Un trato con el nerd

Capítulo 13

Grecia

El auto estaciona frente al gran edificio de Industrias Scott. La puerta se abre y respiro profundamente. Salgo del hermoso coche y camino hacia la entrada. Los empleados me saludan e intento sonreír. Fingiendo que nada ha pasado, que me encuentro perfectamente, continúo mi camino con pasos seguros. Entro al elevador y Nick, el chófer de mi padre, aprieta el botón del piso correspondiente. El elevador se detiene y salimos de ahí. Anna, inmediatamente se pone de pie y nos permite pasar.

-Grecia. Sabes que espero que seas mi sucesora- asentí. –Pero si tú realmente quieres dedicarte a otra cosa, puedes hacerlo. Sé que aún no tomas una decisión definitiva sobre a qué universidad ir, pase lo que pase te apoyaremos. Por eso, quiero darte esto- tendió un sobre para mí y lo tomé.

Lo abrí y al leer lo que decía, lo observé fijamente. Él asintió. Salí de la empresa con una pequeña sonrisa. Amaba trabajar y apoyar el legado de mi padre, pero si en verdad deseaba ir a Reino Unido, tenía que apartarme un poco. Entré al auto y pronto estábamos frente a mi casa. La señora del servicio sirve mi comida, dejo el sobre a mi lado y comienzo a degustar mi comida. El nudo en mi estómago regresa, impidiendo que logre terminar mi plato. Me levanto de la mesa, tomo mi sobre y subo a mi habitación. Mis mejillas comienzan a mojarse, mi corazón se rompe mientras recuerdo lo sucedido hace unas horas. Siento unos brazos rodeando y reconozco el perfume de Kendall. Me sujeto a su cuerpo, como un salvavidas. Sus manos acarician mi cabello, pero el llanto no cesa. Sollozo contra su hombro. Finalmente, dejo salir todo. Cada emoción, cada incertidumbre, todo se va de mí en estas lágrimas. El miedo permanece allí, sabiendo que no podría irse de aquí por un tiempo.

-Greece, todo estará bien- me separo lentamente de ella.

-¿Recuerdas aquella rosa que dejaron en mi casillero?- Ken asintió. –Esa era una amenaza, mentí cuando dije que era de un admirador. Kendall, estos últimos días he estado mintiendo, fingiendo que todo estaba bien- mi voz se quiebra.

-¿Qué pasa, Grecia?- cuestiona preocupada.

-Adam lo sabía. Sabía del trato-

-¿Qué ha hecho?- muerdo mi labio inferior. -Grecia Scott, ¿qué ha hecho ese imbécil?- grita y siento como las lágrimas regresan a mí.

-Él tenía un audio. Aquella conversación donde te involucraba a ti y a Andrea, no podía permitir que la gente pensara cosas malas de ustedes. No cuando no son verdad- sus ojos me observan fijamente.

-Dylan, habla ya- mi corazón se acelera y mis manos tiemblan al recordar ese momento.

-Hoy a la salida, me pidió que nos viéramos. Fui al lugar que pidió. Escuché el audio, mientras él estaba pegado a mi cuerpo. Luego dijo que haríamos un trato. Él tiene un audio, uno que sólo me afectará a mí, pero antes de salir de allí. Adam me atrajo a su cuerpo y me besó, pero no fue sólo un beso, no fue como los de Williams. Andrea siempre es dulce y Adam no, era asqueroso estar a su lado, cuando me dejó ir se burló de mí-

Sus brazos me rodean y vuelvo a llorar. Permanezco allí, entre los brazos de mi mejor amiga, la única que siempre había estado allí. Aquella que nunca me abandonó.

-¿Por qué dejaste que hiciera eso?- cuestionó con la voz rota.

-Yo empecé esto, sólo yo tengo que sufrir las consecuencias- escucho sus sollozos y me separo de ella.

-No tienes por qué hacerlo. Soy tu amiga, estoy en esto contigo y Andrea aceptó el trato, él sabía que algo así podría pasar- limpio mis mejillas.

-No le digas nada, por favor- rogué.

-No puedo prometerte nada, sólo haré lo que crea correcto- asentí.

No me importaba lo que la gente pudiera pensar de mí. Mañana las cosas cambiarían. Todo sería distinto y probablemente después de eso, Andrea no querría saber nada de mí, pero no importaba. Aunque me doliera. Él estaría a salvo. Eso era lo único en lo que podía pensar.

 

Todos lo han escuchado. Sus miradas llenas de odio me demuestran que nunca les importé. Ignoro todo y llego a la cafetería, compro mi almuerzo y camino hacia mi mesa. Los murmullos incrementan en cada paso que doy y se calman un poco cuando me siento. Kendall se acerca con su bandeja y a unos metros veo a las animadoras. Justo antes de que ellas tomaran asiento en sus respectivos lugares la voz de Adam se hace presente.

-¿Acaso se sentarán junto a Scott? ¿Han enloquecido?- muerdo mi labio inferior. -¿Cómo es siquiera posible que puedan respirar el mismo aire que una persona tan repugnante como ella?- mi corazón late rápidamente y el enojo comienza a recorrer todo mi cuerpo.

-¿Llamas repugnante a Grecia?- grita Kendall poniéndose de pie, llamando la atención de todos.

-No recuerdo mencionar Kendall Moore en esta conversación, ¿no tienes que ir a buscar a tu nueva conquista o te has enamorado?- me levanto de mi lugar y tomo la mano de mi mejor amiga, huyendo de ese lugar.

El dolor en mi tobillo crece conforme a mis pasos, pero no me detengo. Hasta que llegamos al campo. El aire vuelve a mis pulmones, pero no se siente bien. No se siente igual. Aunque haga esto para proteger a Andrea, no se siente como estar a su lado.

-No deberías permitir que él haga eso- reprocha Ken.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.