Habían pasado 8 meses desde que Moondai vivía bajo el techo de Yan. Una mañana luego de levantar se Moondai salió hacia el baño, en su camino escuchó la voz de Yan proveniente de la sala, - entiendo… - estaba hablando por teléfono y se escuchan decepcionada -si hijo esta no es la primera vez que me dices eso…. Bien, cuídate – colgó, Moondai salió del pasadizo – buenos días - Yan volteó a verlo – buenos días Moondai.
- ¿Qué pasó? – preguntó – suenas triste.
- no es nada – se levantó y se apresuró en ir a la cocina – el desayuno ya está casi listo, Moondai ladeó la cabeza, confundido. Al salir del baño, se fijo en el calendario que estaba colgada por un clavo, en medio del pasadizo, los días anteriores estaban marcados con una x de color rojo y el día de hoy había un dibujo de una torta y por debajo había algo más escrito: “Mi cumpleaños”
Yan estaba friendo huevos cuando escuchó a Moondai correr a la entrada de la cocina - ¿Nos falta algo para el desayuno? ¿Pan? ¿Leche? ¿Algo para acompañar el pan?
- pensaba que podríamos acompañarlo con huevo frito, así que ya no hace falta nada más.
Moondai se dirigió al refrigerador y la abrió, mirando cada repisa del interior - hace falta mantequilla - aclaró - ¿No lo vas a necesitar después?
- bueno… tal vez me haga falta, ya sabes cuánto es ¿Cierto? - él asintió con la cabeza - mi cartera esta en mi cuarto.
Él sonrió de emoción - no tardó. En unos minutos ya con una la bolsa de la compra en la mano, Moondai se encontraba frente a un bazar, metió la mano al bolsillo sacando unas cuantas monedas y las contó "espero que sea suficientemente para poder comprar un buen regalo" pensó "que bueno que Yan me enseñó a ahorrar la propina de la repostería". Al entrar viendo entre todas las repisas y precios encontró algo que le llamó su atención.
En casa, ella ya estaba terminando de acomodar los utensilios sobre la mesa, el desayuno ya estaba listo, pero Moondai todavía no había vuelto, con un suspiro, ella se dirigió a su habitación. De los cajones de su armario saco un álbum de fotos familiares, se sentó al borde de su cama, contemplando lo.
En una página halló una foto del cumpleaños de uno de sus hijos, era una de esas antiguas, en color vintage, el niño jugaba con sus amigos y cada uno llevaba un sombrero de fiesta. Una lágrima cayó sobre la foto, Yan se tapó la boca intentando no romper en llanto, sollozo un poco pero logró calmarse. Tuvo que hacerlo al escuchar la puerta de la entrada abrir y cerrar, el ya estaba de vuelto, no quería que Moondai la encuentre en ese estado.
Él dejó la bolsa paquete de mantequilla en la cocina, se sintió extrañado al no encontrarla - ¡¿Yan?¡- siguió buscando la.
- ¡Ahora voy! - contestó desde su habitación, guardó el álbum en su lugar antes de salir, lo había hecho con tanta prisa que no se percató que una de las fotos cayó al suelo.
De camino en el pasillo se encontró con Moondai - Yan, Feliz cumpleaños - el chico esbozó una sonrisa amable y le mostró la bolsa del papel que tenía en las manos.
Extrañada, Yan lo recibió - ¿Cómo…? - su mirada se posó en el calendario colgado en la pared - hice un buen uso y administración de mis ahorros - mencionó Moondai, entusiasmado porque por sorprender la. Entonces ella lo abrió, lo sacó fue un pulpo mamá de peluche, en su cabeza estaba pegado una versión más pequeña como su hijo.
Este detalle hizo que arrugue el rostro, conmovida, abrazo al chico muy agradecida - gracias, muchas gracias.
- ¿Te gustó? - quiso asegurarse.
- me encanta - Cuando deshizo el abrazo tomo al peluche como algo delicado - vamos, el desayuno se enfría - habló con amabilidad.
Al terminar, mientras Moondai lavaba los platos, Yan empezó con la conversación por curiosidad - ¿recuerdas cómo fue tu último cumpleaños?
- para nada… - habló desviando la mirada en un intento de disimular su disgusto, él realmente deseaba poder recordar algo.
Ella fue comprensiva – solo ten paciencia, ellos deben estar buscándote también.
- ya no estoy seguro… - se escuchó como un reclamo, él estaba decepcionado.
Ella se tomó un tiempo para pensar - ¿Qué tal si son extranjeros? - nuevamente captó su atención. Sacó su celular, Moondai la vio mover los dedos sobre la pantalla con apuro, supo que buscaba algo entró a una página oficial y busco una lista de desaparecidos, indicó el país – acércate – Moondai obedeció – esta página es oficial, acerca de personas desaparecidas, cada anuncio o queja de cualquier país está aquí , veremos si estas en esta lista y podremos encontrar algo de ti.
- bien.
Empezó a bajar, buscando alguna información importante con Moondai a su lado, el reloj de las manecillas siguió avanzando, pasados 30 minutos llegaron al final de la página, y no encontraron nada, Yan volteo a verlo, él estaba con la mirada al suelo, bufó por la frustración -bueno, no sabemos si les pasó algo o también hayan perdido la memoria como tú, o de dónde vienen.
- pero debería tener más familiares ¿no? Tíos, abuelos, primos - reclamo - ¡ya han pasado varios meses!
- no podemos saber con certeza que pasó con ellos, pero no podemos buscar culpables – habló con firmeza, Moondai estaba triste y en silencio, decidió cambiar de tema - ¿tus hijos van a venir?
- no pueden, mis hijos ya son hombres profesionales, ocupados y ya tienen su familia – Moondai se compadeció - pero… - Yan volteo a verlo - ¿He?
- n-nada, nada, solo… me parece extraño que no estén aquí y… sobre todo en ese día
Yan se cruzó de brazos - lo sé…
El silencio reinó entre los dos por varios segundos, de verdad Yan quería ayudarlo y hacer que se sintiera mejor pero no supo qué decir con exactitud. Por su parte, Moondai estaba bastante frustrado con no poder encontrar ni una sola pista o recordar algo de su pasado en todo ese tiempo que ya había pasado, al mismo tiempo que se sentía culpable por qué sentía que arruinó su día con sus dilemas, le aprecio algo tan egoísta, frunció el ceño y tenso la mandíbula lleno de arrepentimiento - lo siento - Yan volteo a verlo - no quise arruinar tu día - habló con una voz más calmada.
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Editado: 27.02.2024