El día ha transcurrido de maravilla, no han habido tantos pacientes como de costumbre y ya falta poco para que termine mi turno, de vez en cuando me acerco a la habitación de Fernando, y he notado que Sandra no se le despega de su lado, que atenta que es. Aunque al hombre de ojos grises no lo he visto desde anoche, Y me alegro por eso, Dios no he dejado de pensar en el, no entiendo que clase de hechizo me hizo, yo no soy asi. Agradezco mentalmente que no se halla presentado y trato de mantenerme lo más ocupada para no pensarlo tanto.
Llega la tarde y mi turno termina, así que decido hablar con la enfermera que me reemplazará en la atención de Fernando, hasta que yo regrese mañana. Me acerco a la habitación y veo que no está Sandra sola, mi tormento de ojos grises está de pie junto a su hermano más impresionante que nunca, lleva puesto un buzo azul bastante casual y unos jeans que le sientan de maravilla, al entrar todos me miran y Sandra me saluda
-Hola Dra, ¿está todo bien?
-Si, todo está perfecto. Les quería informar que mi turno ya terminó y no regresaré hasta mañana, en mi lugar estará una enfermera, ella es Claudia y será quien esté al tanto de la recuperación de Fernando mientras yo no esté.
Claudia de acerca y se estrecha la mano con Sandra y al hacerlo con Iván no puede evitar mirarme con cierta picardía, el hombre no ha dejado de mirarme nuevamente y me está poniendo nerviosa.
Así que decido dar por hechas las presentaciones, me despido de ellos y dejo que Claudia se familiarice con la herida de Fernando y los dramas de sandra me retiro de la habitación rumbo a casa.
Al llegar al estacionamiento, busco mi auto y cuando estoy a punto de montarme escucho que alguien me llama:
-¡Dra Reverol! ¡Scarlett!
Al voltearme no puedo creer lo que mis ojos ven, el Dios griego de ojos grises que está ocupando mis pensamientos desde la tarde anterior está trotando hacia mi, al tenerlo frente a frente me doy cuenta que me hace un escaneo visual, no tengo puesto el uniforme del hospital, así que creo causarle una buena impresión cuando sonríe y me dice:
-Dra, disculpe que la moleste.
Sonrío y le digo:
-No se preocupe, puede tratarme de tú, ¿en qué puedo ayudarle?
Lo veo sonreír y Dios que sonrisa más hermosa, ay Diosito controlame por no devorarme a este hombre en un estacionamiento de hospital.
-Ok, está bien Scarlett, ¿le gustaría ir a tomar un café?- me dice con una sonrisa de lado, ¿y como negarme? Pero mi cara debe ser todo un poema ya que continúa- claro, si no es problema, seguro debe estar cansada, solo para agradecerle por como ha Sido tan atenta con mi hermano.
-Oh, descuida no pasa nada.. podemos ir a la cafetería de la esquina, es la más cercana y es mi favorita, ¿no hay problema?
-Me parece estupendo,siempre y cuando a mí también me trate de tú- sonrío de oreja a oreja- entonces ¿vamos?
Veo sus ojos brillar con cierta ilusion y no puedo dejar de sonreír, ¿Pensó que lo iba a rechazar?...
El camino a la cafetería es tranquilo, aunque un poco silencioso. Estoy nerviosa no es la primera vez que un paciente me agradece por ayudarlos, pero por lo general siempre me hacen algún presente, jamás me habían invitado así que no se cómo sentirme o comportarme despues de esto.
Al llegar a la cafetería, saludo a sther la chica de la barra y al verme tan bien acompañada no puede evitar hacerme un gesto con las cejas, también le gusta lo que ve. Roja como un tomate de la vergüenza esperando que mi acompañante no se halla dado cuenta de esto, nos acercamos a una mesa y tomamos asiento.
-¿Siempre vienes aquí?- me pregunta Iván con cierta curiosidad-solo digo por como te ha mirado la chica de la barra y Vi que la saludaste.
Genial se dió cuenta de sther, ¡que vergüenza!
Con la cara roja de la vergüenza le digo:
-Si, como ya te dije es mi cafetería favorita y aquí vengo cuando termino los turnos en el hospital, o quiero leer un libro y relajarme con un café, la verdad he venido aquí desde hace muchos años, en mis tiempos de estudiante, está cafetería me dió el calor y tranquilidad que necesitaba así que con el paso del tiempo he hecho amistades. -le digo con cierto orgullo, amo este lugar.
Sonríe y puedo ver en su rostro un poco de sorpresa cuando me dice:
-Vaya, eso es increíble, y ¿Desde hace cuanto prácticas la medicina?
-hace 3 años me residí en medicina y luego hice un doctorado, y acá estoy enamorada más que nunca de mi carrera-le digo orgullosa de lo que soy y en quien me he convertido.
-Oh, eso es sorprendente y…
En ese momento nos interrumpe Gretta, la mesera de noche para hacer nuestro pedido, al verme me saluda y también hace ese gesto con las cejas y no puedo evitar sonrojarme más de lo que estoy.
-Hola Gretta-le regreso el saludo-para mi lo de siempre por favor-le sonrío y ambas miramos a Iván quien observa el menú bastante concentrado.
-Hola, para mí un frappuchino y unas galleticas dulces-Dice cerrando el menú y mirando a gretta.
Gretta reacciona y anota el pedido y se marcha, a los 10min vuelve con nuestros bebidas, y al ver la mía comenta.
-¿Es en serio? ¿Café con leche?-Dice en un tono divertido pero a las vez sorprendido.
Sonrío y le doy un sorbo a mí bebida y cierro los ojos disfrutando de como el café y la mezcla de la leche hacen chispas en mi paladar.
Al abrir los ojos Iván está mirándome directamente y sonríe así que aprovecha el momento para de hacerme preguntas, el cual yo le respondo tranquilamente y aprovecho la oportunidad de preguntarle tambien, me entero que solo son Sandra y Fernando, que viven con su madre, su padre murió hace unos años, y lo dejo a cargo de una empresa, tiene 31 años, es graduado en gerencia, y Dios cada vez que lo veo sonreír, me va a dar algo si sigue sonriendo asi.
La charla es interrumpida por un mensaje de mi hermana, ¡Santo cielos lo olvide! observo la hora y me doy cuenta que es tardísimo, ¡Mi hermana me va a querer matar! A las apuradas me levanto de la mesa e Iván me mira sorprendido, no entiende que pasa.