuja de felicidad se explota al recordar que tengo que pasar a buscar a mis hermanos a donde su padre al otro lado de la ciudad. Genial, simplemente genial.

De alguna manera, Adam termino ofreciéndose para acompañarme a buscarlos. Trate de negarme pero el chico es igual o hasta mas terco que yo. Nos despedimos de las chicas y de James partimos a buscar a mis pesadillas andantes.

- Así que, ¿Cómo estás? – Adam rompe el silencio después de cinco minutos caminando.

- ¿A qué te refieres? – Pregunto confundida – Estoy bien.

- Yo hablo de James.

- ¿Por qué tendría que estar mal con James? – Ladeo la cabeza en su dirección con una mirada confundida.

- Hablo de que se tiene que ir – se rasca a nuca, señal de que esta incomodo tratando este tema conmigo. Lo entiendo estoy igual – Se lo mucho que te gusta – lo miro con una mirada de sorpresa y cuando iba a negarlo me interrumpe – no intentes de negarlo, se te nota lo mucho que te gusta. La única persona que no se da cuenta es el mismo, a veces es tan estresante y me provoca dejarle un ojo morado – parece confundido y a la vez divertido.

- Para que veas. Pero no importa, y si me duele un poco pero tengo que superarlo ya que es lo mejor para él – vuelvo mi vista a frente y seguimos caminando a la parada de autobús.

Cinco minutos después llega el autobús y partimos al otro lado de la ciudad.

Agradezco que el camino no fue nada incomodo. Adam se encargo de eso, hablando de todo y de nada a la vez el viaje se hizo demasiado corto. Tengo que admitir que Adam se ha convertido en un excelente amigo, me ha demostrado que puedo confiar en él.

Después de caminar unas calles más debajo de la parada de autobús llegamos a la casa de mi padrastro.

-Así que… ¿esta es la casa del padrastro malvado? – Pregunta Adam una vez que toco el timbre.

- Por desgracia si – suelto un suspiro, todos mis amigos conocen lo que pasó y creo que es una de las razones por la cual Adam me quiso acompañar hoy. Mientras esperábamos se escucharon pasos.

- Niños llego su hermana busquen sus cosas – la voz de mi padrastro me hizo tensarme, agarre la mano de Adam muy fuerte mientras la puerta se abre.

- Caroline hola – me ofrece una sonrisa que no puedo devolver - ¿Cómo estás?

- Bien.

- Que bueno – mira mi mano entrelazada con la de Adam y después lo mira a él - ¿Quién es él? – Pregunta interesado.

- Nadie que te importe – respondo mientras Adam dice – Su novio – Alza las cejas.

- ¿Así que novio? – pregunta mientras se cruza de brazos.

- Ya te dije que no es problema tuyo – prácticamente le gruñí, Adam me dio un apretón para hacerme saber que estaba allí conmigo - ¿Dónde están mis hermanos? Me tengo que ir se me hace tarde.

- Como quieras – se adentra a la casa – Niños sus cosas – puedo escucharlo gritar mientras sube las escaleras.

- Que bueno que dije que vendría contigo. No vas a venir más sola para acá, ese hombre me da escalofríos – dice Adam

- Si a ti te da escalofríos imagínate a mí – le digo.

Escucho pasos pequeños corriendo a mi dirección antes de oír los gritos de mis hermanitos.

-¡¡¡CAROLINEE!!! – Me agacho para darles un abrazo.

- Terremotos – les digo – ¿Como se están portando? – les pregunto una vez que los suelto. Por el rabillo del ojo puedo ver como Adam le quita las cosas de los niños al padre.

- Muy bien – Dice Sebastián mi hermanito de siete años - ¿Verdad Amy? – Le pregunta a mi hermanita de seis que solo asiente con la cabeza.

- Excelente, ahora despídanse de su padre para irnos a la casa de la abuela. – mientras ellos le dan un beso y abrazo a su progenitor yo me quedo al lado de Adam y le quito uno de los bolsos de los niños. – Listo niños vámonos antes de que se haga más tarde – los llamo.



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En el texto hay: secretos, amor, amistad

Editado: 19.09.2020

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