un sueño lejano a punto de cumplirce

CAP.3

Son las once de la noche y aún sigo sintiéndome oprimida y aunque Rubí y Luisa me estuvieron apoyando mientras lloraba como una magdalena por pensar que en mi vida terminaría siendo solo la marioneta de mi madre y nunca llegaría a tener una verdadera “vida” normal.

incluso recuerdo que el sabor del helado que íbamos a comer los fines de semana, siempre el sabor lo escogía mi madre y a decir verdad nunca me gusto el helado de vainilla tanto como a mi madre, y aunque parece una historia sin sentido y un tanto estúpida es un claro ejemplo de lo siempre ha hecho mi madre con mi vida, incluso creo que lo más “rebelde” que he hecho es tener mis amigas, cuando sé que las odia porque según ella son malas para mi “futuro” y para la carrera que ella me asignara en unos meses, aunque estoy casi segura que será “administración de empresas” ya que sé que es lo ella quiere para mí.

Dejo de pensar en tantas cosas negativas que solo hacen que me hacen ideas tontas en mi mente.

-Rubí, voy a salir un momento no tardo.

- ¿Por qué a estas horas?

-Tranquila no tardo mucho… duérmete.

Salir al jardín en donde siempre ha sido un lugar tranquilo para relajar mi mente y escapar del mundo lleno de ruido que pareciera siempre estar en rojo incluso en los momentos donde hay “silencio absoluto” en todos los “lujos” materiales que se suponen deben complementarme ya que soy una “niñita” consentida ¿Qué más puedo pedir?

 Bueno el jardín va más allá de solo haber y ser mi lugar favorito en el mundo, si no que cuando tenía seis años, tuve una de las experiencias que más me han dado motivos para ser feliz, es que, una pequeña luz brillante que pareciera que desprendía un aura azul que me transmitía una sensación de seguridad,  que me hizo querer correr hacia ella y no volver nunca más a mi casa, pero por más que intentaba no podía ir hacia ella y por un momento sentía que la luz quería hacerme ir hacia ella, y fue como si me mirara directo a mis ojos y supiera exactamente todo de mí, sentía como si fuera la luz de mi alma buscándome y poder ser uno con ella. Y de repente se hizo más y más pequeña, tanto que a duras penas la podía ver en medio de las rosas en las que se encontraba, a medida que se desvanecía mas sentía que podía ir hacia ella y sentir su luz abrazando cada parte de mí, pero cuando la iba a tocar desapareció dejando un vacío que nunca pude completar, le conté a mi padre pero solo dijo que tal vez era una luciérnaga que se escabullo en medio de las flores, pero siempre me rehusó a creer que era solo una “luciérnaga”, mi madre solo dijo que lo olvidara y que seguro había sido mi imaginación pero estoy muy segura que fue no solo eso.

Por eso cada noche que puedo, salgo a ver si puedo volver a verlo y esta vez no ser tan tonta de solo dejarlo ir y no saber el porqué de su existencia o porque apareció en mi vida en ese momento, siempre me ha causado más preguntas que respuesta y aunque ahora el rosal ya no se encuentra en mi jardín, aun así, sigo teniendo el recuerdo vivo de ese momento tan especial para mí.

- ¿Lucy que haces aquí afuera? Está haciendo frio y tu aquí sentada, ya ha pasado tiempo desde que tú te fuiste creí que ya habías vuelto.

-Rubí relájate no me voy a morir de frio estando aquí, así que ve a descansar y yo subo en un rato.

-Sabes que no es verdad y que al menos vas a quedarte aquí hasta que amanezca.

-Vaya que bien me conoces, pero no puedes hacer nada para que suba.

-Lo sé, pero si la montaña no viene hacia mí, entonces yo iré hacia la montaña, así que eso significa que te acompañare.

-Vamos, sé que quieres dormir ve sube, acuéstate y descansa.

-Sabes que no lo hare hasta que tu no lo hagas, aparte no tengo tanto sueño como tú crees.

-Bueno entonces ve a la cocina y tráeme una botella de vino que está en el cuarto cajón a lado del horno.

-Espera… ¡Todo este tiempo tuviste vino y no lo habías dicho!

-Es de mis padres, pero me dejan tomar de vez en cuando así que lo había olvidado por completo.

-Ok, tienes un montón, así que de cual quiere la “madame”.

-Pues veras querida Rubí se me antoja uno de manzana, “carísimo de parís”

-Jaja, en seguida “madame Lucy”

-Gracias, señorita Rubí.

-A sus servicios madame Lucy.

-Jaja, ya basta de tonterías tuyas.

-Ok, entonces prefieres contarme ¿porque esta aquí en medio de la noche?

-No hay otra opción que no sea escuchar tus locuras o contarte, ¿porque estoy aquí?

-No, no hay más opciones.

-Bueno, pues la verdad no podía dormir pensando en tantas cosas que… Decidí venir aquí, “a un lugar mágico para mi” y pensar un poco.

-Mira para que no pienses más en cosas sin importancia te propongo algo, que te parecería saltar a la piscina y nadar para liberar la presión que sientes, que dices.

-Es la idea más loca que he escuchado, parece que el vino te ha hecho efecto… Pero obvio que acepto, no tengo nada que perder, pero espérame voy por un traje de baño.

-Vamos Lucy no seas aburrida, ¿quién hablo de trajes de baño? La ultima en tirarse pierde y hace el desayuno mañana para todas.

- ¡Espera! ¿Estás loca? Como se te ocurre tirarte así a la piscina, te vas a enfermar y yo no tendré la culpa ¡¿me oíste?!

-Lo que tú digas Lucy, más bien deja de actuar como una viejita reprimida y lánzate aquí conmigo, que el agua está fresca y la luna brilla más que siempre ¡diciéndote que te lances!

-Está bien, lo que diga la patrona solo que no me voy a lanzar con mi pijama.

-Como quieras…

- ¡Ay me mentiste! El agua esta helada, mejor me hubiera quedado afuera como la viejita que dices que soy.

-Jaja no seas exagerada, no es es mi culpa que seas una gallinita, sígueme el ritmo y te creo.

-Ja' muy fácil para mi…Espera suena mi teléfono en el bolsillo de mi pijama.



#3686 en Novela romántica
#1110 en Chick lit
#817 en Novela contemporánea

En el texto hay: mafia, magia, padres ricos

Editado: 22.11.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.