Kazuo
Han pasado ya varios días desde el ataque de los Bajos, aún tengo pesadillas pero ahora mezcladas con el ataque y los seres cayendo sin vida como gotas de lluvia que caen sin remedio al piso. Es tanto el cansancio que no lo puedo ocultar ante el Señor Tuell que me da un descanso en el trabajo mientras va a entregar los libros que ya han sido reparados para que la información sea guardada en la base de datos digital, mientras me quedo en la oficina solo tirado en el sofá mirando el techo, trato de recordar muchos nombres de los bibliotecarios que fallecieron, uno de los seres fue una de las amigas de Charlotte, por primera vez siento pena por ella y le di mí más sincero pésame para recibir una cachetada con frases "Tu no sabes cómo era ella" o "No me digas nada y menos si no la conocías" mientras llora desconsolada. No le digo nada por el golpe ya que la comprendo al sentirse así y a la vez no puedo entenderla ya que ese dolor es solo de ella.
Hoy es un triste día para regresar al trabajo con un velorio para todos los seres caídos en la presidencia y la lluvia no ayuda en nada hace que el ambiente en toda la ciudad sea más triste para todos los que perdieron a alguien, escuché durante el camino aquí que los Bajos deben ser exterminados y no merecen perdón alguno, no sé que pensar al respecto tras ver cómo la Guardia hizo lo que hizo y tampoco puedo defenderlos ya que no acepto tales medidas así que prefiero quedarme callado del tema.
La ventana comienza a sonar por la lluvia torrencial pero esos golpeteos no son del agua, me acerco para ver una criatura del tamaño de un gato dando golpes con su pata, extrañado me preguntó cómo subió tan alto, al verlo mejor no es un gato sino un león miniatura con alas y cola de escorpión, dudo por un momento si dejarlo pasar pero lo oigo soltar rugidos lastimeros, busco algo para secarlo y agarro una toalla de mano para abrirle la ventana, salta directo a mis manos dónde sostengo la toalla para secarse del agua que está fría.
Lo dejo encima del escritorio para que se termine de secar, evito acercarme mucho temiendo por su cola y los dientes que muestra, que criatura será o vendrá del mundo fuera del muro, he escuchado como los animales han ido mutando por la contaminado extrema que se encuentran las tierras. La pequeña criatura se agita quitándose el resto del agua que le quedaba y se sienta mirándome, bosteza mientras mueve la cola y entonces recuerdo haberlo visto en un libro en casa pero es de mitología despertando más la curiosidad.
Le pregunto si puede hablar con respuesta negativa al mover su cabeza dando entender que si me entiende y es positiva la respuesta, entonces se me ocurre preguntarle si tiene hambre, duda unos momentos y entonces dice que sí con la cabeza. Saco de mí mochila una barra de energías y se la ofrezco pero no hace caso, la muerdo para dejarle entender que es seguro pero nada, entonces saco las sobras del almuerzo para ver qué vuela hasta quedar encima de mí brazo y come la carne que quedaba.
Gruñe como agradecimiento y se esconde dentro de mí mochila cuando unos momentos después se abre la puerta de golpe, el Señor Tuell entra para decir que estamos atrasados en el trabajo pero podemos retomarlo en unos días, lo dice emocionado y confiado que agarra algunos libros que acaban de terminar el secado para llevárselo con rapidez mientras dice que descanse el resto del día.
Con saber eso como rayos puedo descansar, agarro algunos libros más desgastados y le rocío el líquido para despegar las páginas y mientras se secan agarro otros para quitarle la cubierta, en la orilla de la ventana la criatura se queda mirando curioso y mientras hago los procesos necesarios le explicó porque se deben hacer y que necesito rescatar la información de cada uno, solo mira y gruñe dándome algo de calidez en este día tan triste, acarició su barbilla para escuchar un ronroneo.
Parece que es inofensivo también tranquilo ya que mientras trabajo y le explicó algunas cosas el se queda quieto o solo se mueve para ver mejor cuando obstruyó su vista, es tanta su curiosidad que la última posición se queda acostado sobre mis hombros rodeando el cuello, miro los escritorios notando que he dejado varios libros en diferentes etapas de restauración dependiendo de su estado y aún quedan tantas torres de trabajo, parece que nunca acabará. Recibo algunas lamidas en la mejilla y le acarició la cabeza, le agradezco el ánimo, espera un momento, ¿eso fue para ánimos? sentí que fue para eso.
La puerta nuevamente se abre y es nuevamente el Señor Tuell que se queda callado, espero que no me diga nada por la criatura que tengo sobre mis hombros y porque está ves no se escondió, nos quedamos en silencio para escuchar cómo me regaña por trabajar cuando pidió que descansará y que debía tener cuidado con el sobreesfuerzo de tantas restauraciones juntas pero también se queda mirando que los procesos de están haciendo como se necesitan, lo último que dice es que si quería traer mí mascota debía decirle aunque sea para dejarle una esquina para él. Cuando dice mascota la criatura gruñe sintiéndose ofendido, tampoco diría que es mí mascota, vivió conmigo durante seis días y no había criatura merodeando por la casa y menos he dicho que tengo una. Esta vez lo que hace es que me da la mochila y a la fuerza me saca de su oficina diciendo que si lo traigo mañana necesito traer una cama y alimento para él y lo señala para luego cerrar la puerta en mí cara.