Capítulo 16

"Te quiero para volvernos locos de risa, ebrios de nada y pasear sin prisa por las calles, eso sí, tomados de la mano, mejor dicho, del corazón". -

Mario Benedetti.

Santa Fe, Ciudad de México, México.

Dejó caer con furia la carpeta sobre la mesa, generando un estruendo instantáneo.

—¿Es lo mejor que puedes hacer, inepto?

Lo fulminó con la mirada.

—Lo siento yo... no encuentro nada que la inculpe.

—¡Obvio que no hay fraude de su parte! Por eso tu misión era falsificar documentos que la inculpen, idiota. Pero eres tan estúpido que ni eso puedes hacer bien, Pedro.

—Lo haré mejor, señorita, deme otra oportunidad —observó suplicante la carpeta.

Regina rodó los ojos con fastidio.

—Bien, te daré la última oportunidad y esta vez no toleraré errores. Quiero verla caer.

Pedro tragó saliva.

Jamás tuvo nada contra la señorita Charlotte, su gerencia siempre se destacó por ser prolija e intachable, pero con la enfermedad de su pequeña hija se veía cada vez más compungido y el dinero que le ofrecía Regina a cambio de esto, era una luz de salvación para ayudar a su niña.

—Haré lo que esté a mi alcance para tener esa documentación, me urge el dinero —suspiró.

—Lo sé, por eso más te vale ser sensato y aliarte conmigo. Lo necesitas, yo me haré cargo de ayudar a tu pequeña.

Pedro asintió, con el agobio visible pesando sobre sus hombros.

¿Estaba bien mancharse las manos, aunque fuera por una causa de necesidad? No podía evitar sentirse afligido por todo esto.

Si tan solo existiese otra manera...

Mazunte, Oaxaca, México.

El sol descendió con sutileza sobre el borde costero, acariciando todo a su paso.

Sus tibios rayos iluminaron todo a su paso, otorgando una estela de luminosidad a las canteras, tejados y balcones que se desparramaban por doquier, hasta deslizarse como una cascada, uniéndose a la orilla del mar y perderse entre el suave oleaje.

Charlotte disfrutó de su paseo, admirando la belleza que les rodeaba.

Profundizó el enlace de sus dedos entre los de Mateo, disfrutando el calce y la calidez perfectos que estos le otorgaron.

Él, sintió el gesto, acariciando con su pulgar aquellos dedos finos que presionaron los suyos.

Buscó la mirada de su chica con la suya y escudriñó a través de ella, buscando algún indicio de sus pensamientos.

Logró ver un atisbo de duda en ellos y frenó el paseo, situándose frente a ella.

—Algo te inquieta amor, ¿qué es?

Charlotte soltó el aire que no se había percatado que contenía, cuestionándose cómo él lograba leerla igual que un libro.

—No sabría decirte con exactitud el motivo, mi amor. Pero tengo un presentimiento extraño... Como si algo malo estuviese por suceder. Quizás solo se trate del agobio por la pérdida de Naná.

Mateo la observó con atención. Charlotte siempre había sido muy intuitiva y dueña de un sexto sentido infalible. Si algo presentía por algo era. Quizás no debían desestimar ese sentimiento así sin más.

—Sabes que tienes una buena intuición, amor. Estaremos atentos a todo, mejor estar prevenidos.

Charlotte asintió resignada.

Una parte de ella también le insistía en estar alerta.

Pero... ¿alerta de qué?

Si tan solo supiera el motivo de su inquietud...


 

¡Hola amores!
Antes que todo gracias por obsequiarme su tiempo de lectura y cariño.
Espero de corazón hayan disfrutado de este episodio, que ha sido creado con igual cariño que los anteriores 😍.

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¡Nos vemos pronto!

Bel💋