Wabi Sabi

CAPÍTULO III : "Poco a poco..."

El amanecer llegó perezoso a la gran mansión de los Reynolds, su luz dorada apenas tocando las ventanas mientras la ciudad aún procesaba los eventos del día anterior. Las noticias del tiroteo en la escuela secundaria de Brooklyn dominaban los titulares, pero en la inmensa casa, todo estaba en silencio.

Will se despertó en su habitación, una espaciosa estancia adornada con muebles elegantes y recuerdos familiares. Se levantó, consciente de que hoy no habría clases. La escuela había decidido cerrar sus puertas temporalmente para investigar y garantizar la seguridad de los estudiantes. Pero la calma de la mañana no hizo más que aumentar la inquietud en el corazón de Will.

Will bajó las escaleras lentamente, sus pensamientos enredados en la confusión del día anterior. La mansión estaba tranquila, como siempre, con los sirvientes realizando sus tareas en silencio. La ausencia de su padre, Jackson, era palpable. El jefe de la mafia afroamericana había pasado la noche en su cuartel, lidiando con asuntos que Will no quería conocer.

El joven se dirigió a la sala de estar, intentando distraerse con la televisión. Sin embargo, sus pensamientos volvían constantemente a Akane, no podía dejar de pensar en ella.

El sonido del timbre interrumpió sus pensamientos. Will frunció el ceño, sin esperar visitas. Se levantó y caminó hacia la puerta, abriéndola con cautela. Para su sorpresa, Mike estaba allí, con una expresión seria en su rostro.

Will: -Mike, ¿qué estás haciendo aquí?

Mike: -Necesito hablar contigo, Will. Es importante.

Will lo dejó pasar, sintiendo una mezcla de curiosidad y preocupación. Mike rara vez venía a su casa sin previo aviso, y su tono de voz indicaba que esto no era una visita social.

Se sentaron en la sala de estar, y Will ofreció a Mike un vaso de agua, que él aceptó con un leve asentimiento. Después de unos momentos de silencio, Mike finalmente habló.

Mike: -Will, sé que tienes preguntas sobre Akane. Pero hay cosas que no puedes saber... cosas que podrían ponerte en peligro a ti y a tu familia.

Will: - ¿De qué estás hablando, Mike? ¿Qué hay sobre ella que es tan peligroso?

Mike: -Akane no es solo una estudiante más. Su familia... su padre... están involucrados en cosas muy serias. Si tu padre se entera de quién es Akane, no solo ella estará en peligro. Tú también lo estarás, y no solo tú, sino todos los que te rodean.

Will: -¿Qué debo hacer entonces?

Mike: -Mantente alejado de ella. No te metas en su vida. Es lo mejor para todos.

Con esa advertencia, Mike se levantó y se dirigió hacia la puerta. Will lo siguió, aún con muchas preguntas en su mente, pero sabiendo que insistir no serviría de nada.

Will: -Mike, ¿por qué te importa tanto? ¿Por qué estás haciendo esto?

Mike se detuvo en la puerta, girándose ligeramente para mirar a Will.

Mike: -Porque hay cosas que preferirías no saber, y yo no quiero que termines como muchos otros que se han cruzado con la familia de Akane.

Con esas palabras, Mike se marchó, dejando a Will solo en su mansión, sumido en pensamientos oscuros y preguntas sin respuesta.

Will se quedó en la puerta, observando a Mike alejarse. Cerró la puerta lentamente y regresó a la sala, su mente girando en torno a la advertencia de su amigo. ¿Qué podría ser tan peligroso acerca de Akane y su familia? ¿Por qué Mike estaba tan preocupado?

Se dejó caer en el sofá, intentando concentrarse en la televisión, pero sus pensamientos volvían una y otra vez a la chica que había conocido en el caos de la escuela. Sabía que debía mantenerse alejado, pero la curiosidad y la preocupación se mezclaban en su mente, creando un torbellino de emociones.

Mientras tanto, en otra parte de la ciudad, Akane estaba en una situación similar. Sentada en su habitación, reflexionaba sobre los eventos recientes. Sabía que Mike podía ser un problema, y debía encontrar la manera de silenciarlo antes de que él revelara algo que pudiera complicar aún más las cosas.

Son contadas las personas que saben quién es el padre de Akane y lo que ella trae con su apellido, a diferencia de los Reynold la Yakuza actuaba bajo las sombras, con mucho menos espectáculos pero con una eficacia aterradoramente destacable, Mike ya era conocedor de esto lo que lo hacía un blanco notable.

Akane: -Momo, necesito tu ayuda.

Momo, quien estaba de pie cerca de la puerta, se acercó con una expresión de respeto y atención.

Momo: - ¿Qué necesitas, señorita?

Akane: -Necesito contactar a alguien. (No debe decirle a nadie sobre mi familia). Debemos asegurarnos de que se mantenga en silencio, no le digas a mi padre.

Momo: - Señorita, nada puede pasar por encima de su padre.

Akane: - Eres tan detestable…

Momo asintió, pidiendo disculpas.

Akane sabía que debía contactarlo por medios propios, esto solo era el comienzo. La tensión entre sus dos mundos seguía creciendo, y cada paso debía ser calculado cuidadosamente.




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