Una extraña señorita

VI

 

  • Gaby, ¿puedo pasar? dije asomándome por la puerta de su despacho
  • ¿Desde cuándo necesitas mi permiso para hacerlo? contesto sin retirar la mirada de unos papeles
  • Tienes razón lo mío no es comportarme y menos si no estoy en sociedad entre y me senté frente a él – ¿puedes dejar esos papeles y ponerme atención?  
  • Di lo que quieres te escuchare de todas formas
  • Quiero la llaves del cuarto de entrenamiento
  • No
  • Lo diré de otra forma, dámelas ya
  • No
  • ¿Por qué?
  • Porque eres una señorita y la señoritas no manejan espadas a decir verdad no manejan ninguna arma y no intentes convencer a Marco él no las tiene
  • Entonces como quieres que me divierta si no puedo hacer nada
  • Borda, invita a tus amigas a un paseo, lee, cualquier cosa que hacen las mujeres mantenía su mirada en los papeles
  • Bien entonces organizaré una fiesta de té y provocare una histeria colectiva que te parece
  • ¡Estás loca! dije levantando la mirada de los papeles, para encontrarme con el chico de la primera noche - no te permitiré hacer eso-  lo dije mas por su vestimenta que por lo anterior
  • ¿Lo del té o la histeria colectiva?- parecía divertirle mi expresión
  • Todo, ve a sacarte esa ropa, los sirvientes pueden empezar a hablar
  • Las llaves
  • No
  • Bien pero en mi defensa te lo buscaste
  • No me amenaces
  • No lo hago adiós Gaby sin más salió dejándome con un mal presentimiento, ella no volvería a tocar un arma mientras viviera de eso me aseguraría personalmente.

La tarde paso y mi prima no volvió a aparecer, a eso de las cinco terminaba con el papeleo que Thomas me dejo tras su huida la cual esperaba terminase pronto ya que me volvería loco con tantas cuentas, maldito Thomas, malditas mujeres.

Salí de la biblioteca y note lo tranquila que se encontraba la casa ¿Miranda había salido?, lo dudaba era algo tarde para estar fuera y odiaba pasar el tiempo con los pares a excepción de lady Firtz, la única persona aparte de mí y Thomas a los que soportaba esa extraña muchacha, por alguna razón dicha señorita había llegado a intrigarme a causa de Miranda ya que consiguió que bailase con ella una pieza en cada evento en el que coincidíamos, las pocas palabras que le saque en cada ocasión me demostraron que esa dama era especial, inteligente, divertida y no se parecía nada a las que normalmente se encontraban en nuestra sociedad, definitivamente Miranda no se había equivocado ella no era sosa pero ¿qué me sucedía? ¿Porque pensaba en alguien que nunca note?, el trabajo, exacto tanto trabajo me estaba volviendo loco, me encontraba inmiscuido aún  en mis cavilaciones que no note a Eva hasta que fue demasiado tarde y mi ropa termino empapada de limonada

  • Oh! Lo siento tanto lord Brishell dijo tratando de secarme con un mantel que traía en la mano
  • Pierda cuidado Eva fue mi culpa no la vi, ¿a dónde iba con esa bandeja?
  • Lady Miranda me pidió que le llevase  algo de beber
  • ¿Tiene visita?
  • Sí, Lady Beatriz está con ella
  • Bien, pues creo que lo mejor será que vaya por otra jarra de limonada y por favor que me suban algo de comer a la habitación
  • Sí señor

Estaba por ir directamente a mi habitación pero algo llamó mi atención, Eva llevaba una gran jarra , era ya bastante tarde para beber limonada y el día estaba muy fresco, un pensamiento cruzo mi mente - que ni se le haya ocurrido hacer lo que sospechaba, como estuviese haciéndolo y hubiese arrastrado a Lady Fritz con ella se abstendría a las consecuencias-, cuando llegue a la sala de entrenamiento me negaba a creer lo que veía una rubia enfundada en un pantalón negro con la camisa remangada y abierta hasta el nacimiento de sus pechos, atacaba a un muchacho que desde luego reconocí como mi prima, ¿cómo demonios la señorita Fritz sabía manejar la espada tan bien?.

  • Eso es Be, vaya los años no te han oxidado
  • Calla Miri, esto es genial me hacía falta, ¡hey! cuidado pirata dijo esquivando una estocada

****

  • Lo siento mi lady dije mientras esquivaba uno de sus ataques y fijándome por el rabillo del ojo que Gaby nos observaba desde la puerta en especial a mi rubia amiga a la que vestí para la ocasión, para darle credibilidad a mi treta pegue un chillido.
  • ¡Gaby! mi amiga dejo caer la espada y siguió la dirección de mi mirada
  • Oh, Oh
  • ¿Se puede saber que hacen con armas que pueden dañarlas? parecía molesto y confundido
  • Entrenar – dije inocente
  • Creí haberte prohibido entrar en esta sala
  • Sí, pero nunca hago caso
  • ¿Y usted señorita Fritz, nunca pensé que la seguiría en esta locura?
  • A decir verdad la e obligado intercedí por mi amiga
  • Aquí esta la limo…, ¡Lord Brishell! mi nana siempre tan oportuna
  • ¿No pensaba decirme acerca de esto Eva? estaba muy enojado
  • No, tenía prohibido mencionarlo, ahora Eva las limonadas por favor Eva esquivo a Gaby y empezó servirnos las bebidas, Be no había dicho nada pero le divertía mucho la situación
  • Nadie piensa poner atención a lo que digo
  • No contestamos al unísono
  • Mujeres dijo y se fue supongo que a su cuarto
  • Se lo ve molesto
  • Tranquila cariño se le pasará
  • Nana en donde dejaste a Sara dijo Be
  • Se encuentra en la cocina, conversando con Antonia
  • Genial
  • Ahora si me permites quiero mis cosas de regreso por alguna razón sospecho que es tarde
  • Lo es señorita, casi es hora de la cena
  • Mamá me matará
  • Envía un recado informándole que cenaras aquí
  • Me encantaría pero tendremos invitados, te contaré todo mañana
  • Bien



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En el texto hay: londres, secretos, rebelde amable y libre

Editado: 19.02.2020

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