Jackson Reynolds estaba al borde de la impaciencia. Había llegado a la escuela apenas minutos después de recibir la llamada sobre el tiroteo. Su rostro, habitualmente duro, ahora reflejaba una furia contenida y una preocupación desesperada. Caminaba de un lado a otro frente a las barreras policiales, exigiendo respuestas de los oficiales.
Jackson: - ¿Dónde está mi hijo? -su voz era grave y autoritaria.
Oficial: -Señor Reynolds, estamos haciendo todo lo posible para encontrar a todos los estudiantes y asegurar su seguridad.
Jackson no estaba satisfecho. Había enviado a algunos de sus hombres para buscar información por otros medios, sin confiar completamente en la eficiencia de las autoridades.
En otra parte de la ciudad, Takeshi Nakamura recibía la noticia del tiroteo con una frialdad calculadora. Había enviado a varios de sus mejores hombres a la escuela, con instrucciones claras de encontrar y proteger a su hija Akane sin llamar la atención.
Takeshi: - Encuentren a Akane y asegúrense de que nadie sepa que estuvimos allí.
Sus hombres asintieron y se dispersaron, sabiendo que el fracaso no era una opción…
El grupo de Will avanzaba con cautela por los pasillos desiertos, susurrando instrucciones y moviéndose en formación cerrada. Akane, aunque ya se había separado del grupo, estaba en constante alerta, buscando una salida segura sin cruzarse con nadie.
Akane se movía sigilosamente por los pasillos, consciente de cada sonido y sombra. Su entrenamiento en artes marciales y su experiencia en situaciones peligrosas le daban una ventaja. Mientras avanzaba, sus pensamientos estaban con su padre y ella sabía que él no tenía expectativas aun así no podía permitirse mostrar debilidad.
Akane se detuvo cerca de una ventana rota, evaluando la posibilidad de escapar por allí. Sin embargo, antes de poder decidir, escuchó un ruido detrás de ella. Se giró rápidamente, preparada para enfrentarse a cualquier amenaza.
Momo: - Señorita Akane, su padre espera su regreso, le brindaremos la debida protección hasta llegar a su hogar.
Akane: - ¿Es que no puedes dejar de intervenir una maldita vez?
Momo, uno de los hombres de confianza de Takeshi, mantuvo su expresión seria. Sabía que Akane detestaba ser tratada como una niña indefensa, pero su lealtad estaba con su jefe.
Momo: -Es mi deber, señorita. No podemos permitirnos ningún riesgo.
Akane suspiró, sabiendo que discutir con Momo era inútil. Decidió seguirlo, aunque su mente seguía evaluando posibles salidas y cómo podría enfrentarse a su padre para no perder su independencia.
Principio del formulario
Mientras Akane y Momo buscaban una salida, Will y su grupo continuaban avanzando. Finalmente, llegaron a una trasera donde los esperaba una pequeña multitud de padres y autoridades. Entre ellos, Jackson Reynolds se destacaba, su mirada fija en la puerta por donde salían los estudiantes.Final del formulario
Casi toda la ciudad lo conocía, y sabían lo que hacía, pero ni siquiera la policía podía hacer algo, por consecuencia no quedaba más que tomar su presencia como una persona de mucho poder
Will se apresuró hacia su padre, pero en lugar de un abrazo, recibió una mirada fría.
Jackson: -Will, ¿estás bien?
Will asintió, su mirada buscando alguna señal de afecto que no llegó.
Jackson: -Vamos, debemos salir de aquí antes de que las cosas se compliquen más.
Will: -Pero papá, mis amigos...
Jackson: -No es momento para discutir, vamos.
Mientras Will era llevado a la fuerza por su padre, Akane y Momo se acercaban a la misma salida. Antes de que pudieran llegar, varios hombres vestidos de negro, claramente asociados con la Yakuza, interceptaron a Akane.
Hombre 1: -Akane-sama, su padre nos envió a buscarla. Debemos irnos ahora.
Momo: - ¿Dónde está el auto?
Hombre 1: - Vengan…
Akane asintió, pero su mirada se encontró con la de Will a la distancia. Un entendimiento silencioso pasó entre ellos antes de que los caminos se separaran nuevamente.
Mike observó la escena con atención, notando la dinámica entre Akane y sus hombres. Sabía que esto complicaría las cosas, pero también que la información que tenía sobre Akane y su familia debía ser compartida con Will para evitar cualquier interacción entre ellos.
Will, sentado en el auto junto a su padre, miraba por la ventana con pensamientos tumultuosos. Sabía que había mucho más por descubrir sobre Akane y su mundo. Por su parte, Akane, escoltada por los hombres de su padre, reflexionaba sobre lo que paso en el día y su reencuentro con Mike.
La ciudad de Nueva York seguía adelante, con sus luces brillando en la oscuridad, ajena a las intrigas y conflictos que se gestaban en sus sombras. Pero para Will y Akane, cada día traería nuevos desafíos y decisiones que los llevarían por caminos inesperados y peligrosos.
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Editado: 25.08.2024