Ya habían pasado un par de horas luego desde que John se fue, pero tenía un mal presentimiento como si lo de ayer no hubiera sido suficiente. Me dispuse a cocinar la cena y puse música para alejar por completo todos los pensamientos negativos de mi cabeza.
-Ya está la cena Zainab, baja. –grito ya que ella debe estar en el segundo piso en ña habitación que comparte con Angie.
La veo bajar las escaleras para irse a sentarse directamente a la mesa. Eso es extraño ella siempre tiene algo que mostrar ya que le gusta dibujar y diseñar, tiene la parte artística que yo no tengo.
- ¿Zainab?
- Ah, sí. –responde distraída.
- ¿Qué hiciste hoy? ¿Algo que me quieras mostrar? –no me responde solo niega con la cabeza. - ¿Enserio?, si me mientes sabes que te pasa, ¿verdad?
- Hoy no quedo bien mi dibujo y lo bote. –bueno es entendible ya que desde pequeña es perfeccionista en lo que le gusta.
-Ah, pero eso es normal, ya mañana harás otro mejor. –me sonríe y sigue comiendo.
- ¿Puedo ver la tele hoy después de comer? –me alegra que el mal humor se le haya pasado rápido.
-Sí, mientras estén hechas las cosas que te toca para ayudar con los quehaceres de la casa.
Terminamos de comer, lavé los platos y comencé a hacer mis tareas. Me levante de mi escritorio para ir por un poco de agua y a mitad de camino suena mi celular, voy a contestar sin mirar quien es la persona que llama.
- ¿Aló? …
- Pequeña, estoy de camino a tu casa –se le escucha nervioso lo cual es raro en Sebas- necesitamos hablar.
- Okey, eso suena sospechoso y extraño. –suspiro- ¿Qué has hecho o planeas hacer?
-Mejor hablamos cuando llegue a tu casa.
Colgó ni bien termino la frase y yo quede confundida esa actitud en él es inusual por lo que supongo que lo que me va a contar no será algo de mi agrado o con lo que esté de acuerdo. Pasaron los minutos desperdiciados viendo televisión mientras que lo esperaba. Tocaron la puerta dos veces por lo que supe que era él. Ni bien le abrí me dio chocolate lo cual me hizo preocupar pues normalmente está en contra de que consuma esto por mi pésimo autocontrol con la cantidad que la como.
-Gracias y hola, ¿Qué hiciste? –lo arrastre hasta el sofá para sentarnos frente a frente.
-Estoy saliendo con Melissa –mi cara al escuchar eso fue tipo “tú te caíste de la cuna de chiquito o eres idiota por profesión.”
-Haber querido amigo mío, ¿Cómo paso esto? Y ¿Por qué demonios? –yo sé que parezco loca celosa de lo peor pero la chica en cuestión está peor emocionalmente que yo y con eso digo mucho.
-Fue ayer que paso, así que ni bien paso te vine a contar. –toma aire y me dice- sé que no te cae sim embargo podrías hacer el esfuerzo por nuestra amistad, además te prometo que si se vuelve toxica la cosa me separo al instante, ¿trato?
-Bueno si lo pones de esa manera puedo acceder, aunque lo más probable es que no resultara –me mira mal- ¿Qué? –no es como que al aceptar su relación les tenga que desear lo mejor de lo mejor y que se casen.
-Tu expresión en este momento no es la mejor y lo sabes –lo dijo ya un poco molesto por mi actitud.
-Vale –alcé mis manos en signo de rendición- Good luck with your new doll –corrí hasta mi habitación y cerré la puerta mientras reía a mas no poder.
- ¡Ángela, abre la puerta de inmediato! –golpeaba mi puerta con enojo mientras gritaba aquello.
-No lo haré, es mi casa así que puedes intentarlo todo el día si quieres.
-Si así van hacer las cosas atente a las consecuencias –pasan unos segundos donde todo es silencio, aun así, no abriré porque su advertencia me mantiene alerta.
Escucho el sonido de la puerta de la entrada cerrarse lo cual fácilmente puede ser un truco barato, no voy a caer tan fácilmente. Luego solo hay más silencio y de verdad me estoy asustando, si no aparece y lo hace mañana será peor. Estaba razonando tanto esas cosas que me olvide de algo importante, mi ventana no estaba cerrada.
-Sorpresa, pequeña niña malcriada –entra y me mira como un tigre próximo a comerse a su presa.
-Ten compasión, te lo pido –le digo entre risas nerviosas, sé que no estaba bien lo que dije, pero fue graciosísimo para mí.
-Ahora te acobardas, tan poco te dura la valentía. –sonríe victorioso.
Camina hacia mí para tumbarme a la cama y proceder a hacerme cosquillas, para obligarme a disculparme.
-Dilo, Ángela: “Lo siento no volveré a dirigirme de esa manera hacia tu enamorada, Sebas”
-Ya, pero deja de hacerme cosquillas- entre risas me rindo a los minutos – Lo siento no volveré a dirigirme de esa manera hacia ella, ¿feliz?
-No era lo que tenías que decir y la verdad no sé qué te desagrada tanto de Melissa.
-Mmm no sé cómo explicártelo –pienso profundamente y encuentro la razón la cual no la diré por obvias razones de orgullo- hagamos una apuesta, ¿Qué te parece?
-No, Ángela. Estas mal de la cabeza o es que John todavía no te ha besado. –lo miro con cara de ¿y eso que con lo que estamos hablando?
-Te reto a decirlo otra vez para que quedes igual que Elías. –la conversación se estaba yendo por caminos muy turbios.
-Okey calmémonos –respira profundo y lento para hablar mejor- Tu no te metes con Melissa y yo no lo hago con John.
-Va, asunto terminado y todo resuelto. Ahora vete de mi casa, supongo que te han de estar extrañando en la tuya.
-Bueno me voy, resentida –lo dice enmarcando cada silaba de lo último dicho.
Luego de que se fue procedí a escuchar openings de algunos de los animes que me gusta para mejorar mi estado de ánimo por alrededor de 2 horas para con la última canción reflexionar acerca de mi reacción acerca de Melissa.
Voy aceptar que solo estoy celosa, enojada y resentida con ella por algunas cosas que hizo para atraer la atención de Sebas. Sé que no debería estarlo, ser madura y superarlo, pero tengo una vocecita dentro de mí que dice que haga todo lo contrario. Un debate interminable por lo que procedo a cantar a todo volumen “I don’t wanna be you anymore” de Billie Eilish, terminada la canción procedí hacer una de mis tonterías habituales por impulso como ya era de costumbre.