IV
Los días pasaban y yo trataba de mantenerme con los ánimos arriba, trate de arreglar las cosas con Romina, y mantener a Miriam en secreto y con cautela, aunque seguíamos comunicándonos.
Ese año la última vez que la vi fue a comienzos de diciembre, me enviaron a revisar unos documentos en la sede de baldur, y ni tonto me negaría, me comuniqué con ella y le dije que la invitaba a cenar, así fue. Termine mis labores y estaba listo para verla, la espere frente a su trabajo, como la última vez, mientras fumaba un cigarrillo, me dijo que bajaba en cinco minutos, se tardó como veinte, pero al final bajó.
Salió acompañada de un par de amigas que se quedaron ahí viéndome y que no se movieron hasta verla llegar a donde estaba yo.
—Hola —le dije.
—Hola, me da gusto verte —me dijo acomodando su bolso.
—Tus compañeras siguen mirando hacia acá —le dije—. ¿Qué te dijeron? —le pregunté.
Fue ahí cuando me di cuenta de algo.
—Nada, es que me preguntaron si tú eras mi enamorado… —dijo bajando la mirada.
—Ah, ya… comprendo — sonreí—, y ¿qué les dijiste?
—Les dije que no… —me respondió, pero con una mueca seguido de una sonrisa.
Como si le fastidiara, inconscientemente, que no lo fuera. Eso me hiso sentir muy bien. Coloque mi brazo alrededor de su cuello y la acerque a mí.
—Me da gusto verte, linda —le dije con una sonrisa.
—A mi igual —respondió.
Fuimos a un restaurante en el centro, comimos y conversamos.
Me comentó que viajará para las fiestas, ira a la casa de sus tías, ahí su familia pasara estas navidades, y que el año nuevo la pasara con su enamorado, pero me lo dijo bajando la mirada como si sintiera que estuviera mal mencionármelo, pero no me preocupaba, es decir, celos no me daban solo me molestaba un poco, pero quien era yo para sentirme celoso, hasta ese momento al menos no me importó.
Luego me comento que había discutido con su enamorado en la tarde, y que había sido por mí, yo quede extrañado, luego me explicó, que su enamorado le había dicho que hoy podrían ir al cine, pero que ella se negó pues ya había quedado conmigo, y que su enamorado le había hecho una escena, mencionando que pareciera que ella me prefiere a mí, lo que ella no negó y aunque menciona que soy su amigo, pues yo a esas alturas podía darme cuenta de que se estaba tomando muchas molestias por mí, lo que me alagaba.
Paseamos un rato por el centro mientras conversábamos. Me preguntó por mi familia, siempre con esa expresión como esperando oír algo que yo no decía. Le dije que las cosas estaban bien, que no podía quejarme, aunque deslice el hecho que Romina estaba dándome problemas últimamente y que las cosas estaban complicadas en el aspecto de pareja. Fue de las pocas veces que deslice esa idea, igual no estaba mintiendo, la verdad era peor aún.
Parte de nuestra conversación en el parque, luego de que el la llamó, fue el hecho de si puede gustarte una persona que no fuera tu pareja, sé que puede sonar tonto e incluso tendencioso, pero ella confiaba en mí y sabía que mis opiniones siempre eran objetivas o al menos interesantes, había comenzado a conocerla y muchas veces preguntaba cosas acerca de temas que flotaban en su mente causándole dudas o angustia. Yo le explique mi punto de vista, le dije que, si era posible, cuando hablamos de atracción y gusto, es diferente, pues te puede gustar algo solo cuando lo conoces, y te puede atraer lo desconocido, ella me preguntó si me había pasado, yo le dije que suele pasar cuando conoces a alguien que te hace sentir especial, luego me comentó que de un tiempo a la fecha las cosas con su enamorado estaban en un punto donde ella ya no sabía si lo mejor sería seguir con el o dejarlo, pues ya no sentía lo mismo.
En ese instante note algo de tristeza en su mirada, no sé qué me dio, pero la aconseje dejando de lado mi ego. Le dije que si ella amaba a ese chico podría superar esos problemas y que si él la amaba todo saldría bien. Le dije que así eran las relaciones y que ella podía decidir lo mejor mientras sea sincera con lo que siente. Debo aceptar que quería decirle que ese sujeto no era para ella y que perdía su tiempo, pero no lo hice. Hasta cierto punto el sujeto me daba algo de lastima.
Esa noche antes de irnos me contó un capítulo de su vida que no me había dicho hasta entonces, me lo dijo porque no quería que hubiera secretos entre nosotros, dado que me había contado casi toda su vida, excepto eso. La verdad me afectó un poco escucharlo, no la juzgue, pero si cambio un poco mi idea de ella.
Me contó que hacía unos 10 años atrás, cuando ella tenía 18 más o menos, engañó a su enamorado con un chico que conoció en una fiesta, me quede frio, ella me lo conto avergonzada, me dijo que no recuerda muy bien lo sucedido pues había bebido de más, pero cuando despertó estaba con él en la cama de su amiga. Dijo que aquel chico le parecía atractivo, no lo conocía mucho, pero sucedió, y que se sintió tan mal después, que se lo confesó a su enamorado, el mismo de hoy en día, y que luego de que este hizo una escena y lloró y todo el drama posible, finalmente la perdonó, pero que algunos meses más tarde la engañó bajo la excusa que aún le dolía lo que ella había hecho, luego de eso ella lo perdonó, pero que las cosas nunca volvieron a ser las mismas, es decir, ellos nunca se dicen te amo a pesar de todos los años que llevan juntos, algo muy extraño, y cuando lo dice él, ella no es capaz de responderle.