Quería gritar, quería llorar, quería decirles que el dolor me atravesaba, quería contarles que me habían roto, que me habían hecho a añicos.
En el fondo quería, pero tan en el fondo que no llegaba a conectarse conmigo, con mi cuerpo, con mi ser.
Así que allí me quedé, viendo pasar la vida, sin buscar el porqué.
- Alma, cuéntanos qué ha pasado – mi madre solía ser tan dulce conmigo y yo la quería tanto…que siempre me deshacía con ella. La abrazaba y la llenaba de besos, le hacía cosquillas hasta que sus lágrimas aparecían, porque lloraba de la risa. Antes lloraba por todo, ahora… Ahora solo llora cuando su cuerpo expulsa el alcohol como puede.
- Cariño, estamos aquí para ti, sea lo que sea, puedes contárnoslo, no te vamos a juzgar. ¿Lo sabes, verdad? – mi padre lo intentaba, siempre lo había hecho. En muchas ocasiones, en eso se quedaba, en un intento. Nosotros nunca habíamos logrado encajar y no por falta de motivación ni mucho menos.
Asentí a sus palabras, eso fue lo único que logré hacer, que logré mostrarles. Mis ojos estaban neutros, no sentían, ni padecían. Lo sabía por qué, desde aquel día me pasaba horas frente al espejo que me habían regalado por mi cumpleaños aquel mismo año, después de tanto insistir. Me quedaba allí, frente a él. Me centraba en mis ojos y las horas pasaban y ni siquiera era capaz de tener noción de ellas.
- No podemos hacer nada si no hablas con nosotros – mamá no se rendía, era luchadora hasta el hartazgo, incluso después de él. A veces no contaba con ningún límite, sobretodo si se trataba de su familia. Nada era más importante para ella.
Otro asentimiento más por mi parte y unas lágrimas por la suya.
- Alma, basta ya, por favor, estamos cansados de esto. Habla con nosotros – nunca pensé que pudiera echar de menos a mi padre, a él ni a sus intentos de serlo, pero no voy a negar que es un peso que llevo conmigo. El que no esté, el que haya dejado a mi madre de esa manera, el que la haya destrozado así. Es echarlo de menos, pero también es odiarlo, a partes iguales.
Mis hombros se encogen y por dentro me río, mi cuerpo quiere expresarse. Yo por el contrario solo quiero desaparecer y en este momento cuerpo y mente no están precisamente conectados. Quizá si no te ha pasado no sabes de lo que hablo, pero se vive distinto cuando te sucede a ti. Tu cabeza va por una parte y tu cuerpo por otra… ¿Tus emociones? ¿Tus sentimientos? No hay nada de eso, no existe en ninguna parte, se han ido y no parecen tener intención de volver.
Mi madre me sostiene por los hombros y me sacude, está desesperada por hacerme entrar en razón. Lo que no sabe, es que por mucho que insista, es algo que no controlo yo, aunque sea a mí a quien le está pasando.
Porque tener las riendas de tu vida no es tan sencillo como parece. Estamos llenos de dudas, de incertidumbre, de miedos, de traumas, de dolores, de muros, de conceptos inútiles que no sirven para nada. Estamos llenos de todo lo que no es importante y a la vez, vacíos de aquello que es fundamental para seguir viviendo.
¿Qué sentido tiene?
Para mi yo del pasado, lo tenía todo.
Para mi yo del presente, ninguno.
JenGVargas
El tiempo pasa y lo que antes era para ti lo más obvio del mundo, ahora ya no lo es, porque te percatas de que el blanco y el negro no son los únicos colores que existen, que hay cientos más entre medio.
Y justo ahí, cuando lo entiendes y lo aprendes, comprendes que en tu vida habrá épocas de todos los colores y sino lo aceptas...Estás luchando contra la vida y créeme que ir contra ella, es ir contra ti mismo.
Obra también publicada en la plataforma WattPad.
https://www.wattpad.com/story/182169085-vuelve-a-m%C3%AD
Leed, votad, comentad y por favor, disfrutad! Formemos esto juntos.
https://www.instagram.com/jengvargasaw/
Besos para todas las almitas que deseen conocer un mundo lleno de miedos, sueños, amores rotos, perdidos y también encontrados, de ilusiones y esperanza, porque...qué sería de la vida sin Alma...?