Corro, no soporto más, huir lo más lejos que pueda, corro con todas mis fuerzas. No sé cuánto tiempo llevo corriendo ni dónde me encuentro. Mis pies duelen, el aire frío choca contra mí provocando que me estremezca. Está oscuro, tengo miedo, pero aun así necesito seguir corriendo.
_¡Auch! – choqué con una pierda y caí, duele mucho, creo que me he torcido el tobillo, lo sostengo y me permito mirar mis pies por primera vez desde que escapé y tal como imaginé, son un desastre, están todo magullados y sucios. No tuve tiempo de colocarme zapatos, solo pensé en salir rápidamente de ese lugar.
Escucho el sonido de un motor a lo lejos e ignorando el dolor en mi tobillo me levanto, no puedo apoyar el pie.
¡Rayos!
Miro a mi alrededor en busca de un lugar para refugiarme, veo una casa y me dirijo hacia ella lo más rápido que mi pie me permite.
¡Por favor que haya alguien, quien sea, por favor!
Llego hasta la puerta y toco desesperadamente
_ ¡AYUDA! ¡QUE ALGUIEN ME AYUDE POR FAVOR ¡-lágrimas empiezan a salir de mis ojos antes de que pueda controlarlas, siento mi cabello húmedo por el sudor pegado por todo mi rostro, debo verme fatal, pero eso no importa, mi cuerpo se está volviendo pesado y comienzo a sentirme cansada. Siento el ruido del auto más cerca y mi desesperación crece.
_¿Hay alguien aquí? –continúo golpeando la puerta, esta vez con más fuerza y siento un gran alivio cuando es abierta- ayúdeme por favor –me aferro al brazo del chico que abrió, su mirada recorre mi cuerpo.
_Por supuesto, ¿Qué te ha pasado? Entra –me ayuda a entrar a la casa y el alivio me recorre el cuerpo, sensación que no dura mucho- chicos, tenemos otra invitada –lo escucho hablar detrás de mí pero no me volteo, la visión de chicas amarradas y amordazadas me paraliza.
_ ¡NOOOO, DÉJAME! –reacciono al escuchar el grito desgarrador de una chica seguido por llantos. Escucho al chico que me abrió reír junto a sus compañeros- parece que arriba se están divirtiendo mucho –recorro mi vista por la habitación y noto la presencia de otros cuatro chicos, y de repente un instinto asesino se apodera de mí –siento al chico pegarse a mi espalda- no te preocupes, tú también te divertirás.
Sin dudarlo golpeo mi codo contra su estómago. Mal, muy mal, no puedo pelear en mi condición, pero no dejaré que esos bastardos me toquen. Correr también sería inútil así que intento agarrar algo para defenderme, para mi desgracia uno de los chicos saca un revólver y apunta en mi dirección.
_Quieta fiera, un paso más y ¡pum! te vuelo el cerebro.
_ ¡Maldita zorra! –de un momento a otro no puedo escuchar con claridad, creo que mi cabeza fue golpeada, mi visión se torna borrosa, un líquido caliente corre por mi rostro, mi cuerpo cede, veo movimientos distorsionados en todas direcciones, creo que alguien corre hacia mí, pero no logro ver de quien se trata, solo veo oscuridad, unas manchas oscuras que van creciendo y se apoderan de mí.
Abro mis ojos con dificultad e intento identificar dónde estoy. Me encuentro en un lugar lleno de luz ¿por fin he muerto?
_Ya despertaste –dirijo mi mirada al lugar de donde provino la voz.
Y ahí lo veo, su mirada fija en mí, su cara está demacrada ¿hace cuánto no duerme? Intento hablar, pero mi garganta duele.
_ No te fuerces a hablar, llevas varios días inconsciente. Estás en el hospital, ese idiota se atrevió a golpearte –veo su cara contraerse con una expresión que denota enojo. Las imágenes de lo que sucedió invaden mi mente– pero ya lo hice pagar por ello –abro mucho los ojos en su dirección– no te preocupes, no hice nada tonto, la policía se está encargando de ellos –me relajo.
Veo como se acerca hasta la camilla y sentándose a mi lado toma mi mano.
_Sangraste mucho, estaba tan asustado, pensé que te perdería –siento sus dedos acariciar mi rostro- Por suerte estás bien y estamos juntos –intento hablar pero otra vez no puedo así que él continúa- No estoy molesto porque intentaste dejarme, entiendo por qué lo hiciste. A partir de ahora yo te protegeré, ya nadie nos podrá separar de nuevo así que no te preocupes cariño y por favor no vuelvas a escapar –se acerca hasta mi oído- ¿lo sabes, no? Tú eres mía.
¿Cómo pasó todo esto? ¿En qué momento mi vida se convirtió en esta pesadilla? Ya no sé nada, ni siquiera sé quién soy, pero de una cosa estoy segura, es inútil intentar alejarme de este amor, porque no importa lo que pase, lo que diga o lo que haga, este chico que sostiene mi mano y me mira directamente a los ojos como si fuera la persona más hermosa del planeta nunca me dejará y la verdad, tampoco quiero que lo haga. Sólo quiero regresar a cuando nos conocimos, a cuando empezamos a enamorarnos, a cuándo podíamos amarnos libremente sin que nadie interfiri, a cuándo no sabíamos toda la basura que escondían los adultos, a cuando nuestro amor sólo era tonto,a antes que se conviertiera en un tonto amor de telenovela.