Un verano inesperado

∞Capítulo 11: "Problemas"∞

La canción terminó y yo estaba muy feliz por aquel momento que había tenido con Paul, sentía que el tiempo ya no importaba. 

—Lo hiciste muy bien —dijo Paul. 

—Nunca había bailado así —sonreí. 

—¿Tú crees que yo si? —preguntó. 

Reí. 

—Debo irme, volveré con mi familia —dije. 

—Sí, yo igual debo irme, ya serviremos la comida —dijo. 

Regresé a mi lugar y me sentí muy contenta por aquel baile que tuve con Paul, llevaba tanto tiempo que no bailaba con alguien y me sentí tan conectada y feliz.

Carolina se acercó a mí con enojo, me fulminaba con la mirada y yo supe rápidamente por qué. 

—¿Cómo pudiste? —preguntó fulminándome con la mirada.

—¿Qué? 

—Tú sabes que me gusta Paul y te pusiste a bailar con él como si fuera tu novio —dijo con enojo. 

—¿De qué hablas? —pregunté frunciendo el ceño.

—¡Pensé que éramos amigas! —exclamó con enojo. 

—Oye, estás exa...

—¡Nada! ¡No me hables nunca más! —exclamó con enojo. 

Se alejó de mí y salió del salón principal, yo estaba totalmente sorprendida por su comportamiento.

La comida no tardó en servirse y me sentí muy mal por Carolina, sabía que bailar con Paul le afectaría a ella y simplemente no me importó. 

—¿Puedo comer contigo? —preguntó Paul. 

Lo miré con el ceño fruncido y luego lo fulminé con la mirada, me sentía enojada con él porque no mostraba ningún interés por el tema. 

—¿Después de esto? —pregunté. 

—¿De qué? —preguntó. 

—Ten suerte de que mi familia está en otra mesa porque ya nos hubieran escuchado —dije.

—¿Qué tiene de malo? 

—Carolina se enojó conmigo porque bailamos —dije.

—Oye, lo siento mucho, si quieres puedo hablar con ella —dijo. 

—Ni siquiera le encuentro sentido a sus pensamientos, no somos nada. 

Paul se quedó callado y solo se concentró en su comida, eso me hizo dudar de mis palabras, me sentía tan confundida por su actitud.

El resto de la noche estuvo todo tranquilo, habíamos cenado muy bien y lo que faltaba era que nos diera sueño. Me la pasé platicando con Paul todo ese rato, me sentía muy bien hablando con él, tenía muchas cosas por decir y eso me encantaba de él, ya que teníamos muchos temas de conversación y eso hacía que no nos quedáramos en silencio.

Empezaban los problemas para nosotros, aunque sinceramente no me importaban, yo me sentía feliz por lo que hacía y no estaba equivocada de enamorarme, al contrario, estaba orgullosa de eso porque el amor volvió a mí y no lo dejaría ir nunca más.

 




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