Verdad Corrupta

Capítulo 13

Silas

 

-¿Entonces pronto podre regresar al trabajo de campo?- le pregunto a la doctora que está sentada frente mirando un montón de papeles.

-En resumidas cuentas sí, puede regresar mmmmm- muerde el bolígrafo -En una semana aproximado, igual le confirmarán desde el cuartel-

-Muchas gracias, le agradezco- agarro la camisa para enseguida vestirme, miro el brazo afectado con las marcas que se añaden a la colección.

-Solo no haga más esfuerzo, por eso hemos tenido que retrasar su reincorporación. Deje de mandarme seres aquí, ya me lo advirtieron cuando empece aquí pero Dios, si que eres problemático- cruza sus torneadas piernas una sobre la otra de manera coqueta -Puede que necesite verificar a más profundidad- 

-Puede que necesites reconsiderarlo- termino de vestirme mientras me amarro el cabello -No estoy interesado en lo que me ofreces-

-¿Estás seguro? no le ofrezco a nadie mis servicios- pone sus manos en mi espalda, siento el frío metal de cada uno de sus dedos cromados.

-Prefiero que use esas manos para escribir el reporte que necesito para salir de estas oficinas, quiero largarme de este lugar nefasto- ni la observo mientras salgo de ese consultorio.

Afuera me espera Quirina sentada en una de las sillas de espera que gracias a la cita que tuvimos, si es que se puede llamar eso, no ha molestado tanto manteniendo una distancia agradable que me dejado analizarla mejor. Es más prudente de lo que parece, si es cierto que no se puede negar que la primera impresión y las demás que dio no fueron favorables, sobre todo luego de quitar la vida a alguien, pero ha podido seguir adelante ante las circunstancias.

Se levanta enseguida que me ve para proseguir con un saludo militar formal.

-Descansa soldado, has sido mi asistente durante estos seis meses y te lo he pedido...sabes olvídalo haz lo que te de la gana, igual ya pronto salgo de este lugar- aprieto el puente de la nariz evitando el dolor de cabeza.

-General, acuérdese del trato que hicimos- siguiendo unos pasos más atrás.

-Como voy a poder, se te nota en la cara la emoción cuando escuchas que mejoro- Me paro de seco -Tengo una misión para ti, algo de papeleo, nada emocionante. Necesito que vayas al cuartel central y traigas unos documentos que me debían enviar y no han llegado-

-¿Es enserio?- se muestra frustrada -Esos de mensajería, no pueden hacer nada bien. Esta bien, se los traigo aunque demoraré, están del otro lado de la ciudad-

-Demora todo lo que necesites, pero los necesito hoy- le digo seco para seguir mientras ella se va por otra ruta.

Necesito tiempo, un poco más, estoy feliz de irme de aquí pero aún no he encontrado lo que busco. Salgo del cuartel del sur subiendo las escaleras de piedras para ser recibido por el sol intenso en todo su apogeo, cubro el rostro con la mano acostumbrando los ojos al nivel de brillo, el calor es intenso que apenas empezó el verano deje la capa para usar una camisa de manga corta con un cinturón con bolsos para todo los materiales que guardaba en la gabardina. Necesito apurarme para llegar a la reservación que hice en el Ministerio de Aplicación antes de que solo pueda regresar escabulléndome. Solo es necesario caminar una hora para ser recibido por los exuberantes jardines que rodean a las torres.

Al ingresar soy recibido por nadie, el recibidor completamente vacío, doy varios pasos más y en el piso se enciende una luz que empieza a marcar un camino. Me rasco la cabeza sin saber que hacer, miro alrededor buscando ayuda solo para recibir parpadeos de esa luz, no hay más opción y empiezo a seguir la ruta. La guía empieza a llevarme por pasillos donde estoy separado por un cristal de otros seres sentados en escritorios donde escriben en teclados sin parar, sin dejar de ver las pantallas, sin interrupción alguna. Más adelante la luz sube por una escalera de caracol varios pisos hasta llegar a una habitación completamente hecha de cristal con un único escritorio para ver lo que necesites.

Paso la mano por la superficie lisa mirando como torres llenas de papeles se distribuyen por todo el lugar, miro el suelo para descubrir que no logro ver el fondo y el cielo sorprendido que no les encuentro fin. En el cristal aparece una pantalla de búsqueda, uso el teclado donde debo poner el nombre que recuerdo nunca pregunte en su momento, la torpeza me abraza cada decisión que hago dejando que falle. Aún sin eso utilizo palabras claves como: mujer, biblioteca, viva y profesora. Enseguida de las torres empiezan abrirse y cerrarse con el sistema buscando el material solicitado, comienzo a ver como pequeños robots empiezan a escalar sacando cartapacios cremas de las gavetas antes que se cierre, parecen arañas cazando sus presas con gran precisión entre el montón de opciones. Todas empiezan a reunirse dejando en una bandeja sus tesoros y se retiran escondiéndose hasta el próximo pedido.

Se acerca la bandeja entrando por una rendija al ras del suelo, me agacho para empezar a buscar lo que necesito para descubrir uno de los pequeños robots araña era el que traía la bandeja, comienza a mover la cabeza con esas cámaras mirando a todas las direcciones para saltar sobre mi hombro. No es ninguna molestia así que continuo con mi meta, empiezo a ver con el primero , dentro podré encontrarme con nombres, datos, fotos, todo lo que necesito. Pero son muchas, demorare una eternidad poder encontrar algo. Paso archivo, uno tras otro viendo fotos de mujeres de diferentes estilos y modificaciones, desde mujeres con ligeros cambios hasta otras que se parecen a bestias mitológicas como unicornios, pero ninguna es la que busco.



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En el texto hay: fantasia, ciencia ficcion, romance

Editado: 29.11.2019

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