Un trato con el nerd

Capítulo 25

Grecia

Me observo en el espejo cuando terminan mi maquillaje. Sonrío a mi reflejo y siento los brazos de Kendall rodeándome. Acomodo mi cabello y salgo de la habitación, Ken se adelanta a mí y camina hacia afuera. La organizadora del evento se acerca a mí y tiende un ramo de girasoles. Sonrío y lo acepto. Me guía hasta mi lugar y se aleja de mí. El pianista comienza a tocar una hermosa melodía y Étienne me observa sonriendo frente al juez. Comienzo a caminar sintiendo la arena en mis pies, poco a poco hasta que el agua los cubre por completo. Detengo mis pasos cuando me encuentro al lado del francés. Émile entra después vistiendo un traje negro. El juez comienza la ceremonia y finalmente firmo aquel documento. Siento los brazos de Étienne sujetándome fuertemente y me eleva del piso. Río mientras observo su rostro emocionado. Me deja en el suelo y abrazo a Émile.

-Felicidades- digo a los recién casados.

-Gracias por ser parte de este momento- dice mi mejor amigo.

-Ambos son importantes para mí, ¿cómo podría no venir?- cuestiono.

Émile y Étienne comenzaron a salir dos semanas después de aquel viaje a Inglaterra, por casualidad, el asiento de ambos estaba al lado del otro, así que inevitablemente comenzaron a hablar. Comenzaron a desarrollar sentimientos por el otro. Mantuvieron oculta su relación durante mucho tiempo y la darían a conocer el día de la inauguración del hotel, pero Émile tuvo un compromiso y Étienne asistió conmigo. En aquel momento cuando cuestionaron sobre una boda dije la verdad, pues días después de eso, Étienne hizo su propuesta.

-Grecia, iremos a hablar con Andrea, volvemos en un minuto- dice Kendall y asiento.

Liam y Kendall seguían igual de enamorados, hablaban con Andrea casi a diario, en ocasiones hablaron frente a mí, pero con el tiempo me di cuenta de lo doloroso que era eso. Él no ha podido irse de mí y sé que nunca lo hará, al final de todo, nunca olvidas a tu primer amor.

-¿Puedo preguntar qué es lo que hace una mujer tan bella como usted, sola o sería muy cliché?- cuestiona una voz masculina, despertándome a la realidad.

-Sería muy cliché- respondo y alzo mi mirada.

Mis ojos se encuentran con un par de ojos azules, lo observo completamente y su cabello rubio llama mi atención, era casi completamente blanco. Descubro algunos tatuajes cubiertos por aquel traje negro y allí lo reconozco, era el padrino de Émile.

-Un placer conocerla, soy Keith Hamilton- tiende su mano hacia mí y la acepto.

-Grecia Scott- cuando digo esto observo que no tiene ninguna expresión de sorpresa.

-¿Me permitiría esta pieza y las siguientes?- cuestiona sonriendo.

-Sí- respondo.

Bailo con él, canción tras canción, durante mucho tiempo. Hasta que el Sol se oculta y la Luna comienza a brillar. El recuerdo de aquella noche, que ahora parece tan lejana, llega a mí. Los brazos de Andrea rodeándome, nuestros cuerpos bailando a un solo compás y aquellas promesas. Me separo del chico y salgo corriendo de ese lugar.

-Grecia- escucho los gritos de mi mejor amiga, llamándome.

Las lágrimas comienzan a correr por mis mejillas y el frío de la noche me envuelve. Abrazo mi cuerpo. Escucho la voz más cerca hasta que se detiene. El calor de un cuerpo me abraza, reconozco el perfume de mi mejor amiga y le devuelvo el abrazo. Su ausencia me duele tanto, especialmente, cuando la Luna sale.

-¿Keith hizo algo inapropiado?- cuestiona Ken.

-¿Conoces a Keith?- cuestiono.

-¿Tú no lo haces?- responde.

-¿Quién es ese chico?- pregunto.

-Keith Hamilton el actor más popular del momento, mejor amigo de Émile Curie- ¡Keith Hamilton!

¿K.H? La sorpresa invade mi cuerpo. Definitivamente él era K.H. Mi cuerpo se paraliza y no sé qué pensar. No sé qué hacer. Keith ha estado mandando flores durante todos estos meses y gracias a ese trato el responsable del accidente de mi padre está en proceso de juicio, con muchas probabilidades de varios años en prisión. ¿Acaso podría olvidar a Andrea? ¿Acaso quería hacerlo? Miles de dudas comienzan a llegar.

La fiesta termina y finalmente estoy en la habitación del hotel. Mis ojos no pueden cerrarse y mi mente no me deja dormir. Si quiero seguir adelante, ¿podré hacerlo? ¿Podré dejar de pensar en Williams? Observo el cielo nocturno por la gran ventana con vista al mar. Me levanto de la cama y camino hacia el balcón, el viento hace estremecerme y abrazo mi cuerpo. Miles de pensamientos en mi cabeza, sin decir ni una palabra. El reflejo de la Luna llena sobre el mar es un gran paisaje. El tiempo pasa y el viento se hace más frío. Entro a mi cama e intento dormir, luego de unos segundos, finalmente el sueño me envuelve.

 

Los rayos del Sol entrando por el balcón me despiertan. Mi cuerpo se encuentra adolorido y tiene que ver con no dormir mucho y bailar casi toda la tarde. Me levanto de la cama y camino hacia el baño, me ducho y me coloco un bañador, arriba de éste me pongo un vestido suelto combinando con unas sandalias café. Salgo de mi habitación y camino hacia la de Kendall. Toco y luego de unos segundos abre. Entro y me encuentro con Liam sentado en el sofá.




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