Unus Mundus "Conectados A Través De La Mente"

La enfermedad 3

Cuando termino la consulta con Ellen hizo los planes que le había comentado a su padre. Al salir del hospital, el viento frio la azoto de gran manera así que decidió colocarse un gorro de lana negro que se encontraba en su mochila. Camino despacio por las mojadas calles, ya no llovía para su suerte, llego al paso peatonal para esperar que el semáforo diera luz roja, al estar ahí más personas se acercaron y empezó a tener un poco de ansiedad.

Tranquilízate, son solo personas – volteo simultáneamente hacia sus costados al escuchar esa voz que ya se estaba volviendo conocida – Las personas no te harán daño.

–Yo no estoy segura de eso – al decir aquellas palabras al aire, noto que algunas personas la veían de una manera extraña.

No trates de contestarme, no en público.

Sal de mi mente – le respondió mentalmente.

No puedo, aunque quisiera. – miro al semáforo y este en un pequeño auxilio cambio a rojo. Cuando las personas empezaron a camina, acelero el paso.

Al llegar a la otra esquina de la acera corrió, saliendo del pelotón de personas y trato de tomar aire. No entendíia porque corría, pero sentía que era una manera de alejarse de aquella voz. Siguió corriendo hasta llegar a la siguiente cuadra en la cual se encontraba el parque. Cuando entro a su vista aligero el paso, camino despacio entre los árboles y cuando vio al indicado, se dejo caer cerca de este, atrajo sus piernas a su pecho y coloco su cabeza entre ellas, tratando de calmar su respiración.

¿Qué ha sido eso? – levanto su cabeza y empezó a ver con temor a sus costados. No había nadie a excepción de unos niños que estaban en los columpios – No trates de buscarme, bien sabes que no estoy contigo.

–Déjame en paz – le contesto al aire

Lo lamento, pero a mi no me corresponde darte la paz que quieres – se tomo su cabeza entre sus manos, sentía una gran presión sobre ella.

–Solo…Solo aléjate de mi mente.

Y se encontró con un vacío mental, ya no sentía esa presión en su mente. Le agradeció mentalmente a aquella voz por dejarla tranquila, por lo menos por ese momento. Se quedo unos minutos más recostada a aquel árbol, cerro por un momento sus ojos, necesitaba de gran manera tranquilidad, las imágenes pocas veces paraban y esa voz que el hablaba a veces le hacía perder la cordura.

Se levanto decidida a regresar a su casa, camino unos minutos por el parque en el cual se encontraban algunos niños con sus madres. Salió del parque, su casa se encontraba a cuatro cuadras, Ellen le dijo que le sentaría bien caminar, distraerse, pero la verdad a ella le causaba un ligero estrés y ansiedad. Acelero un poco el paso, ya el día se estaba volviendo concurrido y empezaban a salir más personas por las calles, volvió a llegar a otro paso peatonal y sintió en su cuello una extraña mirada, se rasco la zona con una de sus manos para tratar de quitar un poco la incomodidad que sentía. Lo que hizo no le ayudo, sentía de nuevo esa incomodad y se estaba impacientando, lo peor de todo era que el semáforo se tomaba un tiempo infernal para poder cambiar, para su mala suerte más personas empezaron a llegar al paso peatonal y ella se encontraba en medio del gentío. Cruzo sus brazos sobre su pecho, veía alternativamente a los costados tratando de poder ver de donde venia aquella mirada, pero no encontró nada.

El semáforo cambio y de su cuerpo salió un alivio que no conocía. Camino con su particular paso acelerado y en cuestión de minutos llego a su casa. Cerro la puerta a sus espaldas, solo en ese momento se dio cuenta que se encontraba hiperventilando, camino decidida a la cocina para tomar un vaso de agua y poder hallar la estabilidad que su mente necesitaba. Al terminar de beber el agua vio los platos del desayuno, los recogió todos y los coloco en el fregadero para poder lavarlos posteriormente.

Después de haber terminado con los platos subió a su habitación. Dejo la mochila a un costado de la puerta, se quito sus tenis solo quedando en calcetines y se sentó en su escritorio dispuesta a retratar aquella cuidad que le había dicho a Ellen en un dibujo. Su madre dibujaba de una manera particular además de que era muy buena, sabia que su talento lo había heredado de ella eso era algo definitivo. Su madre siempre le decía “Tienes la inteligencia y el coraje de tu padre, la amabilidad y mi talento en el dibujo”, en aquella casa ese pensamiento era algo indiscutible, pero se lo pensaba bien, sabía que es coraje de su padre no lo tenía, siempre era muy temerosa y cobarde al enfrentar una situación de carácter.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.