Una Reina Para El Principe

Capitulo 28

Abrí los ojos suavemente, la luz entraba por mi ventana, pero no quería levantarme, estaba agotada completamente, hace un rato Nicholas salió un momento para hacer una llamada, pero todavía no volvía y yo no me atrevía a levantarme de la cama, aunque ya tenia que hacerlo, yo no era de quedarme a dormir tan tarde y sería muy sospechoso que tardara tanto tiempo en salir.

Me levante con pesadez de la cama y fui sin importar que no llevara ni toalla, ni ropa para taparme, me adentre al baño y deje que el agua cayera, cuando vi que ya era suficiente salí y me sorprendió mucho encontrar a Nicholas sentado en la cama.

—¡Nicholas! —Manifesté tapándome con la toalla que siempre había en la puerta de la habitación.

—Lo siento, no pensé que saldrías así, vine para decirte que quería conocer el lugar y hablar seriamente contigo

Trague en seco, ¿Seriamente?, ¿Qué paso?, pero preguntándome no sabría lo que me esperaba, aunque yo no había hecho nada malo, lo único malo que pude hacer es sentir cosas por el y ni siguiera eso es malo, porque nunca es malo sentir nada por el.

—Está bien, dejame me cambio y vamos a hablar, ¿Te parece?

—Si, aunque me agrada mas la idea de que no tengas nada, pero sí, voy a esperar que te cambies —Se levanto y se acerco a mi — Te espero afuera —Artículo dándome un suave beso en los labios.

—Está bien —Respondi.

El salió de mi habitación y yo solté un suspiro, me cambiaría lo mas rápido posible e iría con el para descubrir de que quería hablar conmigo, aunque esperaba que no fuera nada malo, primero tenia que moverme rápido. 

Salí de la casa y vi la espalda ancha de mi príncipe. Me acerqué con cuidado y lo abrace por detrás, el al principio se sobresaltó, pero luego se dio la vuelta y me abrazó con fuerza.

—Ven, mientras caminamos te tocaré un tema importante—Comento.

Yo asentí, el me agarró de la mano y comenzamos a caminar por el lindo municipio donde viví casi toda mi vida.

—¿Que querías hablar?—Pregunte mientras intentaba reconocer todo el lugar.

—Quiero que tu hermana reciba la atención adecuada para que regrese a caminar—Menciono y yo me detuve en seco.

—¿Cómo?

«¿Escuchaste mal o no?», no lo sabía, pero estaba muy sorprendida por lo que acaba de decir, ni siguiera me lo esperaba, pero yo no quiero que tenga lástima de mi hermana, sé que me gustaría que volviera a caminar. Pero... No quiero que vea a mi hermana cómo una obligación o algo así.

—Lo que escuchaste—Artículo—, quiero que tu hermana viaje con nosotros a Londres para que reciba la atención necesaria y pueda caminar.

—¡No!—Dije alterada—, no quiero que tengas lástima de mi familia, puede que seas un príncipe y todo lo que quieras, pero no tienes ninguna obligación con ella, ni siguiera conmigo, aunque puede que terminara mos casados hace unas semanas, no significa que tenga que arreglar la vida que mi familia y yo no podemos solucionar

Dije molesta, aunque más que molesta, estaba indignada, porque no tenía claro porque quería hacer eso, ¿Será que le gustó mi hermana?, Esa podría ser una opción, mi hermana es muy  bella, mucho más que yo y tiene su misma edad, no vería problema si le empieza a gustar, aunque eso me dolería demasiado, sería capaz.

—Tania mi...

—¿Te gusta mi hermana?—Lo interrumpí.

Su ceño se frunció levemente y mi mano soltó la suya. Me sentía extraña, me dolía un poco esa idea en mi cabeza y sentía que se me estaba notando, porque sentí mi respiración muy pesada y mis ojos llenándose de lágrimas.

«No seas idiota, Tania»

Me regañe mentalmente para comprender que no importa que si gusta mi hermana, yo estaré feliz porque el sea feliz y lo apoyaré como una buena amiga, aunque me duela hacerlo.

—¡¿Que?!, ¡No!—Artículo alterado—¿De dónde sacas eso?

Yo me encogí de hombros para intentar disimular mi malestar, pero me resultaba imposible, simplemente imposible. Lo escuché suspirar y luego sentí su mano recorrer mi brazo haciendo que subiera mi mirada.

—No me gusta tu hermana—Menciono agarrándome del hombro y Halándomela hasta el hasta que choque con su torso. Mis manos quedaron entre la mitad de su cuerpo el mío, permitiéndome sentir por encima de la tela, aquellos músculos que había tocado una que otra vez.

—¿Entonces?—Susurre.

—Esto lo hago por ti—Comento.

—¿Por mí?—Pregunte atónita

Yo que tengo que ver con todo esto, el no tiene obligación de ayudar a mi hermana, ni siguiera por ser mi hermana, ni menos por el ser mi esposo temporal.

—Quiero que estés feliz, ayer cuando mencionaste lo de tu hermana te veías triste y yo no quiero que estés así—Artículo acariciándome la mejilla.

—Nicholas...

—Shhhh—Me pasó su pulgar por mí labios—, solo quiero que aceptes lo que te digo, no te pido nada más, solo que me dejes ayudar a tu hermana, por ti.

En ese instante su cara se acercó a la mía y sus labios rozaron los míos.

—No quiero que tengas ningún motivo para llorar, que no sea por felicidad—Menciono y pego sus labios contra los míos.

Esto era exhibición pública y el era una figura pública, pero no me podía negar a el, era imposible negarme a algo que venga de ese hombre. Mis lágrimas comenzaron a salir una tras otra mientras nuestras bocas hacían una danza suave.

—Esa no es tu prima—Cuando escuché esa voz me sobresalte un poco, pero las manos de mi príncipe me agarraron con fuerza.

—Sí, pero no, si fuera mi prima no estaría besándose con un hombre tan bueno, además me resulta conocido, no sé de donde—La voz escandalosa de mi prima hizo que me separara de los labios de mi príncipe.

—La conoces—Susurro contra mi boca.

—Vámonos—Mencione—, no quiero que me vea.

Una sonrisa pícara se formó en su boca y se separó de mí. No sabía que iba a hacer, pero cuando vi que levantó su mirada y me hizo girar para quedar frente a la odiosa de mi prima.



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En el texto hay: comedia, romance, plebeyos

Editado: 31.05.2024

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