Este relato es un spin-off de la novela Bejita: una oveja perdida en la selva.
El cuento aborda el comienzo de la historia, sin ser parte de la novela. Es el elemento que provoca que Bejita se pierde en la espantosa selva.
No olvidemos que una oveja es uno de los animales más indefensos del reino animal y una presa bastante atractiva para cualquier depredador. ¿Qué será de Bejita una vez que se encuentre en medio de la selva rodeada de feroces y hambrientos depredadores? Si gustas leerl la novela, está disponible en mi perfil Ever Light. Estás a punto de iniciar la aventura...
Lili
Lili y Bejita eran mellizas. Habían nacido el mismo día, pero Lili había nacido primero y eso la convertía en la hermana mayor. Pese a esto, todo el Rebaño de Ovejas Salvajes del Oeste siempre había demostrado más cariño por Bejita, pues no solo era la más pequeña, sino también más simpática y tierna de carácter. Por esta razón, Lili, sin planearlo, había desarrollado cierta envidia hacia su hermana, pero prefería ignorarlo.
Una tarde que se acercó al lago en el que se reflejaba el cielo azul y las nubes, un pensamiento extraño se materializó. Se miró a sí misma en el agua y escuchó su pensamiento:
"Ella es mejor que tú, por eso todos la quieren y a ti no. Nunca serás tan amada como ella. Eres una corderita mala y desagradable. Si quieres que eso cambie tienes que hacer que tu hermana desaparezca. Si ella desparece, tú serás la favorita de todos, comenzando por tus padres".
—No, yo no le haría daño, nunca haría eso -dijo llorando Lili, muy asustada por esas ideas macabras.
—¿Qué pasa? -le preguntó Bejita, acercándose al verla tan afligida.
—Nada, nada hermanita... —respondió Lili sintiéndose descubierta.
Temió que en su mirada se reflejaran sus pensamientos.
—Menos mal porque descubrí algo. Debes acompañarme.
—A dónde -preguntó Lili.
—No te diré, pero te gustará mucho. Vamos...
Lili fue con su hermana y tras escabullirse entre las demás ovejas y manadas de cebras y ñus, llegaron a la orilla del Bosque Espeso, al que estaba prohibido entrar, pues ahí había depredadores.
—Mira, son hermosas... —decía Bejita cuando señalaba un par de lilas que crecían junto a unos matorrales.
"¡Qué tonta es!", el pensamiento maligno regresó a la mente de Lili. "Se fija en simples florecillas, qué ridícula".
—Ya cállate -gritó Lili desesperada.
Bejita la miró sorprendida.
—¿No te gustan? Mamá me dijo que el nombre de estas flores se parece al tuyo, se llaman lilas...
—No me hagas caso, hermanita. Estoy... estoy loca, ya sabes cómo soy... Sí me gustan, están muy lindas, ellas...
—¿Qué hacen aquí? -interrumpió de pronto una voz adulta.
—Nada mamá, estamos...
—Silencio, Liliana... Abejita, ¿qué pasó? ¿Tu hermana te invitó a este lugar?
—No mami, yo le dije que viniéramos -aseguró Bejita.
—Ella te dijo que dijeras eso, ¿verdad? Estás castigada, Liliana. Este lugar es muy peligroso, cómo puedes invitar a tu hermana aquí. Vamos, de regreso con los demás.
—Pero mamá...
—Silencio, Liliana. Castigada.
Bejita y Lili caminaron cabizbajas detrás de su madre, de regreso al rebaño.
"Ves, todo sería mejor si ella no existiera. Vamos, inténtalo..."
Por la noche Lili ni pudo dormir bien y al día siguiente, cuando lograron mezclarse entre todas las ovejas, invitó a Bejita a entrar al Bosque Espeso. Tan solo debía perderla, dejarla ahí.
Le dijo que había descubierto algo, que la acompañara a ver. Entraron al bosquecillo, internándose poco a poco.
—Espera aquí Bejita, miré algo, voy a revisar... -dijo Lili, un poco nerviosa.