Capítulo II

Capítulo II

“La Primera Promesa”

Al comienzo todos pensaban que el primogénito Leidolf había tomado al enano como su esclavo personal, y los primeros en poner a prueba la veracidad de las palabras del ojiverde acabaron con un cardenal en la cara. Por suerte para Dyre, que aun seguía inseguro sobre la verdadera naturaleza del joven noble, al poco tiempo descubrió que Christ  en realidad no era tan mal tipo. Si, podía ser rudo y algo brusco en su trato, siempre estaba metiéndose en peleas o discusiones, pero en el fondo era una persona bastante amable. Solo era un poco torpe socialmente.

Además, desde ese día ya nadie había vuelto a molestarle. Incluso su trabajo se sentía mucho más llevadero; Helena no paraba de felicitarlo por haber conseguido hacer nuevos amigos. Porque, además del noble con una falsa mala actitud, Dyre también tenía como nuevos amigos a una italiana, algo escandalosa, y a un español, con una moral demasiado estoica. Sin duda era extraño que los hijos de familias distinguidas, nobles templarios, mostraran tal simpatía para con un simple sirviente. Pero los alumnos simplemente hacían de la vista gorda, en parte por miedo al temperamento de Christopher. El resto de la servidumbre solo fingía indiferencia, se contentaban de solo murmurar con lenguas de plata en las esquinas y aunque los maestros tampoco veían con buenos ojos aquel comportamiento, había uno al cual sacaba particularmente de quicio:

-¡Es el colmo!-Solo un poco-¡Ese atajo de sediciosos son una pésima influencia para el resto del alumnado.

-Estoy de acuerdo-Concordó el teniente-Pero vamos Sven, ¿no es algo exagerado llamarles sediciosos? No es como si estuvieran haciendo campaña política. De hecho, fuera de las horas de clases, jamás les veo en los pasillos.

-En ningún lado de echo-Acoto el padre Saúl cortando su carne-Siempre desaparecen juntos...

Mientras el cuerpo docente continuaba con su discusión a mitad de su cena, en el piso inferior los estudiantes también disfrutaban de su comida; la mayoría en mitad de conversaciones sin ningún tema en especial, o presumiendo el  cien que habían obtenido en su calificación anterior. Por otro lado:

-Esto esta ¡delicioso!-Como era su costumbre, Diana no se cohibía con respecto a expresar lo que pensaba. Y la verdad ese pudin de nata que estaba comiendo realmente ameritaba esa reacción.

-No debimos tomarlo-A pesar de su tono temeroso, Dyre también disfrutaba del postre. A su lado Christ le golpeo en la cabeza con su cuchara-Auh...

-No digas eso mientras tú también estás comiendo-Dijo-Y menos cuando fue idea tuya.

-No fue idea mía...

-¿Y quién dijo “El postre de los maestros siempre es el mejor”?

-Eso en definitiva es una idea-Corroboro Diana apuntándolo con su cuchara-Es como decir “Ey no es justo, ¡vamos a robarlo!” Y lo hicimos, eres más malvado de lo que pareces.

-“No puedo con estos dos”-Pensó derrotado mientras Christ y Diana seguían empeñados a acusarlo. Oliver solo le brindaba su apoyo con una mirada de “solo déjalos” mientras seguían comiendo-¿Alguno ha terminado ya sus deberes? ¡Auh!

-¿Es que solo piensas en la escuela?-Inquirió Diana luego de ser ella quien le pegara con la cuchara.

-¿Sobre qué más podríamos charlar?-Esta vez fue el español quien hablo.

-¿Qué tal de la familia?-Sugirió Christ, con la cuchara aun en la boca. Para luego sacársela y apuntar a cada uno-Pero a tu odias a tu padre, tú tienes conflictos que no entiendo ni me interesa hacerlo y tú eres un huérfano-Agrego señalando a Diana, Oliver y a Dyre respectivamente.

-¡No le digas huérfano!

-¿Qué, es demasiado para los sensibles oídos del señorito?

Para esas alturas ya estaban habituados a que Christopher provocara a Oliver y que ambos comenzaran a discutir. También habían aprendido a no meterse hasta que no hubiera golpes, en cuyo caso Diana hacía uso de su magistral técnica secreta para calmarlos. De momento les dejarían insultarse uno al otro todo lo que quisieran mientras ellos se terminaban su pudin. Como era domingo podían relajarse un poco, al menos esa era la intención de Diana y Christopher. Oliver ya había terminado sus deberes pero no paraba de recordarles que no pensaba dejarles copiar, y por su parte Dyre aun tenía que cumplir con su trabajo como esclavo de la academia:

-No vas a morir solo por un día de descanso-Y como siempre Diana intentaba convencerlo de tomarse un día de pinta.

-Mmm-Por su parte Oliver solo gruñía con los brazos cruzados. Tenía un verdadero conflicto con respecto al tema. Por un lado era una persona muy estricta que cumplía siempre con sus responsabilidades, sin embargo estaba completa y absolutamente en contra de la esclavitud.