Utopía

Capítulo 30.- Perseguida por la desgracia

-Va bene, tengo que seguir entrenando- suspiró Aless cuando llegamos a mi habitación.

-¿Por qué?- pregunté abriendo mi puerta.

-Te me haces muy pesada- respondió como si nada.

Estoy gorda. Era lo único que podía pensar… Ya lo habían dicho Thomas y Maritte, pero que lo dijera Aless, sí me dolía.

-¿Dónde tienes todo, ragazza?- preguntó entrando al armario.

-Aquí- respondí desplomándome en la cama mientras sacaba mi colgante.

-Nos falta la tiara… Necesitamos recuperarla sin que el Director se dé cuenta de que nos llevamos la espada sin permiso…

Caminaba de un lado al otro de mi habitación, haciendo que Adri y Francis se abrazaran y se ocultaran debajo de la cama. Realmente la temían, aunque Moon estaba relajada durmiendo en casi toda la cama con su tamaño descomunal, lo cual era muy raro.

-¿Y si abrimos el portal y sacamos la tiara?- pregunté sintiendo que era lo más lógico.

-El Director se va a dar cuenta de que tenemos un portal ilegal en la Academia- sus ojos eran blancos y no sabía cómo podía seguir caminando inquieta vigilando el futuro -y supondría un castigo que causaría la muerte de 20 alumnos…

-¿Cómo…?- empecé a preguntar.

-Van a volver a atacar la Academia- respondió antes de que pudiera siquiera preguntar.

-¿Nathan va…?

-No, ellos pueden ser más peligrosos y sanguinarios- dijo volviendo su rostro con una mueca de asco y… ¿miedo?

-¿Quiénes?- pregunté con sus manos en mis brazos mientras se agachaba para estar a mi altura.

-Hechiceros Taumaturgos- dijo Aless secamente, con los ojos desorbitados clavados en los míos.

-¿Quiénes son?- pregunté confundida.

-Los Hechiceros son Magos menores que desarrollan su Magia en base a hechizos. No es como la Magia de las Brujas que hacen contratos con Espíritus, Demonios y Dioses, los Hechiceros utilizan Magia Natural. Extraen la energía de las plantas y los animales y con la voz, la mezcla de palabras, rimas, idioma, etc., logran darle forma a la Magia. Perfeccionan su Magia de manera empírica y muchas cosas más que ahora no son importantes… Hay muchas clases de Hechiceros y, a veces, se confunde a un Brujo, un Mago o un Hechicero; pero los Taumaturgos son peligrosos.

-¿Por qué?- pregunté cuando me soltó y se peinó su cabello que, generalmente, era suave y liso, pero ahora estaba revuelto y enredado.

-Porque vienen buscando el Santo Grial y tu sangre- respondió dejándome helada -… Y no es un poco de sangre. Ni les va a importar matar a los que se atraviesen en su camino- fue a apoyarse en la ventana del balcón -… Incluso yo.

Regresó su vista hacia mí, y se me hizo un nudo en la garganta al ver sus ojos vidriosos por las lágrimas que no quería derramar. Corrí a abrazarla y ella me correspondió sacando apenas su cabeza encima de mi hombro y empezó a llorar en silencio.

-No vas a morir- afirmé abrazándola lo más fuerte posible.

-Lo que me asusta es perderte a ti- dijo con la voz quebrada -. Tu muerte no es precisamente bonita y no quiero que sufras por culpa de nuestra debilidad.

-¿Nuestra?- estaba confundida.

-Esme, Thomas, Niel, Maritte y yo… aún no somos lo suficiente poderosos… y tú tampoco has alcanzado tu potencial.

-¿Cuándo va a ser el ataque?- pregunté preocupada.

-No lo sé, pero tampoco es en la Academia Utopía… Lo único que veo es que robamos la tiara y el Director nos deja 2 meses castigadas…

-¿Y si no robamos la tiara?- pregunté soltándome yendo hacia el tocador.

-Pero la necesitamos, y ya robamos la espada. Es imposible que no nos castigue- se quejó dejándose caer en mi cama.

-¿Y si devolvemos la espada sin que se dé cuenta?- pregunté maquinando un plan perfecto… al menos en mi cabeza.

……………………………

Tocamos la puerta de la oficina del Director.

Niel fingía estar tranquilo muy convincente, apoyado en la pared, revisando algo muy interesante en su móvil; Aless se mordía la uña del pulgar derecho y caminaba en el pasillo dando vueltas sin parar; Maritte era la única tranquila como si robar al Director fuese algo simple, algo de todos los días; Esme estaba a punto de llorar, y en cierto punto, me arrepentía de llevarla a esa misión, era probable que nos atrapasen si la veía tan nerviosa; y yo… yo sólo rezaba a todos los dioses que conocía para que todo fuese bien con mi plan…

Friedrich abrió la puerta y todo comenzó.

-Buenos días, Director- dije sonriendo más de la cuenta, necesitaba relajarme un poco.

-Buenos días… no quiero ser grosero, pero estoy demasiado ocupado ahora mismo- dijo simplemente, empujando la puerta, pero Maritte puso su pie sin ningún pudor.

-No vamos a tardar- respondió Maritte altanera y arrogante como siempre.

-Sí- la apoyó Aless con sus ojos blanquecinos -. Necesitamos la espada y la tiara de Angelique.

Eso no era parte del plan… Se suponía que primero debíamos entrar y estar al alcance del Espacio Dimensional de la columna central de la oficina…




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