Viktor

Capítulo 04. Melissa

VIKTOR

Por
WingzemonX & Denisse-chan

Capítulo 04.
Melissa

La sirvienta de nombre Melissa, no pudo evitar sobresaltarse ligeramente por esa repentina presentación. No era nada común que un Nuitsen la mirara tan directamente a los ojos, y encima de todo se tomara la molestia tanto de saludarla como de llamarla por su nombre. ¿Y qué había sido ese gesto con su sombrero? Lo había visto antes, realizado por ciertos caballeros que visitaban a la señorita Illia, pero nunca a ella. Desconocía, sin embargo, qué significaba en realidad.

Agachó su mirada con timidez. Los extraños siempre le causaban cierta incomodidad; especialmente si eran Nuitsens, y especialmente si se trataba de hombres. Con el barón, sus hijos, y los amigos que los visitaban ocasionalmente, sabía qué esperar y cómo comportarse. Sin embargo, cuando aparecía alguien nuevo, nunca sabía cómo iba a ser tratada si decía o hacía algo fuera del lugar. Por ello, la mayoría del tiempo, prefería no hablar o hacer cualquier cosa, si no se lo solicitaban.

Eso volvía doblemente problemática su situación actual, en la que tendría que hablar de más; pues esas personas, venían a que les narrara directamente lo que había visto... y que deseaba con tantas ansias olvidar.

Miró de reojo a los otros dos. La mujer pequeña de hermosos caireles, no le prestaba atención alguna. En lugar de ello, parecía más interesada en contemplar el papel tapiz de las paredes, el mosaico de los pisos, o el diseño exquisito de la cocina. Melissa se sorprendió a sí misma al quedarse contemplando la hermosa forma de su cabello, y la delicada figura de su cuerpo; parecía una hermosa muñeca, hecha a mano y con mucho cuidado hasta el mínimo detalle.

El otro hombre, el Lycanis alto y fornido, sí la miraba... pero de una manera bastante diferente a la que lo hacía el chico Nosferatis. Su expresión, sin embargo, le resultó un poco más conocida: la miraba con hastío, con molestia, como si mirara algo indigno de contemplar por tanto tiempo. Eso la puso aún más nerviosa de lo que ya estaba.

—Así que es ella, ¿eh? —Murmuró Klauss con indiferencia en su voz, echándole un vistazo nada discreto de arriba abajo; Melissa se sintió tan cohibida por esas mirada, que inconscientemente se abrazó a sí misma, en un intento de sentirse aunque sea un poco más segura.

Klauss llevó su mano derecha a su cabeza, y pasó sus dedos por sus suaves cabellos rubios. Gruñó un par de veces, y luego se cruzó de brazos en pose de inconformidad.

—Bien... debo admitir que en realidad no tengo idea de cómo proceder con esto, señorita Montallo. Nunca antes había... interrogado a una sierva; ni siquiera sé si es capaz de entender lo que le diga con claridad.

—¿Disculpe? —Exclamó la baronesa, mirándolo con molestia—. ¿Qué está tratando de insinuar?

—¡Compórtate! —Espetó entre dientes Vermillia, dándole un pequeño codazo en sus costillas, que resultó más fuerte de lo que parecía—. Quiero decir, no insulte a los siervos de otras personas, detective Romani.

—Sí, lo lamento —respondió Klauss de mala gana.

La baronesa no había sido la única en sentirse molesta por su comentario; a Cedric, le parecía que su actitud era bastante inapropiada, y no apoyaba a que su testigo se sintiera confiada y tranquila.

¿Acaso lo hacía apropósito?

—Si le parece bien, yo puedo encargarme del interrogatorio —intervino Cedric rápidamente—. Claro, si así lo desea, Detective Romani. Usted es el superior...

Klauss notó de inmediato el rastro de sarcasmo que arrastraban esas palabras, pero lo dejó pasar; realmente no tenía deseo alguno de llevar a cabo ese interrogatorio, si es que enserio se le podía llamar de tal forma en esas circunstancias.

—Adelante, novato; toda tuya. —Dicho eso, se recargó contra la pared a un lado de la puerta, aún con sus brazos cruzados—. Yo me quedaré aquí, observando cómo lo haces, y cuidando que no lo arruines.

—Es usted muy amable, Detective Romani —expresó Cedric a continuación, con un sentimiento no muy diferente al anterior.

—Yo siempre lo soy. Baronesa, ¿podría dejarnos a solas con la sierva?

—¿Es necesario? —Cuestionó la mujer, aunque extrañamente dicho cuestionamiento iba más encaminado hacia Cedric que a Klauss, y éste último lo notó; ¿acaso confiaba más en lo que el flacucho le dijera?



#21567 en Fantasía
#8833 en Personajes sobrenaturales
#12942 en Thriller
#7412 en Misterio

En el texto hay: vampiros, hombres lobo, detective

Editado: 23.05.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.