Aquel día, un diez de febrero, Raguel y Lilith, estaban sentadas en la sala de la casa de Shawn; este último les sirvió un poco de café y les explicó la situación.
—Las llamé aquí por que ustedes son mis mejores amigas y necesito un consejo suyo —dijo algo sonrojado—. Dentro de cuatro días será San Valentín y quiero hacer algo sumamente especial para Sara ¿ustedes qué dicen?
—Que debes conseguir más amigas humanas —respondió Lilith poco interesada en ayudar.
—Lilith, por favor, se amable —dijo Raguel, regañando a su hermana menor—. Sara es una chica bastante especial, apreciará bastante que seas todo un caballero con ella, dale un buen regalo, dile lo que sientes por ella...
—¡Basura! —exclamó Lilith, interrumpiendo—. Escucha Shawn, si quieres hacer algo especial por tu novia ve a lo grande; vayan a ver una película y después vayan a un buen lugar a cenar. No puede haber un San Valentín mejor que ese.
—Ir a lo grande... ser un caballero ¡Entiendo! —exclamó Shawn, bastante feliz—. Gracias chicas, cuéntenme más.
Lilith y Raguel se fueron de la casa de Shawn después de un par consejos útiles a su amigo, fue así que Shawn empezó a planificar todas las cosas que harían el catorce de febrero, aprovechando las vacaciones de carnaval. En su cuarto verificaba que todo fuera perfecto, revisaba sus apuntes una y otra vez, hasta que algo cambiaría sus planes. Un extraño gato callejero entró por su ventana y empezó a correr por toda la casa, Shawn lo persiguió ya que estaba destrozando toda su casa, agarró un escoba y lo siguió hasta la cocina. El gato corría por todos lados, tumbando varias tazas de sus abuelos; Shawn al golpear con la escoba un estante de vidrio, varios cristales se clavan en el gato, matándolo en el acto. Shawn se sentía algo mal por el gato, no buscaba matarlo, pero ya no podía hacer más por él; le quitó los cristales del cuerpo y lo enterró en su patio con una pequeña cruz que hizo con unas ramitas.
Llegó el día de la cita, Lilith y Raguel se encontraban por encima de unos pequeños edificios, observando atentamente la calle, esperando a alguien en especifico.
—No entiendo por qué estamos aquí —decía Raguel, algo aburrida.
—¿No te da curiosidad cómo irá la cita de Shawn y Sara? —pregunto Lilith, con una sonrisa pícara—. Quiero ver como va la cita, no quiero que Shawn lo arruine y entonces ellos dos no puedan revolcarse.
—Tus comentarios pervertidos sobran, Lilith —dijo Raguel, sonrojada.
Shawn finalmente apareció por donde estaban ellas dos, estaba vestido de una manera elegante, pero a la vez casual, quería dar una buena impresión a Sara. Lamentablemente, algo se interpondría entre ellos dos.
—¡Rayos! ¿¡Cómo es que nadie en la casa se dio cuenta de que todos los relojes estaban atrasados una hora?! —se preguntaba así mismo Shawn bastante apurado—. ¡No puedo llegar tarde, no puedo llegar tarde!
Mientras corría para tratar de llegar a tiempo, ocurrió un pequeño accidente, un cartel se puso en medio de su camino y Shawn chocó contra el, dándose un duro golpe.
—¡¿De dónde salió ese cartel?! —Shawn se levanto rápidamente pese al dolor y siguió corriendo.
Desde los techos, Lilith y Raguel observaron todo.
—Vaya. Espero que Shawn no se haya lastimando tan gravemente —dijo Raguel preocupada, hasta que nota la extraña expresión de Lilith—. ¿Sucede algo Lilith?
Lilith se encontraba con una mirada seria, como si analizara todo lo que había pasado, Raguel tuvo que volver a preguntarle ya que la primera vez no le hizo caso.
—Por ahora nada, pensé que había visto algo —dijo manteniendo su expresión seria—. Vamos, hay que seguirlo.
Las dos hermanas desplegaron sus alas para seguir a Shawn desde el aire. Este último finalmente llega a donde debía encontrarse con Sara.
—Lamento... llegar tarde, debes estar molesta —dijo Shawn bastante agotado y esperando un regaño.
—No seas tonto, no estoy molesta. Te ves bastante guapo, Shawn —corrijió Sara, con su tierna sonrisa.
Cuando Shawn levantó la mirada, se fijó en lo bella que se veía Sara con su vestido. Tenía una falda de color morado, que hacía juego con su chaqueta de cuero y su lápiz labial también era de color morado oscuro.
—¡Te ves bellísima Sara! —exclamó Shawn, asombrado y sonrojado—. Bueno... vamos, la película empezara en una hora.
Los dos enamorados se fueron tomados de las manos, Shawn estaba nervioso, no quería arruinar su cita que había planeado hasta la perfección, pero esa noche aprendería que a veces las cosas no siempre salen como uno las planea. Mientras caminaban una fuerza misteriosa volvió a atacar, haciendo que Sara se resbale con una cáscara de banana, Shawn mostrando sus reflejos forjados a base de entrenamiento, logró amortiguar su caída, haciendo que Sara caiga encima de él.
—¿Cuántas veces esto va a pasar esta noche? —musitó, preocupado que la cita siga saliendo mal.
—¿Sabes? Siempre pensé que seria algo cliché resbalarse con una cáscara de banana —comentó Sara, con humor.
El comentario de Sara parecía haber animado un poco más a Shawn, los dos se levantaron como si nada hubiera pasado, pero desde los tejados, Lilith notó que algo extrañando estaba acechando a sus amigos.
—¿Lo viste? Dime que lo viste —preguntó Lilith frunciendo el ceño.
—Sí, lo ví. Tal parece que Shawn esta siendo acosado por un fantasma —dijo Raguel preocupada—. Sigámoslos hasta el cine para ver si podemos ver a que clase espíritu nos enfrentamos
Al llegar al cine, Raguel y Lilith entraron con cautela a la sala donde estaban Shawn y Sara, ellas dos no querían que los dos tórtolos se alarmaran y cancelaran su cita, se sentaron tres filas detrás de ellos para no llamar la atención y esperaron pacientemente a que algo pasara. Un hombre junto a sus amigos pasaron junto a Shawn y Sara, tenían las manos llenas de palomitas y refrescos, de repente uno de ellos tropezó con algo extraño y un vaso de refresco cayó sobre Shawn.