—¿Cómo conociste a Arturo, Haniel? — Pregunta, victoria — Si se puede saber — Le dice mirándolo provocativa.
—Bueno... No fue en las mejores situaciones, o sí, pero no es uno de mis mejores amigos — Dice, su voz no es fuerte pero tampoco suave. Es una voz ronca — Sólo quería acompañar a Violet.
Sonríe viéndome y yo le sonrío de vuelta, muere de envidia, tonta.
—Según lo que me dijo, Arturo; han tenido algunos inconvenientes — Dice el padre de este.
Arturo, carraspea — Creo que ya es hora de dejar de hacer preguntas, mejor vamos a dormir. Mañana será un día muy largo.
—Claro, lleva a cada uno a su habitación, Arturo.
Este asiente y empieza a subir las escaleras y detrás vamos nosotros. Ya cuando estamos arriba el dice:
—Mi hermanita y yo vamos a quedarnos en su habitación, Violet tendrá una habitación para ella sola mientras que Haniel y victoria de quedarán en la misma habitación, ¿Tienen algún inconveniente?
—No, todo está perfecto — Habla, victoria — ¿Verdad, Haniel?
Este asiente y después entran a la habitación que le dieron, sin mirarme. Sin decir nada, simplemente entra dejándome completamente impactada, esperaba a que se negará o que dijera que le molestaba, no sé, esperé que dijera cualquier cosa pero no que se quedará como si nada y entrará sin siquiera darme una maldita mirada.
—¡Violeta! — Oigo mi nombre a lo lejos y suelto mis pensamientos para agarrar a la realidad — ¿Estas bien?
—Sí, estoy perfectamente, voy a entrar a mi habitación, tengo que dormir. Mañana nos tenemos que levantar temprano — Digo y Arturo asiente dándome una pequeña sonrisa.
—Ve a descansar, duerme lindo — Se retira a su habitación.
Entro a la mía y cierto la puerta detrás de mi para apoyarme a está, suelto un grito en susurró para poder soltar todo lo que me hierve la sangre, no soportó que este al otro maldito lado, en otra habitación, con otra chica que seguro le quiere comer la boca. No lo soporto a él, no soportó a la chica y juró que los quiero matar a los dos, más a él por dejarse ir.
Dejo la maleta a un lado y me quitó la ropa, lo que menos quiero es darme un baño. Ahora sólo me pienso poner mi pijama y dejar que el sueño me gane, sólo por esta vez. Y así lo hago, me pongo mi pijama pero con la única diferencia de que me siento en la cama. Ellos están durmiendo, eso quiero pensar, pero quien sabe lo que quiera esa víbora de él. Me muevo de un lado a otro en la habitación que es muy linda, tiene unos colores pastel y varios trofeos en una esquina, dos diplomas en la pared, una mesa con una computadora y una cama que tiene colores pasteles. Una ventana que deja la parte trasera de la casa y nada más, es espaciosa y tiene un closet muy bonito, es de madera y queda muy bien con esta habitación.
Con un suspiro y ya cansada de estar dando vueltas en la habitación dejo que mi cabeza toqué la almohada, aunque tenía dificultad para dormir lo he hecho y eso a sido lo mejor.
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Con unos sonidos muy ruidosa abro mis ojos y miro el pequeño despertador que ahí al lado de la cama, lo apago para después pasar una de mis manos por mi cara, me estiró y me siento en la cama mirando a la nada. Me quitó la colcha de arriba y pongo los pies en el frío piso, cierro los ojos y luego los abro para pararme de la cama muy rápidamente, debo de estar del asco, subo la maleta en la cama y sacó mis cosas o por lo menos mi toalla, el cepillo de dientes, mi crema y pues ropa. No creo que vaya a necesitar nada más por ahora.
Salgo de la habitación y miro para la puerta de donde se quedaron Haniel y la víbora esa, que aunque quisiera disimular sé que me miraba mal y no la culpó, tengo a un chico bastante guapo, la envidia es obvia. Miro dos puerta tratando de adivinar cuál de las dos son el baño pero cuando iba a abrir la puerta de una alguien sale de la otra puerta, Haniel me mira de arriba abajo y sonríe. Ruedo los ojos y él deja de sonreír pasar fruncir el ceño.
—Este es el baño, esa es una habitación, ya yo terminé, puedes entrar — Me hace un ademán y se aleja un poco de la puerta para que yo pueda entrar, tiene el cabello mojado y la sudadera un poco mojada, parece que acaba de darse un baño — Por lo menos dime "Hola" o "Gracias"
lo ignoró y entró al baño sin decirle nada, su cara debe ser un poema. No le perdonaré que ni siquiera me hubiera mirado cuando entro a la habitación con esa chica, tengo muy claro que no somos nada pero como me molesta eso. Estoy que en este momento sabría como enterrar un cadáver.
Me doy una ducha y luego lavó mis dientes, salgo del baño pero antes de eso me fijé en el pasillo, no quería tropezar con Haniel y tener que darle explicaciones. Entro a la habitación para vestirme, me pongo una río a interior de encaje, un pantalón de tubo y una camiseta y sobre esta una sudadera, hace mucho frío. Miro por la ventana y vaya, está cayendo mucha agua. No creo que podamos ir de campamento hoy.
Bajo las escaleras y entró a la cocina para encontrarme con todo el mundo en esta, están sentados todos en los taburetes de la isla. Todos ponen la mirada en mi pero vuelven a lo suyo, excepto, Arturo.
—Buenos días, Violet — Me saluda muy alegremente, me siento a su lado dejando confundido a Haniel ya que a su lado había otro asiento.
Pero no quiero interrumpir lo que tiene con la otra chica a su lado, sus ojos sé que tratan de buscar los míos pero yo desvío la mirada cada vez que puedo.
—Aquí está tu café, Violet — Dice la madre de Arturo con una gran sonrisa. Le doy un pequeño sorbo a este y sonrío cerrando los ojos.
—Mmm... Esta muy bueno, Felicidades — Ella sonríe en forma de agradecimiento.
—Está mujer es excelente haciendo muchas cosas — Dice Fabián y Arturo empieza a toser haciendo que le dé unos golpecitos por la espalda, todos nos reímos menos Haniel, la hermana de Arturo simplemente niega sonriendo y volviendo la mirada a su celular.