«Entre la victoria y la bondad, la codicia y la maldad, el lado que alimentes será el que vencerá»
Me siento dividida en dos mundos, donde no encuentro el equilibrio, donde me hundo en el punto, en el fondo de todo.
Son dos lados los que me designan, pero sólo debo seguir a uno.
La respuesta a mis preguntas, ¿es la misma que las preguntas de otros?
¿Cómo puedes sólo cerrar los ojos? ¿No te persigue ese sentimiento inquietante?
Cuando duermes, nada es notable.
Cuando la codicia te ciega y tus manos consiguen más de lo que pueden cargar, una sobrecarga de emociones que jamás valorarás.
Y cuando tus manos no sean capaces de cargar nada, descubrirás que no todo es necesario en este mundo.
Tu codicia es la victoria de mi pueblo, mi bondad es el karma que te hemos impuesto, después de tantos milenios, somos capaces de vivir por nuestros deseos.
La victoria de un sueño, el que murió por culpa de tus codiciosos deseos. Ahora somos nosotros los que manejamos nuestros pensamientos, nuestro cuerpo sólo era un recipiente neutro, y tu codicia asesinó todo el rastro de tu esmero, tu pecado más eterno.
Editado: 10.12.2020