Un verano inesperado

∞Capítulo 14: "Paul"∞

Sus labios chocaron con los míos y yo sentía que me moría por dentro, definitivamente estaba sintiendo cosas nuevas por él y no podía controlar todo eso. El beso era tierno, nuestros labios se movían en sintonía y eso era lo mejor, se movían al compás y no podía pedir más, simplemente se reflejaba el amor en un solo beso.

Nuestros labios se separaron y nuestras miradas chocaron, nuestros ojos se miraban con ternura y amor, definitivamente era más que suficiente.

—Ya lo sospechaba —dijo de repente. 

—¿Qué? 

—Que sentías lo mismo que yo —dijo. 

Reí. 

—No lo pude evitar, Paul, ya llevamos un tiempo en la selva y era inevitable no fijarme en ti —sonreí. 

—Digo lo mismo, Leila, no podía evitarlo —dijo. 

Sonreí. 

—Paul, esto es nuevo y la verdad no sé cómo llevarlo, necesitamos conocernos más —dije.

—Estoy de acuerdo contigo, Leila —sonrió. 

Caminamos un tramo y llegamos al río, ahí platicaríamos sobre nosotros. 

—Como te dije anteriormente, nací en Chiapas y pasé parte de mi niñez ahí, hasta que nos mudamos a la selva y a partir de ahí ha sido mi hogar por muchos años —contó—. Mi mamá nos abandonó cuando era pequeño, justo cuando a mi papá le ofrecieron trabajar como guía en la selva, ella no quería venir porque no quería vivir toda su vida en una selva, así que tomó la decisión de irse y no he vuelto a saber nada de ella desde ese día —contó. 

—Oye, que mal —dije. 

—Sí, estuvo horrible ver a mi papá destrozado, lo recuerdo muy bien, todas las noches se la pasaba llorando y deseando morirse, lo entiendo, mi mamá era todo para él —explicó. 

—Claro, no debe ser fácil que tu compañera de vida te esté dejando para siempre —dije.

—Sí, es horrible, lo peor es que él la odió por un tiempo y yo también, ahora veo las cosas distintas y ya no la odio, al contrario, la quiero porque es mi mamá y por algo decidió irse —dijo. 

—Me alegro de que veas las cosas de ese modo, es bueno tener esa mentalidad, no odiar a nadie, no conviene —dije. 

—¿Sabes? Fue difícil al principio, tuve que dejar la escuela y comenzar a trabajar con mi papá, nos costó mucho trabajo al principio pero al final lo logramos —sonrió. 

Sonreí. 

—Realmente nadie sabe de esto, decirlo es algo que me ayuda mucho a liberarme, además estoy seguro y tranquilo porque eres tú a quien se lo digo —sonrió. 

—Significa mucho para mí que me cuentes tu historia, eso habla de la confianza que me tienes y eso nunca lo olvidaré —sonreí. 

—No me equivoqué al empezar a sentir algo por ti, realmente nadie me había hecho sentir esto y es extraño en su punto —contó. 

Reí. 

—Que el tiempo sea el principal, todavía debo buscar una forma de cómo hablar con Carolina —dije con tristeza.

—¿Sigue sin escucharte? —preguntó. 

—Sí, no quiere, está totalmente enojada conmigo —dije.

—No te preocupes por ella, tal vez se le pase, tampoco es que se la pase así todo el verano, es aburrido. 

—Lo sé, espero que piense lo mismo. 

El día estaba hermoso y los árboles daban un aire fresco, además tenía la compañía de la persona que movía todo de mí, que me hacía sentir cosas fuertes e intensas; de Paul. Conocer un poco de su historia hizo que se abriera una puerta, la confianza, realmente quería conocer primero a Paul y luego ver qué pasaba, sentía que así era mejor y más bonito. Su pasado era muy triste, aunque lo bueno era que él había salido adelanto junto con su papá y eso era digno de admirar, no muchos lo lograban.

El amor crecía más y eso se sentía muy bonito porque daba felicidad y llenaba todo, además de que me ayudó a sanar mi corazón roto y a cambiar de opinión sobre el amor. Definitivamente se sentía hermoso amar y Paul me hacía amar con todo mi corazón.

 




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