CAPÍTULO 2: Guantes.

alúzame aquí, no muevas la linterna.-dice Finn mientras abre la cajuela del auto.

-con cuidado.-expreso.

-¿con cuidado?, está muerta Kial, no puedo tener más cuidado.-dice y la toma por los pies.-¿qué tal si dejas de decir tonterías y me ayudas?.-me indica para que la tome por el otro extremo.

-dios, ¿cómo puede pesar tanto alguien que parecía sólo comer 1 uva al día?.-el sudor cae por mi frente mientras nos adentramos en el bosque en busca de un lugar en donde quemar el cuerpo. Tiene que ser un lugar despejado de árboles, no queremos ocasionar un incendio forestal.

me detengo al ver algo que me desconcertó.-¡¿y tus guantes?!.-dejo caer a al chica muerta.

-que importa…sigamos.-responde arrogante.

-¿Qué importa?, ¿acaso eres retrasado?, mataste a alguien Finn, esto no es un juego, no puedes ir por ahí manipulando el cuerpo sin guantes arriesgándote a dejar algún rastro tuyo perdido.-

-tranquilo, no pasará nada, lo quemaremos todo.-dice quitado de las penas.-

Respiro profundo intentando no exaltarme.-escucha, Finn, estoy haciendo esto por ti. Te estoy ayudando porque eres mi mejor amigo y no quiere que pases el resto de tu vida en prisión ¿y adivina qué?, yo tampoco quiero ir a la cárcel.- sin darme cuenta avanzo contra el hasta arrinconarlo contra un árbol.- Así que por primera vez, deja de ser un idiota, da la vuelta…y regresa al auto por tus guantes.-mis dedos se empuñan intentando contener las ganas de soltarle un golpe en su cara morena.-

-como quieras.- se despega del árbol y regresa al coche.

Creo que tengo que explicar el por qué estamos aquí, a la mitad de la nada en un bosque a las 2 de la mañana apunto de quemar un cuerpo.

-¡¿Qué te pasa?!, ¿estás consiente de la oportunidad que me acabas de arrebatar?.-digo mientras Johanna pasa al lado mío rápidamente ignorándome. Voy detrás de ella.-Johanna, espera.-digo y la detengo del hombro.-

-creo que tienes cosas más importantes que hacer.-puedo ver la furia en sus ojos. Antes de que se vaya la tomo de la mano.-¿estamos bien?.- en lugar de una respuesta sólo recibo silencio. Se suelta y atraviesa el largo pasillo hasta las escaleras. Volteo mi mirada a Finn.-espero tengas una buena excusa.-

-Kial.-su voz tiembla.-

-¿Qué pasa?, ¿ahora que tontería hiciste?.-

-no podemos hablarlo aquí.- se mueve de un lugar a otro.

-tranquilo.-le detengo.-dime que pasó.-

-tenemos que irnos.-puedo oír el crujir de sus uñas siendo masticadas, hace eso siempre que está nervioso.

-oye, oye. Quiero ayudarte, pero no puedo si no me dices que mierdas pasó.-

-vamos al auto.-dice y me entrega las llaves.-tú conduce.-hace tiempo no lo hago, no desde que hice caer el coche de mamá a un canal(por suerte no había agua), pero creo que aún recuerdo cómo hacerlo.

-bien.-respondo.

-espera.-Finn me detiene antes de salir por la puerta principal.- el auto no está ahí.-

-¿entonces?.-

-está atrás.- su voz no ha dejado de temblar. Estoy preocupado, él es un chico problemático, pero nunca lo había visto tan nervioso.

-¿atrás?.-respondo curioso.

-si. Luego te explico.-

Introduzco las llaves, piso el freno y enciendo el carro.- ¿adonde se supone que tengo que ir?.-digo mientras conduzco hacía ningún lado.

-Kial.-responde pero ignora mi pregunta.-hice algo muy malo…-su mirada es fija en el camino. Volteo a verlo para ver si el hace lo mismo pero no despega la vista de enfrente, viendo a la nada. Perdido en sus palabras.

-oye, sabes que cuantas conmigo, ¿no?. Dime… ¿qué pasó allá?.- un silencio inunda el auto.

-y-yo.-puedo oír como batalla para formar una oración. -E-ella me…amenazó Kial. Y-yo no quise hacerlo, lo juro.-todo da vueltas en mi cabeza, no entiendo nada y su tartamudeo no ayuda.

-no entiendo. ¿de quién hablas?.-

-k-kial…yo no quería hacerlo.-si vuelve a mencionar mi nombre lo bajaré del auto.-ella me amenazó…-

-¡eso ya me lo dijiste!.-respiro para controlarme.-me estás preocupando, Finn,¿ quieres decirme de una puta vez que pasó en la fiesta?.-