Vivía en una casa
con forma de escalera,
pero no le importaba
que mala suerte esto diera.
Había abierto el paraguas
a modo de cabecera
al inicio de su cama
para que sombra tuviera.
De trozos de espejos rotos
estaba el tocador hecho,
con un trece de oro
como lámpara de techo.
Y para completar su fortuna,
tenía un gato negro,
con ojos color de luna
y un collar de terciopelo.
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Editado: 17.10.2020