Tadeo
Está empezando ha amanecer, la plaza se encuentra llena de seres con uniformes de negro y rojo que se encuentran cansados tras horas en velo. La Biblioteca ahora se encuentra en calma y el abismo se ha cerrado, voy junto a un equipo a revisar el lugar, en las escaleras se encuentran seres inertes en posiciones imposibles, las puertas se encuentran derrumbadas dejando un hoyo dónde han entrado, el fuego consume el lugar sin piedad, el trabajo y sus vidas de estos seres ha sido completamente arrebatado por el deseo de un grupo.
Toda la entrada se encuentran con cuerpos apilados y en el centro de la recepción se encuentra la mantícora tirada en el suelo con sus alas cubriendo algo, levanta la cabeza mirándonos, una mirada de dolor y sufrimiento, nos acercamos lento, cuando el levanta el ala nos quedamos completamente en shock.
-Ese es...es imposible...-Quirina se tapa la boca.
-Es el General Encarnizado- sin tacto lo dice Yori evitando mirar.
-No solo es él...- me acerco y acarició la cabellera blanca que descansa sobre el cuerpo inerte de un amigo -Kazuo....hemos llegado-
Él levanta la mirada, sus ojos rojos me imagino de tanto llorar, solicitan ayuda con urgencia.
-Sálvalo, por favor....debe haber una forma....por mí culpa.... él ha...- lo dice entre gemidos de dolor y llanto, sus mejillas ruedan gotas de sufrimiento de un ser que has amado ya no sé encuentra contigo.
-Separen al joven del cuerpo, iremos juntos al lugar de evacuación- evito responder una pregunta que la respuesta es un no, no hay forma de regresarlo, no hay forma que respire, no hay forma que te abracé.
Yori se acerca a él -No me separaré de él, no lo haré- lo agarra con fuerza agarrándose de la camisa, lucha fielmente hasta que su cuerpo facha y logran cargarlo lejos -No me separen de él, papá ¡¡¡Papá!!! ¡¡¡Aún puede ser salvado!!!-
Grita fuerte, su dolor empieza a hacer eco en el lugar abandonado, extiende la mano queriendo agarrar la de él pero no se va a mover, grita fuerte que lo suelten que lo dejen con su padre. Debo taparme la boca evitando tener que disculparme, si hubiera avisado esto nunca hubiera pasado, Quirina no aguanta más empezando a llorar por el sufrimiento de un hijo que ve a su padre inmóvil en el piso. Viejo amigo que has hecho, has abandonado a un ser en este mundo cruel que ha empeorado el día de hoy, lo dejas en manos de un destino inserto, a la deriva en el mar en medio de una tormenta. Kurt en cambio evita mirar el cuerpo y sigue a su compañero fielmente, de reojo noto una lágrima que rueda sobre su pelaje desconociendo si es por el que está muerto o por quién aún vive.
Sus ojos se ven apagado y de su boca un hilo de sangre seca se queda pegada a su piel, paso la mano cerrando sus ojos antes de un verde brillante, has luchado con valor, era uno de tus mayores miedos que él quedará en medio de una batalla y ha sucedido, ahora te has sacrificado al entrar solo a la guerra, quisiera haber podido ser de mejor ayuda, ser un mejor amigo. Con un movimiento rápido arranco la espada que te arrebató la vida, no te prometo nada ya que no merezco dirigirte la palabra, aún después de muerto, no merezco ni decir tu nombre, solo puedo prometerme cuidar a quien has dejado atrás en este mundo.
-Quirina es momento de regresar, hemos confirmado que no hay más nadie aquí- agarro la camisa rasgada del general envolviendo la espada.
-Pero...no hemos revisado el área- ella aún tiene una vista de dolor.
-Si tu general ha quedado así es imposible que alguien más haya sobrevivido- la miro -Se que lo amabas, te mantuviste fiel a su lado pero si quieres decirle adiós, es el momento-
Ella se acerca acariciándole la cara y enojada de que los dejará, a ella y su equipo, a su hijo, a toda Eloísa, se encuentra enojada pero aún así ella le dan un beso en sus labios fríos.
Regresamos al lugar de evacuación, ven la criatura que le aplauden por su valor y a Kazuo por el esfuerzo de salvarlos, no solo los de la Biblioteca también los guardias por el respeto al esfuerzo de ambos y el trabajo que no pudieron realizar pero ellos sí, pero esto no es una celebración. Yori lo deja en un banco, todos lo ven que no se levanta, su mano muestra un orificio y en la otra sostiene un cuerno filoso, su mirada denota la desesperanza, quiere estar solo, hasta podría decir que parece estar muerto en vida o piensa en el suicidio, esos mares se encuentran apagados por el bosque que le han arrebatado tan injustamente.
-Esto te pertenece, dependerá de ti que harás con el arma que ha arrebatado la vida de tu padre, de un amigo, de uno de los más temidos protectores de está ciudad- lo digo en alto, dejen de aplaudir y alabar a alguien que se encuentra de luto.
Él solo lo mira envuelto en la camisa de su padre, cuántas veces sentiste calidez de ese ser que te vio crecer, ahora lo abrazas rompiendo en llanto de nuevo, queriendo verlo, negando está verdad y queriendo corromperla para evitar el dolor que sientes. No puedo comprender eso que siente, lo abrazas tan fuerte que podrías romper el metal, empapas esa tela con tus lágrimas y sangre que se mezclan con la de él. Kurt empieza acariciar con su cabeza a Kazuo lamentando el llanto de su amigo que oculta su cara en esa espesa melena.
-El General Encarnizado ha dejado esta vida para protegernos, para salvar a todos los que pudiera a la invasión a la Biblioteca, no nos olvidemos de ese sacrificio y aquellos que han caído en manos de la maldad- grito fuerte en el silencio que ahoga la plaza y apoyo la mano en su hombro -Agradezcamos a la familia Abigor, que el fuerte ha usado su vida para protegerlos y el amable los ha guiado a la salvación-