Estaba mirando las misiones en el gremio junto con Marcelo. Las chicas estaban esperando en una mesa del gremio para ver cuales misiones aceptábamos.
“Solicitud de exploración a la ‘La Mazmorra Dragón’ Requerimos que alguien la explore y entregue un mapa de como es la mazmorra. Los tesoros encontrados se los pueden quedar. Solicitud de gremio. Recompensa: 1,500 milieraldas”
“Un hombre lobo ha sido avistado en las partes este y sureste de la ciudad, se requiere eliminación. Recompensa: 1,000 milieraldas”
“Solicitud para escoltas para llegar a la ciudad vecina para usar la tienda de teletransportación. Recompensa: 1,500 milieraldas”
“Ents pequeños y nada amigables se han visto a las afueras de la ciudad, se requiere un observador para ver cual es su propósito y de donde vinieron. Recompensa: 250 milieraldas”
Y había muchas más misiones, pero hubo una que llamó mi atención.
Tome la misión con mis manos y la empecé a leer.
-Un calamar esta adueñándose del lago cerca de la ciudad. Se requiere su eliminación inmediata. Recompensa: 5,000 milieraldas. ¿Cómo fue que llego un calamar a un lago?
Marcelo me contestó:
-Es obvio, seguramente se arrastró desde el mar hasta el lago.
-… ¿Sabias que el mar esta a millones de kilómetros, verdad?
-Perdón, me equivoqué.
En ese momento, la recepcionista con la que hable antes, Meredith, nos habló a nosotros.
-¿Van a aceptar la misión del lago? ¿En serio van a aceptar la misión?
Por alguna razón, tenia una cara de felicidad.
-A-Ah, no, en realidad, solo me daba curiosidad.
Entonces ella pego sus manos como si fuera a rezar y me dijo con una mirada rogadora.
-Aun así, ¿Podrían al menos intentarla? ¿Podrían?
El viejo en celo a mi lado le habló:
-No creas que caeré en tus encantos solo porque eres mujer, pero ya qué, supongo que tenemos que aceptarla.
-¡Ni se te ocurra aceptarla! La misión no es para aventureros principiantes, y nuestro equipo que solo tiene una vanguardia, es decir, yo, jamás podría ganarle a un pulpo.
-Es un calamar.
Meredith se acercó a nosotros con una mano a un lado de su boca y con una voz baja nos dijo:
-Entonces, les contaré un secreto. No se lo digan a nadie ya que podría haber problemas y las personas huirían de la ciudad.
¿Qué es esto? ¿Hay algo malo en la ciudad? No es como si haya un general del rey demonio planeando atacara, ¿verdad?
La recepcionista volteo a los lados y siguió hablando:
-El lago es la única fuente de agua de la ciudad, y las rutas para ir a otras ciudades son largas y peligrosas, por lo que muy pocos comerciantes vienen a vender sus productos aquí.
Eso explica que aquí se coman cosas como la carne de duende.
-Ya que este es un valle con una única salida no se puede construir más rutas. El lago con el calamar es peligroso, por lo que nadie va y viene para traer agua desde hace un buen tiempo.
Oh, entiendo a donde va esto.
-Si esto sigue así, el costo del agua subirá y mucha gente no lograra comprar agua, por lo que la ciudad acabara en la ruina.
Si no se elimina al calamar rápido, probablemente las personas migraran. La economía en la ciudad será terrible y la ciudad terminara por convertirse en una ciudad fantasma.
-Es por eso que esta misión es de suma emergencia, ¿Podrían ir a eliminar a ese calamar?
Entonces le hablé a la recepcionista:
-Aun si fuéramos, lo más probable es que terminemos muertos. Mi equipo es solo un equipo de novatos, y creo que esta mucho peor que el de los novatos. No tengo un arma y mi espada no cuenta, y tampoco tengo dinero para comprarme una. De hecho, si sigo de esta manera, terminare en la ruina.
Para dormir tuve que alquilar una habitación, pero no creo poder seguir así si no consigo dinero.
-Oh… entiendo. Supongo que aun son demasiado débiles, así que no pueden hacerlo. Pensé que ustedes serian los que salvarían a la sirena.
-… ¿Sirena?
La recepcionista estaba por irse hasta que escucho lo que dije.
-Sí, ¿No lo sabias? En ese lugar hay una hermosa sirena. Ella no es agresiva y se alimenta de frutas y pescados, por lo que nunca se exterminó. La sirena nos encargó que le dijéramos a los aventureros que a quien sea que sean sus salvadores, les otorgara un deseo.
-… ¿Un deseo?
-Sí. Nos dijo que el deseo era el que sea que estuviera en sus manos, y cuando dijo lo que sea, dijo lo que sea.
... ¿L-Lo que sea?
Yo y Marcelo nos miramos el uno al otro y luego miramos a la recepcionista.
Entonces…
-¡Aceptamos la misión! X2
Yo y Marcelo le dijimos eso a la recepcionista al mismo tiempo.