Un verano inesperado

∞Capítulo 44: "Para ti, Paul"∞

Los días siguieron pasando y la semana concluyó. Los preparativos para la fiesta ya estaban listos, ya teníamos parte de la decoración preparada y solo faltaba montarla. Toda esa semana estuvimos trabajando con el grupo la decoración y al final quedó casi igual como lo tenía planeado en mi mente. 

—En verdad felicidades, Leila —dijo Andrea.

Estábamos en frente de todo lo que teníamos ya listo, solo faltaba montarlo, pero eso lo haríamos un día antes de la fiesta.

—¿Quedó bien? —pregunté con una sonrisa. 

—Leila, siento como si hubiera estado en tus vacaciones —dijo y rio. 

Reí. 

—No está igual, pero si está parecido —sonreí. 

—Leila, te quedó increíble, en serio —dijo. 

Solo faltaban algunas cosas, pero ya teníamos todo listo y eso se lo agradecía a Paul, él me motivó para que lo realizara. 

—Leila, es cierto, hace poco vi unos vestidos que tienen la misma temática de la fiesta y los aparté para que tú los vieras, hay que ir —dijo. 

—Me parece bien —sonreí. 

Salimos de la cancha y nos dirigimos a la salida de la escuela, nuestra hora de salida fue hace más de tres horas, solo que nos quedamos en la cancha para ver los últimos detalles con el grupo. 

Nos montamos en nuestras bicicletas y nos dirigimos a la tienda donde Andrea había visto los vestidos, no estaba tan lejos, así que no tardaríamos tanto en llegar. 

Andrea se detuvo y yo igual, ya habíamos llegado a la tienda. 

—¿Aquí es? —pregunté. 

—Sí. 

Dejamos nuestras bicicletas amarradas y entramos al local. 

—Te encantarán los vestidos, en serio —dijo con una sonrisa. 

Había muchos vestidos increíbles y no dudé en que serían los mejores vestidos. 

—Buenas tardes, vengo por unos vestidos que aparté —dijo Andrea a la que estaba en el mostrador.

Ella asintió y fue a buscarlos. 

Mi vista estaba en los vestidos y no podía dejar de verlos, todos estaban increíbles y me daban ganas de comprarme uno de cada uno. Me acerqué a algunos y los empecé a ver, en verdad estaban bonitos. 

Estaba cerca de la entrada del local, ya que ahí estaban los vestidos y no podía dejar de verlos. Hasta que mi vista se posó en una persona que pasó en frente de la tienda y yo me derretí por dentro, mi corazón comenzó a latir rápido y mis sentidos se activaron. Esa persona se parecía tanto a Paul, tenía las mismas características que él, no le vi la cara pero sentía que era él. Salí corriendo de la tienda y me desmotivé al ver que no estaba esa persona, se había ido. 

—¿Qué pasó, Leila? —preguntó Andrea.

—Nada, pensé haber visto algo —dije rápidamente. 

—Entremos, ya están los vestidos —dijo. 

Ella entró y yo di una última mirada, en verdad pensé que era Paul. 

—Este es el que elegí para ti —dijo Andrea al verme entrar. 

El vestido era de color blanco pero tenía como estampado muchas palmeras, estilo bohemio, con tirantes y llegaba hasta el muslo. 

—Andrea, está increíble —dije sorprendida. 

—Sabía que te gustaría —dijo y me guiñó el ojo. 

El de Andrea era blanco, con tirantes, estilo casual y llegaba hasta el muslo. 

—Cuando me contaste que la temática era de la selva, yo vi estos vestidos y sabía que te encantaría el que te elegí, sabía que te sentirías cerca de la selva y de tus recuerdos —dijo. 

—Ay, Andy, te quiero mucho y muchas gracias por todo —sonreí y la abracé. 

Ya estaba lista para la fiesta, ya tenía el enfoque en mi cabeza, tenía la idea lista. Todo eso era para Paul, todo el plan que tenía era para él, era dedicado para todo lo que me hizo sentir, era para el sentimiento que me provocó. Era solo para él. 




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