Eran las 3 de la mañana cuando Marco estaba esperando el vuelo a Ucrania en el D.F. Él estaba ansioso por su nuevo trabajo que obtendrá en unas horas, además lo que más le apasionaba a él era estar en contacto directo con la naturaleza, a él no le gustaba mucho vivir urbanizado por lo que de vez en cuando se iba a acampar o de viaje a algunas de las playas mexicanas, su favorita era la playa de Acapulco, durante su niñez practicó la natación, era una de sus actividades favoritas hasta que sus padres se tuvieron que separar por una infidelidad por parte del padre.
Eran las 3:30 cuando apenas estaba subiendo al avión, una vez dentro de él, sacó su celular del bolsillo izquierdo de su pantalón y revisó sus redes sociales por última vez, o al menos hasta que volviera a tener internet, a Marco le gustaba conversar con sus amigos por el WhatsApp, uno de sus mejores amigos era Francisco, a él lo conoció en la preparatoria, Marco y Francisco llegaron a ser muy amigos y siempre se les identificaba como un par de buenos amigos, ambos tenían características muy similares, cabello castaño y rizado, su rostro era como la de un niño pequeño, a ambos los catalogaban de tiernos y a ellos no les afectaba en nada, al contrario, les gustaba. Se despidieron ambos por Whats, pues Marco tenía mucho sueño y esperaba que su siguiente día fuera fenomenal para él.
Marco comenzó a abrir lentamente los ojos, pues la luz del sol lo encandilaba, se frotó los ojos y se estiro bostezando lentamente. A lo lejos una camarera lo vio y se le acercó exclamando:
--Buenos días caballero, ¿le gustaría desayunar algo?--.
A lo que Marco respondió: --Sí, por favor, ¿qué tiene de desayunar?
La camarera le sonrió y le mostró el menú de entradas, él observó el menú cuidadosamente y dijo:
-- Me podría traer un pay de queso acompañado de un café, por favor--
--Con gusto--, respondió amablemente la camarera.
Mientras le traían el desayuno, Marco sacó su celular, pero no se había percatado de que antes de dormir no lo había dejado cargando, por lo que el celular tenía 30% de batería y no quiso desperdiciar más tiempo y de su mochila sacó su cargador y lo puso a cargar. Mientras se cargaba entró a WhatsApp para revisar las conversaciones con sus amigos y compañeros de la universidad y preparatoria; muchos de ellos le desearon suerte y éxito en su nuevo trabajo, otros sólo se despidieron y a otros no les importó mucho.
Luego él se puso a escuchar música clásica, es su género favorito (sobre todo la de Mozart), así estuvo durante casi 10 minutos mientras a otros les repartían su desayuno. Él fue uno de los últimos en recibir su desayuno, por lo que estaba muy hambriento.
Una vez con su desayuno en la pequeña mesa, Marco dio un ligero sorbo sobre el café y, en su mente había viajado cuando el apenas tenía 15 años, cuando su mamá le preparaba su café favorito. Ese café le traía bellos recuerdos de su adolescencia, uno de esos recuerdos consistía en cuando él bebía café con su novia. Se le vinieron tantos recuerdos que no se percató de que el avión ya había aterrizado. Y él fue el último en salir, por lo que agarró el cargador de su celular y lo jaló sin pensarlo. Bajó todo su equipaje, que únicamente era una maleta y su mochila, le pidió disculpas al piloto y por primera vez Marco estaba pisando tierras Ucranianas, específicamente a "Óblast de Kiev".
Cuando Marco llegó a los andenes del aeropuerto, se percató de que no había ninguna persona que compartiera su mismo idioma, por lo que decidió sentarse y esperar a que el responsable de él llegara, a lo lejos de entre las personas había una que resaltaba entre ellas, él usaba traje negro, con corbata y zapatos del mismo color, lo que destacaba en su manera de vestir era la camisa blanca. Marco inconscientemente se paró y comenzó a caminar hacia él, estaba algo nervioso, pues no sabía lo que llegaría a pasar, tenía miedo de pasar un momento vergonzoso con él, pues él venía muy formal y Marco solo tenía puesto su jeans favorito de la adolescencia y una playera oscura con el estampado del símbolo del super héroe batman, denotando que dentro de él aún había un adolescente atrapado en el cuerpo de un joven de 22 años.
--Buenos días, mi nombre es Marco González--, saludó Marco estrechándole la mano al señor.
--Buenos días Marco, mi nombre es Ernesto García, un placer conocerte--. Saludó a Marco, devolviéndole el saludo de mano.
Marco se sorprendió al ver que Ernesto hablaba el mismo idioma que él y le preguntó bromeando:
--¿Cómo es que usted habla el mismo idioma que yo, señor John Wick?—.
--Yo vengo de España, Bruce Wayne, esa es la razón--. Respondió Ernesto con una sonrisa en el rostro y agregó:
--Vámonos en este taxi, ¿te parece?, no hay tiempo que perder, el jefe te quiere conocer--.
--Sí, me parece buena idea--. Respondió Marco.
Ambos subieron al taxi, Ernesto se subió en el asiento del copiloto y Marco se sentó detrás del asiento del conductor, el taxi era modelo clásico y muy chico, era color amarillo con ciertas zonas oxidadas.
Una vez en el taxi Marco le preguntó:
--¿Sabe usted de que trata el trabajo que vamos desarrollar?--
Ernesto le respondió:
--La verdad no sé hijo. Lo único que sé es que nos van a mandar por una semana a otra ciudad, no muy lejos de aquí, los locales le llaman un pueblo fantasma, para nosotros es la ciudad de Chernóbil--
El taxista preguntó:
--Куди вони йдуть?-- ("¿A dónde se dirigen?")
--До цього горю, будь ласка-- ("Hacia aquel cerro por favor") Contestó Ernesto.
Marco asombrado de que Ernesto también hablara fluidamente el idioma ucraniano le preguntó:
--¿Dónde aprendió a hablar Ucraniano?--