La luna se ha teñido de sangre
pintando el cielo de granate,
fantasmal y solitaria,
busca su reflejo en el agua.
Un lobo aúlla desde la montaña
llorando a su amada luna,
pues herida cree hallarla,
temeroso de que su vida se consuma.
La luna llora lágrimas de estrellas
que al agua caen junto a ella.
El lobo la persigue
gritando su nombre,
hasta verla consumirse
en el límite de la noche.
Solo se queda el lago,
sola la verde montaña,
compañía de un lobo desengañado,
creyéndose por su amada
abandonado.
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Editado: 17.10.2020