Vampirium

Claire

31 de Octubre de 1990

 

Mi nombre es Claire Volterna. Mido 1. 90 de altura. Tengo un cabello negro con mechas de colores oscuros en representación a la personalidad de mi propio yo. Tenía una edad de 27 años. Pero en la edad humana tengo una edad sorprendente. Se supone que debo ya estar en la tumba o tener mínimo un monumento histórico por los méritos hechos. Visto con una imagen juvenil en relación a la imagen de la subcultura gótica. Tengo una belleza rejuvenecida, Los brazos suaves, un cuerpo escultural con una piel blanca tan llamativa para suspirar e inspirar a muchos hombres de cualquier raza. No muestro síntomas de vejes. Siempre pinto la boca de rojo como un arma de seducción. Visto con corsé junto con unos pantalones de cuero con unas botas de plataforma de color negro. Además poseo un emblema significativo como collar por ser creadora de la Sociedad Secreta de las Santuarinas y cuya finalidad es dominio del universo entero a través de la espiritualidad universal para abrir el portal de la destrucción de todo vestigio de civilizaciones entera y evitar el regreso de un salvador contra las energías negativas. De los poderes adquiridos puedo encontrar los miedos de las personas y reflejarlos en el mismo momento, el control de individuos al aire libre, evocar calor y el derribamiento de un objeto pesado.

ꟷAhora te contaré mi historia.

Cuando era mortal, todo era diferente, era encargaba en hacer arreglos administrativos de una sociedad antigua: el antiguo Egipto. Formaba parte de una de las élites más poderosas de los egipcios. Nos encargábamos en tomar un rol dominante cuyo propósito era mantener sumisos a los esclavos de Egipto y a los de mente débil. En la cuestión económica, el comercio era muy favorecedor en las orillas del río Nilo. Muchos trabajadores agrícolas se dedicaban a trabajar la tierra y rescatar las cosechas en los tiempos de sequía. En tiempos de lluvias, las tierras se hacían un lodazal, no favorecía mucho para las cosechas. Por lo tanto, los cultivos eran sembrados antes de la llegada de las lluvias, a causa de darse pérdidas alimenticias. Mi labor siempre era: controlar la administración de todo Egipto, crear un esquema dominante en los esclavos para beneficiarnos la dinastía en tener muchas comodidades. Todos los días, tomaba nota con los papiros sobre la administración de esclavos”. Escribí un libro sobre cómo dominar a un pueblo para quedar rendido a los pies del dominante. Hubo un tiempo cuando fui mandada a infiltrarme a muchos territorios extranjeros como: Babilonia y India. El propósito era sacar información por medio de la justificación de cual media, tan rápido ascendí en los gobiernos extranjeros y llegué a la cima del poder y estuvieron a punto de quedar como gobernante. Sabía mucho sobre las sociedades de la antigüedad y tenía una gran cantidad de conocimientos. Recuerdo que los monumentos eran de grandes alturas y hablaban mucho de una pirámide mítica construida por una divinidad en forma de serpiente y apuntaban mucho las religiones teocráticas. Pero al negar a gobernar, escapé rápido para no sospechar de ser una infiltrada. Acabé con muchos rebeldes para propiciar una guerra a los pueblos de la antigüedad. A muchos maté por medio de una táctica seductora e inclusive fingí en ser una prostituta para obtener información por medio de los esclavos egipcios que una vez pretendieron causar un golpe de estado contra el régimen de estado.

―Mi vida era lo más bello y hedonista por cuestión política. Pero todo cambió en un día al saber la triste jugada del destino.

Recuerdo una noche tras terminar la misión asignada, la noche era tan oscura, fría y con un firmamento maravilloso. Toda la gente se acercaba a mí como la salvadora de Egipto y fui ascendida a ser la consejera personal del faraón Tutmosis. Nadie lo conocía en persona, muchos pensaban que no existía. Sólo estaba las estatuas de piedra con el retrato de él, tenía un cuerpo músculos, con rasgos de tenía el cráneo alargado, mostraba el abdomen, vestían con una falda de lino, poseía una gargantilla y unas sandalias de oro. Toda la población egipcia pensaba en ser una divinidad suprema o nunca existió. Al acabar la celebración, caminé desde las casas de los esclavos, del exterior se observaban en pésimas condiciones higiénicas. Luego entré a un gran camino arenoso, sentía adoloridos los pies por tanto trabajo. Al entrar al sitio de las Casas Reales, entré directo a mi casa. Opté por bañarme y cambiar de ropa. Al acabar de refrescar el bello cuerpo, caminé y saqué un vestido de lino y me lo puse. Al escuchar el sonido de la puerta observé la imagen de una persona vestida con elementos de un gobernante antiguo. Por deducción concluí en ser Tutmosis. Llegó vestido con una falda de lino, sandalias y descubierto del pecho. Portaba un cetro de color dorado con azul. El cabello era negro con una piel blanca. Lo dejé entrar y por la noticia quedé en shoock porque de la nada llegó a visitarme sin saber de la existencia de él. Nos sentamos en unas sillas de madera e Iniciamos en platicar conmigo sobre espiritualismo y los misterios del universo, intentaba cerrar la línea para no entrar en detalles. Jamás lo conocía pero parecía en conocer todos los detalles de mi vida entera. Al dar un giro de la conversación inició en contarme de la Sociedad de los Hijos de Ra. Cada vez quedaba envuelta de dudas y al punto de saber el nombre secreto de él y de permanecer en una hermandad secreta. La curiosidad cada vez atraía la atención hacia los temas propuestos por el faraón. Al proponerme en formar parte de la Orden accedí acepté sin pensarlo e hizo un gesto para luego revelar en decirle Gran Hierofante. Antes de irse comenzó en darme indicaciones para poder encontrar el sitio de la sociedad secreta. Después salí en búsqueda del lugar iniciático mientras corría un aire frío por todos lados y con una noche muy oscura. Al alejarme de la Casa Real caminaba cantidades de kilómetros y con un suelo arenoso, tenía que entrar antes del amanecer porque no podría ver de nuevo la luz. Encontré una pirámide junto con otras, era una de las trampas para los curiosos y por deducción entré a la más grande. Caminé directo a un camino recto y al expandirse el camino había un gran espacio con unas personas encapuchadas eran iluminadas por el resplandor de una luz salida de la altura de la pirámide y recuerdo que el sitio estaba construido con cruces babilónicas. Al acercarme escuchaba voces raras e invocaban la presencia de un ser con energía negativa. Sólo quería respuestas tras entender las cuestiones ocultas del espíritu eterno.




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