Lorian POV:
¿Por qué he dicho eso? ¿Matrimonio de conviviencia? A veces, no utilizo el cerebro. ¿Por qué soy tan tonto? Ahora me odiará el triple.
Siempre la cago cuando a lado de Daisy.
Cuanto noto su sufrimiento cuando me habla, me siento furioso conmigo mismo.
Siento un dolor desgarrador en mi corazón al ver la mirada de Daisy, llena de tristeza y de decepción. Y todo esto ha sido por mi culpa. Por haber abandonado a la chica que amo por inseguridad, por debilidad. Y me voy a arrepentir de esa decisión para toda mi vida.
¡No! Exclamo internamente cuando la veo marcharse, lejos de mi. Esta vez no. No puedo dejarla ir hasta que le confiese porque la había dejado. Aunque será un complicado trabajo, sabiendo que Daisy no quiere verme ni de pintura. Sería difícil pero nunca me voy a rendir. No con Daisy.
Corro hacia ella, tomándola del brazo.
—¡No! —niego con la voz temerosa—, No puedo dejarte ir. Ya no más.
***
—¿Estás loco o qué? —inquiere Dean casi gritando después de comentarle sobre todo lo que ha pasado el viernes—, Era normal que Daisy te hubiera rechazado de esa manera. ¿Estabas en tu sano juicio cuando le pediste el matrimonio? La verdad, nunca pensé que lo ibas a hacer pero, ¡wow, eres asombroso!
Le fulmino con la mirada. ¿Por qué todo me sale mal? Pienso al modo grinch —gruñón con clase—.
Quise conquistarle primero usando mi encanto francés pero antes de que pudiera empezar con mi plan de conquista, Daisy se iba a marchar de mi vida para siempre. Cuando la vi alejarse de mí, no tuve más remedio que actuar.
En vez de acercarla, la he alejado más de mí.
—Esto…Es que…No quería pedírselo en cuanto la viese. Eso no era lo que planifique pero…¡Quería borrar nuestro amor! Sí, he sido un capullo novio pero lo hice para su bien. No quería que estuviera conmigo cuando me estaba muriendo…¡Mierda! No quería que sufriera por mi culpa pero al final sufrió —grito intentando dar un golpe a mi escritorio.
Estoy cabreado por ser tan estúpido.
Bueno esa es la expectativa porque acabo de recibir un doloroso golpe por andar actuando modo hombre alfa.
—Tenía que haber ido en su búsqueda cuando ocurrió ese milagro que me salvó la vida pero en vez de eso, estuve esperando que me llamara porque no tenía la valentía de luchar nuestro amor.
—¿Tanto la amaste? Pensé que ella solo fue un amor pasajero cuando de repente comenzaste a salir con…
Aprieto las manos con furia.
—Ha sido un horrible error que cometí —lo interrumpo—, A partir de ese entonces, no he salido con ninguna mujer.
Tampoco ha sido complicado llevar una vida de celibato. No quería hacer el amor ni tener ninguna relación romántica con alguien que no fuera mi pequeña Daisy.
—Eso es verdad —añade Dean pensativo—, Te centraste tanto en el trabajo que te has ganado a pulso el apodo de Ceo Robot.
Daisy POV:
Días después. New York.
—Sam, ¿estás aquí? —digo al abrir la puerta del apartamento donde comparto junto con mi hermana menor.
Es un apartamento moderno, con algunos que otros elementos victoriano. Una mezcla entre lo nuevo y lo antiguo. Justo como es mi personalidad.
Lo voy a matar. No por su indecente propuesta. ¿Ja? ¿Casarme con él? Dejando a lado ese tema, la razón principal de porque me muero por asesinarlo no es más que por su culpa, he perdido todos mis contratos.
Él muy francés —insulto inventado por mí. Que nadie no lo use porque soy capaz de denunciarles por copyright—, desea arruinar todo el sudor que empleé trabajando para hacer crecer mi empresa entre tantas. Según mi asistente Meghan, Lorian es muy querido en la alta sociedad. Estoy segura que cuando vieron su crítica lo creyeron ciegamente.
Poco a poco, mis manos se tornan en forma de un puño.
¿Por qué los sentimientos son tan polos opuestos? Lo amo pero también lo odio. Esto es tan tóxico que me mata lentamente.
Dejo las llaves de casa en el cuenco que hay a lado de la puerta. Luego, me quito mis tacones negros. Suelto un gemido de placer cuando mis pies se escapan el infierno que presentan los altos tacones.
Me dirijo directamente al sofá descalza. Me tumbo en él mientras cierro mis ojos, agotada después de un difícil día.
—Te odio. Te odio. Te odio —mascullo entre dientes—, Pero también te amo. ¿Por qué maldición mis sentimientos son tan bipolares? ¿Por qué tuve que conocerte? ¿Por qué tuve que enamorarme de ti? ¿Por qué después de mucho tiempo decidí verte de nuevo sabiendo que con una sola mirada podía enamorarme de ti? ¿Por qué hay tantos por qué?