Capítulo 33

Las calles se encuentran abrumadas de seres que huyen o buscan hacer el mal a otros, incluso en el hospital empiezan abarrotarse y tienen que usar los pasillos para ayudar a cualquiera, para aquellos que no pueden hacer nada los cubren con una tela negra y en la camilla se lo llevan hasta una habitación llena de otros seres en la misma condición, sin vida. Los alrededores del hospital están completamente asediados por la Guardia para evitar que se acerquen aquellos con intenciones malignas y si lo hacen son primero advertidos y si continúan disparan sin perdón a nadie.

Tuve algo de suerte al encontrarme ya aquí para un chequeo de la mano, luego del encuentro hace meses me la tuvieron que cortar ya que era insalvable, estuve días solo con un muñón en el brazo derecho y tuve que llevarlo enyesado mientras también ahorraba para poder comprar una mano robotica. Tras el cambio fue difícil controlarla junto a una sensación de incomodidad, ambos síntomas fueron avisados con anterioridad pero no pienso dejar que me gane ese monstruo. La revisión dicen que pronto podré utilizarlo mejor pero que siga los entrenamientos para que los nervios se terminen de conectar con los sensores.

Por la puerta entonces veo a Quirina, corro para saludarla pero al momento de voltearse veo al joven, es el mismo que acompañaba al monstruo. El joven tiene parte de la cara cubierta de sangre, empiezan a verse moretones por varias partes de sus brazos, también carga una criatura sucia cuando noto mejor que tiene un corte por el pecho.

-No es momento, necesito llevarlo a que sea atendido- Dice sin más.

-Déjame ayudarte- le agarro el hombro y es más ligero de lo que parece.

Vamos juntos hasta una doctora que lo pone en la camilla y a nosotros nos saca del lugar.

-¿Sabes quien es?- le digo.

-Sí y no, tengo que irme para ayudar allí afuera, deberías hacer lo mismo si terminaron de revisarte la mano- 

-Entonces dime- le pido mientras la sigo hasta la salida.

-Es el hijo del general encarnizado, ahora mismo voy a buscarlo- se amarra el cabello.

Eso explica muchas cosas, me sube una sensación helada por toda la espina, cuando le mentí ese día le dije que seguía a su hijo y casi me mata por cometer garrafal error, ahora me vigila solo para mantenerlo a salvo pero de qué lo quiere proteger, quien trata de seguir a su hijo. No se ve que fuerte, menos con valores para la Guardia, que esconde el General con ese muchacho, joder me despierta más dudas sin embargo no me puedo acercar cuando esta cerca. También que criatura llevaba en sus manos, nunca la había visto y tampoco fuera del muro.

Por la puerta ingresa ahora el monstruo ayudado por el Sargento Tadeo, pide ayuda para llevarlo a ser atendido, Quirina y yo corremos para socorrerlo antes de que caiga junto al General, aún me parece sorprendente que con la herida en la pierna pueda caminar, sus brazos lleno de cortadas y tres cortadas del lado izquierdo en su rostro que van desde la mejilla hasta la frente, al verle la espalda tampoco se encuentra mejor, somos guiados hasta una habitación donde es atendido.

-¿Qué paso? ¡Cuando lo deje no estaba tan mal!- le reclama Quirina.

-Cuando lo encontré por accidente estaba rodeado de seres, pude espantarlos pero ya era bastante tarde estaba bastante herido- lo dice tan tranquilo -También se quedo atrás para que tu no tuvieras problema Quirina en traerlo-

-¿Él se sacrifico por su hijo?- digo sorprendido.

-Igual Quirina sabe y parece que te dijo, cualquier buen padre haría lo que fuera para salvar a su hijo, él no diría que es el mejor pero dejaría todo para que este seguro. Desde que soy su amigo lo ha hecho...-

-Y eso me parece cruel- nos volteamos todos para ver al joven allí de pie, tiene la frente vendada y varías partes de sus brazos, se notan grandes puntos morados que cubren su piel y en su hombro la criatura se queda sentada con varios puntos que cierran su herida.

-Kazuo...pensé que estarías...- el sargento le habla con tanta normalidad.

-No sufrí tantas heridas y con los ungüentos que me colocaron pronto estaré mejor, y Kurt lo cocieron y también le pusieron unas cremas- le rasca la barbilla y ruge -Escuche que papá fue más....- baja su mirada -Fue mi culpa, si no me hubiera separado estaríamos hace tiempo lejos de aquí ....- se tapa la cara pero se nota como su voz se corta y caen gotas al suelo -Kurt no lo hubieran cortado y papá estaría ayudándolos a controlar esta masacre- 

La criatura se restriega a su cara tratando de calmar al joven que llora, parece, no, se tira toda la culpa de lo sucedido a su familia por un error que ni él mismo podía controlar, el sargento se le acerca y lo rodea con sus brazos tratando de calmarlo. 

-Son cosas que pasan, deja de tirarte la culpa de todo encima, no tienes que pensar en eso. Cuéntanos todo desde el inicio- lo ayuda a sentarse y le quita el mechón de cabello.

-Sargento suficiente tiene ya con todo lo que ha pasado- Quirina trata de detenerlo.

-Quiero hacerlo- lo dice con tanta seguridad -Estábamos regresando del área comercial de un pedido que papá, digo el General Silas, lo fuimos a retirar y en el camino a casa, más exactos en la plaza empezó todo, escuche discusiones y luego gritos para ver entonces una pelea, de un momento a otro estaban los seres corriendo a todas las direcciones que termine separado del General al ser interceptado por un grupo, cuando pude separarme de ellos no sabía donde estaba pero sabia que no era un lugar seguro. Comencé a caminar y hasta Kurt trato de ayudar volando lo más alto que podía para tratar de recocer algo sin éxito, y entonces salieron varios tipos con uno de ellos con cuchillo lleno de sangre, empece a correr lejos hasta que Kurt se soltó de mis brazos para atacarlos picandolos con su cola y caen sin antes herirlo gravemente, me lo lleve de allí pero había más seres que buscaban hacer daño. Quede en un callejón sin salida y no pude hacer más nada que tratar de protegerme con mi cuerpo y también salvar a Kurt, cada golpe de esos tubos era un martirio cuando se detuvieron entonces fue cuando llego el General....de allí conocen el resto....- Su mirada siempre está fija al suelo recordando.