Un Pozo Sin Salida

CAPITULO TRES

El lunes quedamos todos en la puerta del instituto para entrar todos juntos, Aidan, Peter y yo hablamos sobre cosas triviales mientras esperamos a que venga Lisa. Esta aparece a última hora y se baja del coche de su hermano corriendo, insultándole mientras cierra la puerta. 

Nosotros no podemos evitar reímos de la escena que está montando, cuando llega a nuestro lado le preguntamos que ha pasado. 

Mi hermano por hacer el tonto me ha apagado el despertador, me he levantado porque el muy capullo me ha tirado un vaso de agua a la cara cuando quedaban quince minutos para que se cerrasen las puertas

Cuando suena el timbre avisando de que van a cerrar, nos apresuramos a entrar, una vez dentro nos dividimos para ir a clases, yo me dirijo a mi clase de biología, que como el lunes pasado, coincido con Jano, el cual nada más entrar al aula, me lo encuentro sentado en el mismo pupitre de la semana pasada. 

Me siento en un sitio cualquiera, para aprovechar que hay más sitios libres, pero parece que a la profesora no le parece bien cuando entra a clase y dice que nos sentemos como la semana pasada, ya que esos serán nuestros sitios fijos cada semana. 

Suspiro antes de levantarme y acercarme a Jano, que está centrado en escribir algo en el libro de biología, ni siquiera levanta la cabeza o me saluda al sentarme; saco los libros de mi mochila y me apoyo en estos para cerrar los ojos y descansar unos segundos, esto de levantarme tan pronto no es lo mío. 

Al cabo de unos segundos siento una fuerte mirada en mí, por un momento pienso que es la profesora, pero al levantarme rápidamente y mirarla me doy cuenta de que ella está mirando algo en su móvil, así que ella no puede ser. Giro entonces mi mirada hacia Jano, que no disimula en girar la cabeza hacia otro lado, se me queda mirando fijamente, casi sin pestañear. 

Trago saliva intentando no ponerme nerviosa, pero se me hace difícil teniendo dos ojos negros mirándome sin ningún escrúpulo. Dirijo mi mirada al libro de biología, leyendo páginas aleatorias para que Jano se aburra y me deje de mirar, pero no lo hace, ¿de verdad que no tiene nada mejor que hacer?

Suspiro y me estiro en la silla, intentando controlar mis nervios, porque me está poniendo demasiado nerviosa. En un momento de estrés, me giro de golpe mirándolo a la cara seriamente.

Me estás poniendo nerviosa, ¿puedes dejar de mirarme por favor? — no se de donde saco la fuerza para guardar mi vergüenza cuando se lo digo, solo sé que después de decirlo noto como el calor sube a mis mejillas.

No me dice nada, pero asiente con la cabeza muy lentamente mientras va girando su cabeza, durante toda la hora no vuelve a mirarme, cosa que agradezco, ya que no me saldría decirle otra vez que me dejase de mirar.

Finalmente suena el timbre que indica que se acaba la clase, no aguantaba más la tensión que había en la mesa. Me levanto después de recoger todas mis cosas i me coloco la mochila en la espalda. No miro hacia atrás cuando comienzo a dirigirme a la puerta, ya había tenido suficiente Jano por una hora.

Mi mala suerte sigue cuando en Español, Jano llega tarde y le toca sentarse conmigo porque es el único sitio libre de toda la clase, de verdad, ¿lo hace queriendo?

Por suerte no no me molesta en toda la clase y se lo agradezco. Cuando acaba la hora, pasa una más hasta que ya toca almorzar, tengo un hambre que nadie me lo quita de encima. Me encuentro con Lisa, Peter i Aidan en la misma mesa que el otro día, están conversando entre ellos cuando llego.

Sisi, os lo juro que estaban los dos en el baño metidos así de cerca - escucho decir a Lisa mientras pone su mano muy cerca de su cara.

Veo entonces como los otros dos se emocionan y se ponen a chillar para dentro, llego a la mesa y los tres me miran sonrientes, me siento al lado de Lisa, el único sitio libre, ya que Aidan y Peter están sentados uno al lado del otro.

¿De que habláis? - participo en la conversación.

Ah nada, estábamos comentando lo que pasó la otra vez en mi casa - contesta Lisa - les estaba diciendo que Jano y tu estáis muy juntos.

Me pongo roja al instante y intento esconder mi cara entre mis brazos cuando los tres se empiezan a reír de mi reacción.

Es que era inevitable no decirlo cuando hay una tensión entre vosotros dos que se puede cortar con un cuchillo fácilmente.

En eso tiene razón, hasta yo he notado como era la tensión

Pero a ver — intento explicarme — para empezar, la vez que incendiamos la cocina solo intentaba ayudar, no tenia otras intenciones.

¿Y como explicas que os encontrase casi rozando narices en el baño? — me interrumpe la chica.

Pues que… - intento encontrar una excusa, pero soy demasiado mala en pensar rápido, así que no me sale nada. - no lo sé, pero la vez del sofá, cuando se levantó a abrir la puerta, sería porque le molestaba el ruido y quiso levantarse él para no seguir escuchando el ruido sabiendo que ninguna de las dos nos íbamos a levantar a abrir.

A Lisa no le convence mi excusa, lo sé, pero tan solo asiente con la cabeza con una sonrisa traviesa en la cara, y sé que esta será una conversación que sacará en otro momento, porque si a alguien le gusta tanto el chisme, es a Lisa.

El almuerzo pasa entre chisme y risas, y cuando me doy cuenta solo queda una hora para irnos a casa, una hora que como no, tengo que compartir clase con Jano.

Me siento en una mesa cualquiera, pero como no, Jano llega tarde otra vez y le toca sentarse conmigo, ¿es que nadie se quiere sentar conmigo a parte de Jano?

Se sienta a mi lado y esta vez decido empezar yo la conversación - ¿es que siempre tienes que hacer algo antes de cada clase? ¿Y es por eso que llegas tarde?

El hermano de la nombrada suelta una risa seca, gira su mirada hacia mi y me da un repaso de arriba a abajo.




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