Versos del alma

CAPÍTULO 9

Al despertarme, hago un doble parpadeo, percatándome que dicha habitación en la que me encuentro no es exactamente la mía. Frunzo el ceño y visualizo con profundidad el espacio por completo, aguijoneando con la mirada hasta los detalles mínimos de esta.

La habitación es amplia, pintada de un color crema con cuadros de fauna y flora a los alrededores (digamos que es lo que le da subsistencia a la alcoba) Hay una pequeña biblioteca del lado derecho y justo al frente una mesita con un jarrón de color cian en conjunto con dos fotografías que desde lejos no puedo definir con exactitud.

—¡Buenos días!—Desaparece el silencio apenas cruza el umbral una pequeña niña con dos coletas quien sostiene en sus manos una bandeja—No sé si te gustan los panqueques con miel, pero a mí sí, así que por eso te traje.

—Muchas gracias—Dije con voz adormilada, aunque un tanto sorprendida por tan adorable gesto.

Con las piernas extendidas, posicione la bandeja encima de mis muslos, tome el cuchillo con una mano y con la otra el tenedor, el aroma a miel se paseó por mis fosas nasales, haciéndome delirar una y otra vez.

Cierro los ojos y me permito por unos segundos degustar como se debe el rico sabor del panqueque con el dulzor de la miel, en estos momentos siento que estoy transitando el paraíso. Para no olvidarme de la presencia de la versión pequeña de Thiago, escucho la risa de Yasmina resonar por la habitación, sin embargo, no ríe precisamente por mi peculiar demostración de delirio ante la comida que me a traído, si no por el hecho de que alguien más irrumpe la habitación.

—Buenos días, Auba—Abro los ojos de manera automática y me encuentro con unos color avellana que me contemplan con diversión, además de extrañeza—Veo que te gustó lo que preparé.

Trabajar para Thiago ha conllevado subirme a una montaña rusa de sensaciones y emociones que a medida que avanza el tiempo, no ha parado de sorprenderme, a veces no de manera de grata, pero sé que toda esta aventura de cuidar a sus hijos nunca implicó ser sencilla. En ocasiones, he llegado incluso a considerar que aceptar esta responsabilidad puede ser tanto una bendición como una maldición, y no me refiero con exactitud a los niños.

Sé cuan poco ético y profesional es surcar con la mirada a tu jefe, pero en días como hoy, en los que se presenta con una camiseta húmeda por el sudor adhiriéndose a su cuerpo, el cual resalta por las arduas horas de ejercicio además de fascinantes tatuajes que cubren la zona de sus brazos, su cabello claro un tanto despeinado al igual que mojado, mientras gotitas caen sobre su frente, algunas rodando por su cuello, viajando por su pecho, así como también tonificado abdomen, sin contar la fuerza que se vislumbra en sus piernas que logran apreciarse con claridad gracias a los shorts negros un tanto sueltos a la altura de sus rodillas, me es inevitable no explorarlo con mis ojos.

—Creo que Auba ya no está tan concentrada en la comida—Comenta Yasmina, escuchándose más como un regaño.

Desvío la mirada de Thiago de inmediato, como quien es pillado en una fechoría y me doy un buen bocado en un santiamén para tardar en hablar por si me dirigen la palabra.

—Yasmina, ¿Podrías dejarnos a solas?—Cuestiona el castaño, justo parado de brazos cruzados a escasos metros de la cama en la que estoy. Sus ojos apuntan directo hacia a mí, su expresión se mantiene neutra como de costumbre, por lo que me es difícil de descifrar si será bueno o malo lo que me dirá a continuación.

La pequeña se despide de mí con un beso en la mejilla y en seguida corretea hacia su padre, sus brazos envuelven una de sus rodillas y apoya delicadamente su cabeza cerca de su cadera.

—No discutas con ella—Oigo susurrarle Yasmina a su padre, en respuesta este se carcajea por solo unos cortos segundos, antes de volver a su típica seriedad.

—No prometo nada...

Yasmina previamente al salir de estas cuatro paredes, hizo mala cara que al instante le sacó una sonrisa a su padre, no de oreja a oreja pero si con la misma intensidad de una.

—Entonces...— Thiago se aproxima hacia donde estoy elevando las comisuras de sus labios para afianzar una sonrisa juguetona que lo hace ver más sexy de lo habitual—Yasmina cumplirá años el miércoles, no le tengo nada planificado para ese día más que una salida a McDonal's para comer una cajita feliz y un McFlurry que es lo mejor para ella, debes llevarla allá, yo no podré estar para su cumpleaños ya que tengo compromisos con la editorial. Pero si estaré para su celebración del sábado, le tengo una sorpresa, quiero que vengas disfrazada de la princesa jazmín.

Frunzo el ceño y arrugo la nariz sintiéndome estupefacta. No tengo problema en llevar a la pequeña Yasmina de paseo, pero ¿Disfrazarme? Y ni siquiera me lo está preguntando, es una orden.

Estaré desentonando entre los invitados ese día, me imagino la escena en este preciso instante. Las mujeres con lindos atuendos, vestidos delicados o un conjunto de falda y blusa muy a la moda, los hombres por otro lado no estarán tan formales pero tampoco se verán desaliñados, mientras que yo...Yo haré mi entrada triunfal vestida de la princesa Jazmín, imitando su voz y algunas de sus típicas expresiones.

No obstante, entiendo lo especial que pueda ser para Yasmina, estaré feliz cuando vea la expresión de sorpresa y alegría en su rostro apenas me vea vestida de su princesa favorita, o al menos espero esa su reacción.

—Bien, ¿Algo más?— Entrecierra sus ojos claros y acaricia su barba para verse pensante.

—Desayuna rápido, te llevaré a casa.

***

Al llegar al apartamento comencé a deambular por los alrededores al no conseguir respuesta de mi abuela. Había gritado su nombre unas cuatro veces o hasta más, aun así no contestó. Quizás y esté en casa de alguna vecina, fue lo que pensé.

Me tiré en el sofá con las piernas extendidas, mis pies sobresalían levemente del mueble, mis manos estaban debajo de mi nuca, una posición cómoda para ser honesta. No tenía sueño ni quería cerrar los ojos, el silencio me atrapaba y aquello no era tanto de mi agrado.



#29976 en Novela romántica
#6758 en Joven Adulto

En el texto hay: niños, escritor, romance

Editado: 18.01.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.