La experiencia que tenía Elizabeth sobre fiestas se limitaba solo a las fiestas que salían en películas, sobre todo de las películas de Buenos Vecinos, sin duda Zac Efron daría buenas fiestas. Aquella fiesta sin duda le hacia honor a Zac, todos se encontraban bebiendo de vasos rojos que solo el más idiota no pensaría que fuese cerveza o cualquier tipo de alcohol, el ruido de la música era realmente alto, las parejas y grupos de amigos bailando y las luces de neones abundaban.
—¡Esto es grandioso! —grita Des con una sonrisa de oreja a oreja — sin duda lo mejor de lo mejor.
Sin dejarla pensar, Des la toma de la mano para adentrarse a aquel mar de personas. Sin duda en ese momento no existía lo que era el espacio personal con tantas personas en aquella casa. Cuando llegaron a lo que era la cocina unas chicas, tres siendo precisos, ellas se encontraban bebiendo en la barra de la cocina al verlas levantaron rápidamente las manos en forma de saludo en su dirección.
—¿Las conoces? —pregunta Elizabeth a Des.
—¡Si! Son mis mejores amigas, tengo que presentarte, te caerán bien.
Si bien Des se encontraba emocionada por presentarla, Elizabeth realmente no tenía ni la intención de estar en aquel lugar ni en conocer a aquellas personas que eran amigos de su media hermana.
—No creo que sea buena idea. — dice Elizabeth soltándose del brazo de Des.
—Pero… has querido venir, tienes que divertirte, vamos.
—Solo he dicho que quería venir para que te dieran permiso, pero no quiero, estaré fuera, diviértete, si quieres irte puedes encontrarme allí.
Des solo pudo asentir con la cabeza, comprendía que todo aquello pudiera ser un poco extraño para ella, que realmente no había nadie en esa fiesta que conociera de antes.
Si bien Elizabeth podría aprovechar esta situación y participar en la que podría ser su primera fiesta, el pensamiento de todas aquellas personas pegadas entre sí, el sudor y el olor que podrían reproducir aquellos cuerpos ebrios hizo que se quedara sentada fuera de aquella casa en una de las bancas que se encontraba fuera de la casa. La mayoría de los chicos se encontraban dentro de la casa, pocos despavoridos salían de vez en cuando. Sin duda la chica de apariencia asiática le llamo demasiado la atención.
—¡Eres un imbécil! Dígnate a contestar una de mis putas llamadas… acaso estas tan ocupado, si seguro que si… ¡SIENDO UN PUTO IMBECIL DE MIERDA!
Aquella chica que gritaba a su teléfono sin duda robo la atención de Elizabeth de su teléfono <<esta borracha y enfadada, la persona que la ignora debe que ser un imbécil realmente>> la chica debió sentir la mirada de ella, por lo que se acerca un poco tambaleante hacia Elizabeth.
<< ¿Qué hace?>> pensó un poco asustada Elizabeth creyendo que el enojo que sentía hacia aquel chico que la ignoraba recaiga contra ella. Por lo que rápidamente se levanta de su sitio y camina hacia la calle.
—¡Espera! —grito tras de ella — ¡chica de pelo corto! ¡para! ¿Qué no ves que estoy ebria? ¡Maldita desconsiderada!
<< ¿Querrá ayuda para volver a casa? Seguro que el imbécil de mierda (como ella lo ha llamado) la dejo aquí botada>>
Aquel pensamiento hizo que ella detuviera sus pasos para voltear hacia la chica,
—¿Eres de esas locas que hace caminata rápida o que te pasa? —dice una vez que alcanza a Elizabeth. —¿tienes planes? — eso era lo que menos esperaba.
Elizabeth miraba a la chica como si un alienígena fuera la que estuviera frente a ella y no una chica asiática vestida con un vestido rosa fosforescente con todo el rímel corrido por las mejillas <<aun hecha un desastre se ve hermosa>>
—¿Qué? —si bien Elizabeth había escuchado con claridad, eso era irreal.
—¿Acaso eres sorda? Ven, sígueme… — empieza a caminar la chica alienígena.
—¡Espera! no puedo ir contigo.
—¿Por qué no?
—Mmm… bueno, primero: eres una desconocida, segundo: no se ha donde quieres ir.
Ahora la alienígena era la que veía a Elizabeth como si estuviera loca. Esto sin duda era una escena digna de ser parte de una película de comedia adolescente.
—Como quieras… Me llamo Yuri, y vamos a enfrentar a un imbécil, ¿te unes? O ¿solo dejaras que una pobre chica borracha vague por las calles?
Su capacidad de manipulación era tan buena que lo único que pudo hacer es caminar tras ella mientras ella se tambaleaba hacia algún lugar que la llevara aquella oscura y solitaria calle.
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El camino hacia el lugar desconocido estuvo lleno de palabras incoherentes de parte de Yuri (la cual Elizabeth se dio cuenta que era la anfitriona de aquella estruendosa fiesta), y por supuesto de preocupación por parte de Elizabeth con que un loco asesino, secuestrador o violador saliera de la nada contra ellas. Si bien quería hacer enojar a Joanna y a Douglas, ponerse en riesgo con una desconocida, sumando el hecho que fuera en una ciudad que no conocía, ni nadie cercano tuviera el cómo contactarla.
—Oye, todo el camino he estado tratando de recordarte, tu cara la he visto en algún lugar, tu nombre lo siento en la punta de la lengua, pero no me llega nada ¿Quién eres? —pregunta Yuri rompiendo el silencio.
—Me llamo Elizabeth.
—Ya, que fino, te diré Beth…
—Pero…
Cuando trato de alegar aquel diminutivo de su nombre fue totalmente ignorada por Yuri, ya que al parecer su único objetivo era llegar a la casa de aquel “imbécil” (un poco dudable por la falta de sobriedad en su sistema). Toda esta situación se le parecía fuera de plano a Elizabeth, como si realmente estuviera leyendo una escena y se formulara en su cabeza, la única diferencia era que ella se encontraba interactuando con lo que ella predominaba “Linda protagonista.”