Las nuevas instalaciones para el reinicio del experimento están terminadas fuera de todo ojo público, torres de liquido con plantas que crecen a velocidad acelerada, tableros donde colocan tubos de ensayos o líquidos en envases.
Los científicos caminan de un lado a otros diciéndose esto nuevo hogar y que podrán ayudar a sus familias, si todo sale como debe ser ayudara a la restauración de la vida y la destrucción de un mundo tan contaminado, pero para ellos que le llaman hogar es más bien una prisión con detalles de lujo. Allí se acerca un viejo arrugado vestido con bata y usa lentes, está feliz del avance tan rápido para iniciar todo, que si toda la información la terminan de restaurar en la biblioteca podrán iniciar donde quedo en el pasado, también lamenta las grandes pedidas en ese ministerio y aún más el retraso que conllevara tal contratiempo.
Tampoco es el único que veo, abajo camina vigilando con la gabardina negra noto ese cabello negro inconfundible en cualquier lado, aún más cuando nuestras miradas se cruzan y ese verde en sus ojos se vuelven turbulentos solo al notar mi presencia. El General encarnizado es uno de los dirigentes del lugar en el área de seguridad, también su equipo se encuentra disperso por el lugar como una joven en el tercer piso vigilando como despreocupada pero mira cada salida posible, en otro piso un hombre que cojea está escuchando atentamente las conversaciones al tener su vista cubierta por sus parpados.
Joder, a mi ni siquiera dejaron que mi equipo ingresara a la planilla del experimento y él ha podido traer a cada uno sin problema alguno, eso me molesta, ni con la ayuda del cerdo asqueroso del Ministerio de economía pudo ayudarme y este viejo del Ministerio de investigaciones se negó rotundamente, que tretas sucias usaste General Silas para cumplir tus fines. Lo empiezo a seguir por todo el sótano buscando un momento de privacidad cuando por fin ingresa a una habitación que estaba completamente oscura. Solo hago abrir la puerta para verlo allí hablando por el celular, maldito como es que ingresas eso, a mi me quitaron todo aparato de comunicación, hasta el comunicador de la Guardia.
-Te hablo en un rato, ya han levantado la restricción de salida- cierra el teléfono -¿Qué deseas Jana?-
-¿Quería hablar contigo en privado Silas?- me acerco y empiezo acariciarle el pecho, trato de acentuar mis atributos y que caiga en mis encantos -Dígame porque un hombre como usted se encuentra tan solo, merece un poco de calor-
Trato de bajarle la gabardina mientras le beso el cuello, él se mantiene seco y frío como un bloque de cemento, se lo logro quitar y voy por su corbata empezando a desanudar sin quitarle la atención el movimiento de cadera y el rebote de pechos. Con una mano agarra ambas muñecas y me detiene en seco con una expresión enfurecida.
-Dígame de que quería hablar entonces y deja de ser una puta zorra- me empuja lejos de él.
-Entonces que es la afortunada dama que ha conquistado su corazón- acaricio mis muñecas sin dejar de actuar como la dulce dama que ofrece sus servicios.
-Si tuviera un corazón nunca iría contigo- se burla mientras se acomoda la corbata y recoge la gabardina del suelo.
Eso me enoja, es imposible que se resistiera a mis encantos, llegue a este puesto gracias a ellos y planeo subir más, este ser enfrente enserio no tiene corazón o ya lo perdió con alguien.
-Entonces quiero saber como has conseguido ingresar tu equipo y los equipos de comunicación- olvido el papel que no ira a ningún lado.
-Fácilmente, yo no me gane esté puesto con favores y mucho menos sexuales, lo gane demostrando mi valía aquí- agarra mi barbilla con fuerza y sonríe -Solo dije si no aceptan mis demandas no los ayudaría en nada-
Me empuja lejos de él nuevamente, solo una frase y gano todo eso, no eres intocable pero ganas fácilmente con solo negarte a algo si te niegan una petición. Me siento sucia por primera vez en todo lo que llevo aquí, pero no me dejare ganar, veo a otro Guardian, nunca lo había visto pero me parece curioso solo al verlo con su aspecto gatuno y su brazo enyesado.