VÍnculos

capitulo 14

Lloró. Lloró de forma larga y desconsolada lavando toda la porquería emocional que había estado guardando y acumulando en la parte más recóndita de su pequeño corazón. Grito, gimió y pataleo hasta el cansancio. La niña sintió que nunca iba a parar de llorar. Todo a su alrededor desapareció. Por unos momentos solo existieron ella, su dolor y sus saladas lagrimas que servían como aliciente para el mismo. Entonces la misma voz de antes la devolvió a la realidad.

— Ya está bien de lágrimas— concilio Ela— tranquilízate y desahógate. Pero ahora con palabras.

Helena inspiro profundamente, una, dos y tres veces. Se limpió las lágrimas con las mangas de su suéter y se sentó frente a la fresa.

—Lo siento —mascullo entrecortada— no suelo llorar así.

—Está bien. Todos en algún momento necesitan llorar, es saludable. No puedes guardar por siempre tu tristeza y esperar que todo siga igual. Claro que tampoco es bueno solo llorar, por eso te pedí que pararas. Todo puede llegar a ser perjudicial si no se toman medidas.

— Si tienes razón— Helena se tranquilizó más con sus palabras— Ya estoy mejor.

—Bueno habla—insto Ela— Quiero saberlo todo.

—Es una larga historia.

—Créeme no hay historias tan largas como para no ser contadas.

Helena le relato todo desde el principio. Empezando por la emoción que sintió por la feria de ciencias y la posterior molestia de sus compañeros por la misma razón. El comienzo del hostigamiento por parte de los niños de su clase, sus distintos maltratos tanto físicos como verbales y.… y Missi. Quien parecía incitar y liderar a sus compañeros en este proceso. Además de su claro desagrado y aversión personal por ella. Le conto como Lisa había sido la única que la había defendido, y como ella le había dado su cariño y confianza completa debido a ello. También hablo sobre cosas que había sentido desde antes y que no le había dicho a nadie. Por ejemplo, de lo sola que se sentía desde que su padre se había ido de viaje por su trabajo y su madre había empezado a trabajar para cubrir gastos. La culpa que sentía por no contarle a su madre de los problemas de la escuela, pero al mismo tiempo de su recelo de mantener al margen a su madre. Finalmente, de su extraña explosión violenta contra Missi.

—No…no sé que paso— la asustaba el recuerdo— fue muy extraño, simplemente perdí la noción de todo.

—Está bien tranquilízate— dijo Ela suavemente— cuando las personas se enojan mucho a veces pierden el sentido de la razón.

—No lo entiendes— su voz sonaba frustrada— yo... yo que... yo quería hacerle daño. Quería...que... —su voz se apagó en un susurro.

—Eso... eso también pasa cuando te enojas— sonó maternal, cosa que vulnero a Helena.

—Pero siento miedo. Nunca antes sentí eso. Me he enojado con muchas personas, pero no de esa forma... no así... no pensando en una forma cruel de dañarla... no guardándole rencor... u.... odio.

—Tranquila yo te ayudare. Te lo prometo— Dijo Arabela confirmando sus temores... el mundo la estaba transformando, la estaba haciendo crecer.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.