Una Reina Para El Principe

Capítulo 26

—¿Te piensas casar y no dices nada?—Pregunta Talia.

—Todavía no lo sé, pero sí sé que estos comprometidos.

—Talia, hija, ¿Con quién habla…?

La voz de mi padre llamó mi atención, en ese momento el se había acercado a la puerta y se había quedado en shock cuando su mirada y la mía se cruzaron—Llevaba tiempo sin ver a mi padre— pensé mientras sonreí como una tonta.

—Tania, hija.

—Papi—Me acerqué corriendo hasta el para abrazarlo.

—Pensé que era mentira cuando me avisaron que vendrías—Comento mi padre apretándome con fuerza.

—¿Quién te lo dijo?—Pregunte con dificultad.

—Yo—Escuche detrás de mí.

Mi príncipe moja bragas le había comunicado a mi familia que hoy llevábamos, existirá cosa en la vida que algo haga ver tan perfecto a este hombre, porque yo lo dudó, simplemente lo dudó y mucho.

Me separé de mi padre y mi miré a Nicholas.

¿El ya había hablado con mi padre?, Con solo pensarlo me salían un montón de preguntas, ¿Qué le dijo?, ¿Cómo se presentó?, ¡Dios!, Que no lo haya hecho como un amigo, que no lo hiciera como un amigo, porque ahí si no dejaba que me besara en lo que se tramita el divorcio.

—Usted debe ser Nicholas...

—Nicholas Mountbatte-Windsor, príncipe segundo de Inglaterra, señor—dijo Nicholas estirando su mano y mi padre se la recibió. 

«¡Ah!, Esa presentación tan formal»

Apreté los labios para evitar soltar una carcajada, enorme, pero era casi imposible no hacerlo, porque Nicholas se veía demasiado informal, pero tenía una presentación formal.

—Mucho gusto, espero y mi hija no le cause mucho dolor de cabeza, pero, ¿Qué tipo de relación tienen ustedes dos?

En mi boca se formó una gran O, ya podía descartar la idea de que se presentará como un simple amigo, pero tampoco se había presentado como mi prometido, ni lo sabía por los medios, eso quiere decir que: no ha visto las noticias o simplemente se está haciendo el que no es con el.

—Es...

—Soy su prometido—Me interrumpió.

Mi padre abrió sus ojos un poco, pero luego mostró como si no hubiera escuchado nado.

—Sigan, ¿Quieren tomar un café?, ¿Desayuno?, ¿Algo?—Pregunto mi padre mientras literalmente nos entraba a la casa a empujones.

—Contigo quiero hablar en privado, señorita—Me susurro discretamente.

Yo tragué en seco y llegamos a la sala, nos sentamos en el sillón y mi padre fue a la cocina, luego de un rato apareció con limonada, sabía que en cualquier encontraría la manera de tenerme a solas e interrogante respecto a mi prometido que se presenta en casa, es un príncipe y que nunca le había presentado.

—Bueno, mi hija no me comentó que salía con alguien.

Mi hermana Talia se puso cerca de mi padre, admirando la difícil situación en la que ¡Yo!, Me contrabando, porque ni siguiera era Nicholas quien peligraba aquí, si no todo lo contrario, era yo, ¡Solo yo!

—Bueno, padre lo que...

—Pues Tania si me contó mucho de usted, señor, el lo adora mucho, pero, no podíamos contar nada todavía, como usted debe saber soy una figura pública y a veces los medios de comunicación pueden ser demasiado crueles con las personas, más que todo lo hicimos para que no se sintieran acosados por ellos—Me interrumpió mi príncipe.

—Me sorprende que manejes tan bien el castellano—Dijo mi hermana.

—Estudie desde muy pequeño idiomas, como príncipe como mínimo debí manejar 4 idiomas y los mas importantes.

—Bueno, no sé si te pueda decir jovencito, tú debes tener la misma edad de mi hija mayor, así que jovencito, déjeme decirle que yo protejo mucho a mis hijas, una mano que otra, pero al igual quiero hablar en privado con usted si no le moles...

—Amor, ya llegué—La voz de mi madrastra nos interrumpió.

—Hola, Margarita, mira quién vino de visita—Nos señaló mi padre.

—Tania, ¡Oh, Dios!, Mi niña llevo tiempo sin verte—Ella se acercó a mí y yo me acerqué para abrazarla fuertemente.

—Te extrañé, mamá Margarita—Respondi cuando me separé de ella.

—¿Y este…, T-tú, eres Nicholas, el príncipe de Londres?—Dijo mi madre tapándose la boca sorprendida.

—El segundo hijo—Comento Nicholas colocándose de pie—, mucho gusto, señora.

El le pidió la mano y ella se la dio, en vez de quedarse en una simple estrechada, él la llevo a sus labios y beso sus nudillos antes de soltarla y sentarse.

—¡No lo puedo creer!, ¡No lo puedo creer!—Exclamo contenta mi madre—. ¿Qué hace un príncipe en la casa? ¿Ya tienen donde quedarse?

—El es el prometido de mi hermana—Respondió mi hermana.

—¡En serio!, ¿Ya tienen donde quedarse?—Pregunto.

—Nos quedaremos en un hotel—Respondió Nicholas.

—Cual hotel, ustedes se quedan aquí con nosotros en el cuarto que era de Tania—Respondió ella acercándose a mi hermana—, ¿Verdad, amor?

—Sí, para que pagar un hotel, se pueden quedar—Respondió mi padre.

Ahora sí estaba condenada, si nos quedábamos en un hotel tenía la esperanza de dormir lejos de este hombre, ahora resulta que dormiremos en mi habitación y una cama que la mitad de la de el.

—No queremos molestar—Comento.

—¿Molestar?, Para nada—Respondió mi padre.

—Vamos, miren que los hoteles quedan en la capital—Respondió mi hermana.

—Está bien, nos quedaremos—Respondió con una mini sonrisa.

—¿Trajeron sus cosas?—Pregunto mi madre.

—Sí, rente un carro para viajar de la capital hasta aquí—Respondió Nicholas.

Luego de eso ambos nos levantamos y entramos las cosas a la casa. Decidimos organizar las cosas un poco y bañarnos porque no lo habíamos hecho, al menos no yo.

—Tania, espero no te moleste lo que te preguntaré, es bueno, sobre tu hermana—Dijo mi príncipe luego de que salí del baño secándome el pelo.

Me imagino lo que quiere saber, todas las personas que conozco tocan el tema de mi hermana, así que ya estaba acostumbrada a lidiar con eso, pero mi principito no es un problema.



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En el texto hay: comedia, romance, plebeyos

Editado: 31.05.2024

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