Una chica de campo

005| Llaves perdidas

El chico de las grandes pestañas pidió un Cappuccino y un Expreso Americano, y unas cuantas galletas con chispas de chocolate, mentalmente agradecí que lo hiciera, pues mi estómago ruge como si no hubiera comido desde hace muchas horas.

— A nombre de... — habla la chica del mostrador quien ligeramente se puso nerviosa al ver a Jake, si amiga, yo también lo hice el primer día.

No deja de mirarlo. Señorita celos la llaman, Adeline.

— El de cappuccino a nombre de Adeline — me señala con la mirada — y el otro a nombre de Jake, por favor — la chica quien trae un lindo delantal verde asiente y toma varios vasos para luego dárselos a su compañero, quien trae consigo unos audífonos y no deja de tararear una canción. Creo que los dos harían una linda pareja, pero si tan solo él le hiciera caso y ella lo intentara.

La chica castaña le dice el total de la compra a Jake, él saca de un bolsillo de su abrigo su cartera y posteriormente entrega un par de billetes, entonces la chica sin dejar de mirarlo toma los billetes y abre la máquina donde está el dinero, posteriormente de una pequeña maquina sale un largo ticket y se lo entrega al chico junto a varias monedas de cambio.

— Enseguida les llevamos sus bebidas, gracias.

Ambos asentimos y nos retiramos de la caja para buscar un lugar disponible, aunque es irónico pues la mayoría de las mesas aquí dentro están vacías.

— ¿Cómo es que puedes pagar bebidas tan caras? — me atrevo a preguntar.

— Solo ahorro lo que me dan — se apresura a decir una vez que nos sentamos—a todo esto, ¿de dónde vienes? — cuestiona el chico frente a mí.

Miro por ventana un par de segundos y sonrió al recordar la imagen exacta de mi antigua casa.

— Del condado de Polk, específicamente del oeste de un pueblo llamado Peasant Town.

— Así que de campo ¿no? — asiento con orgullo— pues bienvenida a Bradley, específicamente a Blue Cherry.

Una pequeña sonrisa sale de mi rostro, agradeciendo la bienvenida.

— Vaya, la vida en la ciudad es más... —trato de encontrar la palabra correcta a mi nuevo comentario—... activa, — miro la ventana nuevamente pero ahora con más detalle y observo que cada segundo pasa un auto o un transporte público y al menos la mayoría de personas que pasan van hablando o llevan el teléfono. — hay muchas personas, muchos autos, mucha contaminación y.... — soy interrumpida.

— Muchas chicas lin... — habla, pero casi al instante se arrepiente y deja inconclusa la oración, aunque para su mala suerte la logre entender y su mirada lo delata cuando mira a la chica que lo atendió —... que, que es mejor, ¿leche con chocolate o chocolate con leche? — toce intentando parecer natural.

Lo miro extrañada, al instante sonrió.

— En lo personal... — me mira con mucha atención — me gusta más el chocolate con leche, sin embargo la leche con chocolate también es buena.

Suelta una pequeña sonrisa y ladea su cabeza.

— Lo siento, pero yo soy team leche con chocolate — con sus dedos hace un famoso hashtag y ambos empezamos a reír — ya tardaron mucho ¿no crees? Debería ir a ver.

Asiento y se perfectamente que ese no es el motivo por el cual se haya levantado de la silla y mueva sus posaderas directo a la caja donde la chica castaña nos atendió. 
Dejo de mirar a Jake, para ahora posar mi mirada en un adolescente alto y morocho que instantáneamente reconozco como Alex, sus facciones son incomparables. Y creo que nota que lo observo, porque casi al instante se acerca a la mesa en la que estoy.

— Hola— saluda sin ánimos — ¿Adeline?

— Adeline — afirmo.

Toma asiento frente a mí sin decir nada. Yo sólo muevo mis dedos impacientemente.

— ¿Qué haces aquí?

Una fina línea se forma en mi boca y enseguida la abro para decir algo, pero me veo interrumpida cuando los músculos de su cara se tensan, habla;

— ¡Pero que sorpresa! — habla Alex con tono de hipocresía — no me esperaba a mi amigo Jake en este lugar y menos con mi amiga Adeline — dice con sarcasmo.

Siento como la mirada de Jake muestra indiferencia ante el chico, y que la vena de su sien se comienza a sobresaltar, por su parte el rostro de Alex se endureció, claramente se puede sentir la tensión que hay entre ellos dos y siendo sincera es una muy fuerte, ambos chicos se están auto-controlando para evitar algún tipo de riña. Jake quien está a un lado de mí lo miro de reojo e inconscientemente en un acto de tranquilizarlo entrelazo su mano con la mía y comienzo a acariciarla.

— Y yo menos te esperaba, —por fin habla el oji azul — ¿por qué no te vas a otra mesa?

— ¿Acaso no me soportas, Coleman? — responde el castaño con burla.

— No es el lugar ni el momento.

Yo sólo miro a ambos y mentalmente me preparo por si tengo que separarlos.

— Tienes razón —dice Alex y una pequeña sonrisa de lado se hace presente en su cara —la chica no merece ver estúpidas peleas de dos idiotas como nosotros.



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En el texto hay: adolescentes, ciudad, amor

Editado: 07.09.2020

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