Quiero atarme a tus pupilas
Y por más que lo desee
no reflejarme en ellas,
la culpa me carcome
verme en ti, empeoraría.
Quiero escucharte en la mañana
Pero solo me torturaría,
Escuchar murmullos y desilusión
Anudando mi garganta
Es el precio de tu dulce voz.
Quiero cobijarme en tu regazo
Aún si me atan a cuerdas,
Para un preso es mucho desear
Al menos un poco de libertad,
Solo limitarse a no cuestionar.
Aun si no es poesía de verdad
Es el sentimiento el que quiere salir,
Quiere al menos ser una ilusión
Para matar la angustia de decepción,
Siendo un poema de desesperación.
Me sigue consumiendo la culpa,
Es el pecado de desear algo,
Aun sabiendo el precio de los actos
Quisiera extinguir cada deseo
Como el simple toque de tus manos.