Un Viaje Magico: El Mundo de los Sueños

El poblado de los Inicios

Eran las diez de la mañana y jugaba con mi perro en la pequeña sala de la casa cuando apareció Jlu, con palabras suaves y delicadas pidió mi ayuda. Ella deseaba salvar su mundo y yo era él héroe que mencionaba; en aquella casa solo existían cuatro habitaciones pero en el momento de buscar una puerta misteriosa, creí contar diez habitaciones pero todas ellas tenían distintas puertas de diferentes formas y colores.

— Apresúrate Daniel debemos llegar a tiempo o el portal se cerrara y no podremos ir a mi mundo — menciono Jlu.

Era tal mi sorpresa, conocía aquella casa todos sus rincones hasta el más oculto, pero jamás había visto tantas habitaciones tantas que me estaba mareando, todo aquello se asemejaba a un laberinto, al llegar a una gran puerta de color rojo y en su madera llevaba tallado un gran escudo con dos leones a sus lados Jlu planto su mirada y dio vuelta con una mirada de intriga.

— Debemos ir por esta puerta, nos llevara a Magra. Allí debemos hablar con el gran sabio — exclamo Jlu llevando sus manos al pecho.

— ¿Pero?, y mi mamá, se preocupara por mí, no creo que deba ir — respondí algo preocupado — seguro mamá se pondrá mal si no estoy en casa.

— No te preocupes regresaremos pronto — Jlu, dijo con una sonrisa en su pequeño rostro — así que debemos irnos.

La gran puerta se abrió y una brisa acaricio mis mejillas y las orejas de Leal se movían sin cesar, la pequeña hada entro en aquella puerta y yo la seguí con temor a no volver a casa.

Después de camina por un túnel oscuro llegamos a un gran bosque, salimos de una pequeña cueva, la puerta a mis espaldas había desaparecido sin dejar rastro alguno, en aquel bosque todo era muy distinto, sus aves, el color del bosque era diverso como un arcoíris, de pronto escuche un gran rugido que termino asustándome, un animal que jamás había visto estaba frente a mis ojos: tenia apariencia de peluche en forma de pony este era muy grande que sobre él llevaba una canasta con varios asientos, allí se encontraba una bonita niña que nos saludó a todos los que estábamos allí.

— Hola… ¿habéis llegado bien?, los llevare al poblado — comento mientras movía sus manos.

— Hola Nurix, gracias por llevarnos.

Fue un saludo simple y daba a entender que nos esperaban, Nurix era nuestra guía y nos iba relatando sobre el poblado y su gente, decía que allí habitaban varias razas desde elfos, hadas, gigantes, enanos y animales que podían hablar, todo lo que ella relataba me sonaba fantástico como en un sueño y a la vez me hacía recordar una película que vi en casa de mis primos, Alicia en el país de las maravillas, una niña que seguía a un conejo blanco para luego reunirse con el sombrero, pero aquí todo era distinto, yo era un héroe por alguna razón y debía salvar el mundo de Magra, al cabo de varios minutos llegamos a un pueblo muy colorido y concurrido había personas por todos lados, unos compraban otros simplemente caminaba, pero cuando nos vieron llegar el pequeño mercado que estaba a la entrada del pueblo quedo totalmente en silencio, todos miraban al pony en forma de peluche y hacían comentarios en susurros.

— No se preocupen, es algo normal cuando ven extraños llegar al pueblo — dijo Nurix con seriedad.

No entendía lo que sucedía en aquel pueblo, a pesar de la gran bulla que se escuchaba las personas no parecían alegres.

Al pasar un rato llegamos a una pequeña colina en el centro del pueblo, allí estaba una pequeña casa de madera, fuera de ella nos esperaba un anciano con una gran barba blanca, al bajar del animal en forma de peluche, el anciano nos hizo ingresar a su casa, dentro de ella se sentía un ambiente acogedor y hogareño donde se podían ver fotografías a blanco y negro y una mesita de madera con dos sillas.

— Tomen asiento, sean bienvenidos a mi humilde morada, soy el gran sabio o lo que queda de él — dijo con una voz débil y cansada.

El débil anciano nos relataba que en el pueblo existía la prosperidad y la felicidad en todos sus habitantes pero unos bandidos robaron una reliquia, después de que eso sucediera el pueblo se vio invadido por sequias y enfermedades pero una gran profecía en la cual mencionaba que un niño y su fiel amigo llegarían para restaurar el orden.

— Un niño como yo podrá salvar a su pueblo, tengo apenas ocho años, no tengo el valor suficiente — respondí frunciendo mi seño.

Nurix, Jlu y el anciano me miraron con ojos de compasión pero a la vez sonreían pues ellos dijeron a la vez que me ayudarían en todo, pero, si estaba dispuesto a enfrentarme a un desafío muy difícil, Leal reacciono con una pregunta.

— Gran Sabio, conoce a donde pudieron huir los bandidos con la reliquia



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En el texto hay: magia, magia y fantasia, magia y aventuras

Editado: 23.05.2019

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