Toco las cuerdas y los acordes sin una letra, mi boca no se mueve y mis manos son lo único que reacciona, tirada en la cama sin voz y presente una sola alma.
Azoto mis manos en cada tonada, los callos se adhieren a mis yemas, quiero escuchar mi propia voz, quiero parar está canción.
Necesito escucharme y salir de esta ilusión, necesito que me escuches y sientas mi confusión, las cuerdas se zafan y se desafina la canción.
En cada tonada mis manos se ampollan, en cada tonada tu voz me agobia, no hay letra, no hay sonido, solo un alma encerrada en el estrés sin sentido.
Un ciclo que se repite, no hay novedades en la partitura, siguen siendo los mismos presentes y en cada tonada la misma amargura.