Las orejas chuecas,
calcetines en los pies
mirando mi rostro
y haciendo muecas
imitando a un pez.
Si quisiera seguir,
si quisiera intervenir,
el pez se ahogaría
como pescador
yo te mataría.
Si nadas libre
y sin desvelos,
pudiera soltarte
y calmar anhelos,
saciar el hambre;
que aguanto dentro
seguir pescando
sin verte, sin pensarte
dejar libre una presa
y dejar de mirarte.