EL AMOR, EL AMOR, EL AMOR...

Lo siento, pero no te estoy buscando.

No es que no crea en el amor, solo es que no lo busco porque si algo aprendí del último novio que tuve es que, aunque sientas algo o si al principio sentías por esa persona y con el pasar del tiempo comienzas a sentirte fuera de ti, no tienes por qué seguir ahí ya que podrás sentir tanto como puedas o lo que le sea posible a tu corazón, pero nada de eso servirá si en algún punto de ese sentir tu corazón comienza a sentir que te pierdes.

Así que por qué forzarte a mantenerte con esa persona si terminas perdiéndote a ti y sí, esa pueda que sea la lección más grande de amor que puedas tener en algún punto. Amarte a ti mismo antes que sentir por alguien y perderte en el proceso; pero vamos, estamos hablando de mí la Reina de las Mezclas Raras y ¿qué otra cosa puede pasarme a mí que no sea que la vida o el destino quiera callarme la boca de vez en cuando?

Yo en verdad espero que nada, pero entiendo que a veces simplemente hablo de más y entonces tengo que tragarme mis palabras.

─¿Amor, por qué no me contestas?

“¿Ven lo que digo?”

─Lo siento, Rey.

─No soy un Rey, Ro ─De nuevo esa frase que lleva años repitiéndome ─. Anda vamos que llegamos tarde.

─Las personas son muy impacientes ─me quejo, pero camino hasta él con una sonrisa de tonta enamorada en mi cara.

─Sí bueno, creo que tú también a veces tardas más de lo necesario ─Me dice extendiendo su mano en espera que yo la tome, lo que claramente lo hago gustosa ─así que no puedes quejarte porque sería contradictorio.

─Sí, sí lo que digas ─Ríe, él está riéndose de mí ─. Basta de reírte a mi costa.

─Vamos amor, que se nos hace tarde ─me ignora y yo ruedo los ojos, pero aun así entrelazo mis dedos con los de él mientras que comienza a caminar saliendo de la habitación, pero se detiene antes de ir más lejos y se voltea a verme que le sigo el paso ─. Luces preciosa, Ro.

─Lo sé ─no digo lo contrario, lo hago reír de nuevo, aunque levanta sus cejas esperando recibir algún un agradecimiento de mi parte ─, pero gracias, amor.

Niega con su cabeza y se inclina hacia mí para besarme en los labios.

─He sido bendecida, él me ha besado ─digo de nuevo con una sonrisa boba en mi rostro mirando hacia el cielo de nuestro hogar

─Ro…

─Walter…